El sol salió en el Reino Lamia anunciando una nueva mañana, una tal vez linda. Bek fue sermoneado como había esperado por su mamá, aunque no fue tan severa como él esperaba, dejo pasar el retardo de Bek porque este último le explico que hizo una amiga nueva por el camino y había perdido la noción del tiempo al hablar con ella, cosa que era verdad. De todas maneras, Bek había quedado con Lucy para verse en el mismo puente donde se conocieron.
Le preocupaba un poco la hora ya que nunca la acordaron. Sabía que sería en la noche, pero no quedaba claro cuándo Lucy tenía planeado ir hacia allá, Bek podía llegar o muy tarde o muy temprano, y ninguno de los dos casos le gustaba. Pero se preocuparía de eso después, ahora su mente solo pensaba en el desayuno. Después de desayunar se aproximó a la puerta de su casa y la abrió, saliendo en búsqueda de algo que hacer en lo que la noche caía.
No tardó en encontrar algo interesante que hacer, en mitad de la calle había una multitud que miraba con ojos curiosos a algo que Bek no alcanzaba a ver por el montón de gente que había. Se las tuvo que arreglar para abrirse paso por la multitud y ahí vio que era aquello que todos los presentes veían con tanta curiosidad. No era nada más y nada menos que la mismísima Reina Lamia.
Bek se sorprendió cuando la observó, no solía verla mucho más allá de las visitas que hacía con su familia al palacio real. La reina era algo alta, tenía un pelo de color dorado suave y su cabello quedaba oculto en su mayoría por su manto blanco, aunque unos mechones de cabello resaltaban de su rostro. Su figura reflejaba una aura divina la mayor parte del tiempo. Seguramente por ser la autoridad máxima en el reino.
Bek se preguntaba que era lo que la Reina Lamia estaba haciendo ahí, rara vez salía de su palacio, mayormente Venus o Aeon eran las que se paseaban por el reino, aunque ahora que Bek lo pensaba, ya no las veía muy a menudo a ninguna de ellas fuera del palacio.
Bek se acercó a la reina con cautela, desde cerca se veía bastante perdida en sus pensamientos, caminaba muy despacio sin rumbo aparente y con la mirada agachada, parecía deprimida por alguna razón.—Esto... ¿Reina Lamia? —Bek carraspeo un poco para llamarle la atención.
La reina giro rápidamente su cabeza para saber de donde había venido ese sonido, ahí se encontró a Bek con una mirada que reflejaba preocupación. La reina iba a hablar, pero noto los ojos curiosos de las personas a su alrededor que los miraban.
—Este no es un lugar para hablar, Bek —murmuro Lamia de forma tranquila, quizá demasiado—. Pero siendo sincera me vendría bien algo de compañía, estos días no han sido muy buenos —la voz de la reina reflejaba cansancio y algo de tristeza.
La reina le hizo a señas a Bek para que la siguiera. Desde luego la gente los siguió mirando de forma descarada aunque los perdieron de vista después de un rato caminando. La reina llevo a Bek a una torre algo alejada y alta, a Bek se le durmieron los pies al tener que subir tantos escalones. Después de llegar a la cima y al ver que no había nadie aparte de ellos dos, la reina finalmente decidió hablar.
—Tu padre tal vez aún no te lo ha dicho, pero las cosas están yendo mal, Bek —la voz de la reina se apagó aún más y sus ojos perdieron el brillo.
—¿A qué se refiere con que las cosas estan yendo mal? —pregunto preocupado el chico.
—Neferu ha estado moviendo sus hilos, lo presiento. Ha conseguido que un montón de gente este de su lado.
El poder puede seducir muy fácilmente a la gente, hijo —balbuceo entrecortadamente la reina.—Pero, la gente sabe lo que usted ha hecho por ellos, ¿verdad? Ella podrá tener al sector rico, pero el resto del reino es leal a usted, ¿no es así? —la voz de Bek obtuvo un tono tímido, pero intento mantener la esperanza.
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Skullgirls y las crónicas de la familia Marshall
Fanfiction¡Aviso! Está historia contiene personajes originales y una trama distinta al juego, además de algunas modificaciones al lore de Skullgirls, espero que eso no sea una molestia para quien sea que esté leyendo esto. Las crónicas de la familia Marshall...