Skullgirls y las crónicas de la familia Marshall

XI. El vagabundo y la serpiente

El día que el Reino Lamia cayó, y Delilah junto a Moss murieron, los parásitos de estos últimos tuvieron que aferrarse a lo único vivo que encontraron para poder sobrevivir.
Así fue como estos últimos pasaron de huésped en huésped durante toda la anarquía de Neferu para poder sobrevivir.

El día de la traición, tanto Samson como Leviathan se unieron a personas moribundas por heridas que sufrieron en el golpe de estado. Ellos en realidad aún querían ayudar a la Reina Lamia, pero sin un huésped adecuado mucho no podían hacer.

Intentaron pasar con un perfil bajo durante la dictadura. Debido a que las personas moribundas en las que estaban terminaron muriendo por sus heridas, no les quedó otra opción que fusionarse con animales. Samson se fusionó con un gato, y Leviathan con un perro.

Así pasaron la mayor parte de la dictadura hasta que finalmente Neferu perdió el poder y el Reino Lamia se desmanteló.
Samson y Leviathan vieron esto como una nueva oportunidad de obtener finalmente un huésped humano nuevamente.

Leviathan se acercó con un tal Ruhak Contiello para pedirle que fuera su portador. Leviathan lo escogió en base a su elegancia, amabilidad y valentía, cosa que demostró el Contiello a ojos de Leviathan.

En caso de Samson, este último no se rompió mucho la cabeza, escogió a una chica llamada Fran Medici a quien le prometió brindarle protección si aceptaba fusionarse con él, fusionandose así con su cabello.

Leviathan y Samson decidieron entrenar a sus portadores para las futuras amenazas que el destino podría traer a ellos.
El entrenamiento de los usuarios de los parásitos fue arduo y extenso, ya que estos últimos querían que sus portadores tuvieran la habilidad para defenderse por si mismos sin importar cuál o cuáles fueran sus rivales.

El día que ocurrió el primer ataque a una de las aldeas humanas, Samson y Leviathan sabían que una nueva amenaza había aparecido. Pese a ello intentaron confiar en que tal vez en esta ocasión ellos y sus portadores no serían parte del posible conflicto que podría surgir a raíz del ataque.
Ese pensamiento rápidamente se fue cuando sucedió el segundo ataque.

Resignados a enfrentarse de nuevo a un posible enemigo peligroso, Leviathan y Samson simplemente les dijeron a sus portadores que se prepararán para un posible combate; los parásitos tenían la esperanza de que está vez si podrían dar mejor pelea en comparación a lo ocurrido con el Reino Lamia...

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Bek y Neferu dieron aviso a todas las aldeas humanas de que el territorio en el que se encontraban ya no era seguro y lo mejor sería irse durante un tiempo. Todo esto fue gracias a la gran velocidad que contaba Neferu y Bek gracias a sus parásitos, velocidad que les permitía ir de aldea en aldea sin perder mucho tiempo.

Fue en su recorrido por las aldeas humanas donde se toparon sin querer a la usuaria de Samson.
No hubiera habido ningún problema si no fuera porque Neferu estaba ahí...

—¡NEFERU! —Una voz áspera grito con mucho odio hacia la recién nombrada.

Neferu volteo hacia la dirección donde había oído que alguien gritaba su nombre, al voltear lo primero que vio fue como pinchos hechos de lo que parecía ser cabello salían del suelo con intención de empalarla.
Neferu logro esquivar el ataque, aunque ahora mismo estaba sumamente conmocionada.

Bek que había visto todo ese escándalo también estaba muy impactado. Nunca se hubiera esperado que Samson estuviera vivo, Bek pensaba que había muerto junto a Delilah. Neferu también había pensado todos estos años que Samson estaba muerto.