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Jungkook se quedó conmigo hasta que los Jo llegaron a casa a las doce y media, y nunca se me ocurrió que tal vez no les gustaría hasta que oí la puerta del garaje. Por supuesto, él tuvo todo controlado con una sola frase.

—Lo siento, pero no creí que era seguro para Yoongi estar solo un sábado por la noche con un asesino en serie suelto.

Los Haskins le agradecieron a Jungkook por ser tan atento, y luego comentaron cómo todos los omegas muertos se parecen a mí.

—Esta es una conversación fascinante y todo —dije, interrumpiéndolos—. Pero preferiría no tener pesadillas esta noche. Entonces, ¿les importaría si me voy a casa en lugar de hablar sobre el hecho de que hay un desquiciado por ahí quien me rebanará si llega a tener la oportunidad?

—Oh, por Dios. Lo siento, Yoongi. Nunca lo pensé así. Voy a llevarte a casa ahora —dijo el Sr. Jo mientras tomaba las llaves nuevamente y se dirigía hacia el garaje.

—Sr. Jo., vivo ocho casas calle abajo. No es necesario que me lleve.

—Yoongi, Jungkook tiene razón. Hay un asesino en serie por allí fuera.

—Puedo llevarlo a casa a salvo, señor —ofreció Jungkook—. No me molesta. Voy en esa dirección, de todos modos.

Lo siguiente que supe fue que caminaba por una calle desierta en medio de la noche con mi extremadamente caliente vecino, quien resultó ser muy bueno besando. La tormenta disminuyó a una ligera llovizna y caminamos por el medio de la calle para evitar las ramas de los árboles caídos.

A pesar de que pasamos las últimas horas juntos a solas, la televisión había estado encendida y la tormenta había sido ruidosa. Ahora estaba realmente silencioso. Demasiado silencioso.

—¿Sabías que nuestra calle originalmente se llamaba Chuck Norris Drive? —le pregunté, sólo para romper el silencio.

Jungkook me miró. Había visto el final de la película conmigo, y se rió desde el comienzo hasta el final.

—Es cierto —continué—. Pero tuvieron que cambiar el nombre porque nadie se cruza con Chuck Norris y sobrevive.

Jungkook trató de no reírse, pero fracasó.

—No puedo creer que nunca has tenido que luchar contra tus admiradores —dijo—. No hay manera de que por lo menos la mitad de los tipos con los que pasas el rato no estén locamente enamorados de ti.

—Créelo —le dije tratando de evitar lo incómodo de su declaración—, hasta que llegaste tú, ningún alfa me había llamado por mi primer nombre. Bueno, supongo que Yijeong y tú. Pero tú fuiste el primero, y él no cuenta porque cuando me conoció yo llevaba la estúpida ropa de Ji Hoon.

Jungkook frunció el ceño cuando mencioné el nombre de Yijeong. Llegamos a la calle en medio de nuestras casas y mientras me dirigía a la mía, Jungkook tomó mi mano.

—Ven a mi casa conmigo esta noche.

—¿Perdón? —Me sorprendí y tuve que trabajar para controlar mi repentina ira.

—No quiero decir de esa manera —dijo Jungkook. Para su suerte, parecía sincero. Había golpeado a otros alfas por pedir mucho menos—. Sólo esta noche, es sábado. Sólo para cuidarte.

—No le mentiste al Sr. Jo —dije, asombrado—, realmente viniste esta noche porque te preocupabas, ¿no es así?

—Yoongi, no tienes idea de lo que los sábados por la noche se han convertido para mí. Tengo que buscar maneras de distraerme a mí mismo cada fin de semana con el fin de no ir a romper tu puerta.

TRANSTORNADO  ❦ ᴷᴼᴼᴷᴳᴵ ❦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora