🌃006🌃

283 34 6
                                    

Mi cabeza latía con fuerza cuando me desperté a la mañana siguiente. Probablemente porque después de la fiesta, soñé toda la noche. Algunos de los sueños eran pesadillas, pero algunos de ellos... bueno... digamos que me acordé de cómo los labios de Jungkook se sentían en mi cuello y cómo sus dedos podrían elevar la piel de gallina en mi piel un poco demasiado bien.

Las pesadillas eran reconfortantes porque eran muy sencillas, pero los buenos sueños me confundían. No sabía qué pensar de Jungkook, pero una cosa era cierta: no había manera en el infierno en la que fuera a pasar el día a solas con él. Mi coche tendría que esperar.

Bajé las escaleras para tratar de explicar la mala noticia a mi madre, pero me detuve en el pasillo cuando la oí a ella y a Ji Hoon hablando de mí.

—No lo entiendo —dijo Ji Hoon.

—Estaban hablando y Jungkook era tan dulce. Entonces Yoongi enloqueció y nos hizo salir. No dijo ni una sola palabra de camino a casa.

—Bueno Ji, cariño —pude escuchar la simpatía en la voz de mamá, así como asombro—, probablemente se asustó.

¡Gracias! Me alivió tanto que alguien entendiera cómo de espeluznante era Jungkook. Pero entonces mamá dijo—: Yoongi no está acostumbrado a los alfas como tu lo estás.

—¡Lo único que hace es salir con alfas!

—Pero ninguno de ellos le ha prestado esa clase de atención antes.

Los J, son buenos chicos, pero tratan a Yoongi como a uno de ellos. ¿Puedes ver a alguno de ellos pidiéndole una cita, o tratando de darle un beso?

Ji Hoon resopló.

—Ew.

No podía creer que mamá y mi hermano estuviesen teniendo esta conversación acerca de mí, pero al menos Ji Hoon y yo nos hallábamos en la misma página con ese pensamiento. ¿Salir con los J? Ew, ew y ¡ew!

Mamá continuó—: Así que si a Yoongi le gusta Jungkook, ¿no puedes entender lo confundido que puede estar en este momento? La pubertad es una cosa muy difícil. No todo el mundo se adapta tan naturalmente como tú lo hiciste.

—Asco, mamá, no puedo creer que hayas dicho la palabra pubertad.

—Bueno, ¿De qué otra forma se supone que la llame?

—Um, nada. Esta conversación está tan terminada. ¿Y sabes qué? Tal vez no deberías decirle nada a Yoongi. Voy a ayudarlo con Jungkook.

Al oír una silla deslizarse de la mesa, empecé a arrastrarme escaleras arriba, pero todavía oí la respuesta estoica de mi madre.

—¿Ji Hoon?

—¿Qué?

—Deja a tu hermano en paz.

—Pero mamá, no lo viste. Necesita ayuda.

—¡Aléjate de él! —dijo mamá de nuevo—. Estoy segura de que pedirá tu ayuda cuando esté preparado para ello.

¡Ha! Y los monos podrían volar fuera de mi culo, también.

Esperé en mi cuarto hasta que oí a Ji Hoon encender la ducha en el baño y luego bajé a enfrentar a mamá. Afortunadamente, no dijo nada cuando entré en la cocina. Tomó un sorbo de café mientras que cogí un plato de Cocoa Puffs. Cuando por fin habló, no dijo ni una palabra acerca de la fiesta.

—Así que, ¿alguna idea del tipo de coche que quieres?

—Dudo que tenga muchas opciones con sólo cuatro mil dólares para trabajar —le dije, encontrando la transición perfecta para cancelar mis planes del día sin tener que recurrir a Jungkook—. Tal vez debería esperar hasta el final del verano, cuando ahorre un poco más.

TRANSTORNADO  ❦ ᴷᴼᴼᴷᴳᴵ ❦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora