Capítulo 5

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Sus pasos se ralentizaron para permitirse observarlo mejor. Había estado esperando aquel momento toda la semana, y ahora que lo tenía a escasos metros de ella no sabía qué hacer o qué decir para poder hablar con él.

No lo conocía, y no sabía por qué, pero se sentía atraída a él. Como si hablarle fuese una necesidad. Como si saber al menos su nombre fuese algo que le urgiese.

Él no se había percatado de la presencia de Cassie, lo que le dio la oportunidad de poder examinarlo mejor en el breve instante en el que sus caminos iban a cruzarse. No se equivocaba al imaginar que sus brazos eran fuertes y que era un par de cabezas más alto que ella, pero todo lo demás era la primera vez que lo veía. En su encontronazo apenas había tenido tiempo de fijarse en un par de cosas, pero ahora podía ver mucho más.

Era guapo. Demasiado quizá. El pelo castaño peinado hacia atrás contrastaba con sus ojos verdes, unos ojos que podría pasarse horas enteras mirando. Era alto, y a pesar de que vestía de negro entero se notaba que estaba en forma. Todo él emanaba misterio y un aura de peligro que, de haber seguido los consejos de su hermano, la haría no querer saber nada de él.

Pero no era así. Vio sus pasos dirigirse hacia él, y aunque no sabía cómo hablar con él o qué excusa inventar, deseaba hacerlo. Sus tacones resonaban en la calle que se encontraba completamente en silencio, y se paró a unos cuantos pasos de él.

Cassie solía dejarse llevar, hacía lo que le apetecía en el momento, y solía divagar a la hora de hablar. Era espontánea aunque a veces le costase reaccionar, pero sobre todo era atrevida. Prefería hacer las cosas a quedarse pensando qué podría haber pasado si lo hubiese intentado, y ese era el motivo por el que comenzó a hablar.

- Hola - dijo con la voz algo temblorosa - Soy Cassie, chocamos el otro día en el pasillo - explicó con la esperanza de que él dijese algo, pero tan solo alzó la mirada y la observó - Quería darte las gracias de nuevo por haberme ayudado, normalmente no me pasan ese tipo de cosas, pero tenía prisa y no sé en lo que iba pensan..

- De nada, Cassie - la cortó, pero lo pasó por alto porque su nombre pronunciado por él sonó mejor de lo que pensaba - No fue para tanto, no le des más vueltas.

¿Que no le diese más vueltas? Llevaba toda la maldita semana pensando en él, en sus ojos, en su olor, en sus manos, y ahora él decía que no le diese vueltas.

Emitió una pequeña sonrisa, intentando así no demostrar que estaba nerviosa.

- Hay una fiesta esta noche, por el partido. Si vas podría terminar de agradecértelo allí - en el instante en el que las palabras abandonaron su boca se dio cuenta de cómo había sonado eso, y rápidamente se corrigió - Invitándote a algo, no pienses mal. No soy de esas chicas, por Dios.

- ¿Y qué tiene de malo esas ser de esas chicas? - le preguntó, con cierta diversión en su voz.

- Nada, solo que yo no soy así.

- ¿Y cómo eres entonces?

- No me gustar estar con alguien por estar. Tiene que haber algo, gustarme, parecerme interesante - se encogió de hombros.

Se quedó callado unos segundos, y al final tan solo asintió.

- Dudo que nos veamos en esa fiesta, pero pásalo bien - Ashton se puso recto y pasó a su lado, soltando un suspiro al comenzar a caminar en dirección contraria.

Cassie hundió los hombros y maldijo para sus adentros. ¿Qué había hecho mal? Quizá no tendría que haberse acercado a hablarle, le habría parecido una de esas chicas que ella se esforzaba tanto por no ser, persiguiendo a los chicos solo porque eran guapos.

Además, no le había dicho ni su nombre. No tenía forma de preguntar por él, aunque tampoco tenía a quién. 

Esta vez fue ella la que suspiró y echó a andar hacia el campo, esperando que asistir a aquella fiesta le hiciese olvidarse de todo.

ALGO MÁS QUE NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora