La semana había pasado más lenta de lo normal para Cassie. No había vuelto a tener noticias de Ashton ni habían vuelto a hablar, pero eso no hacía que perdiese la esperanza con él. Había utilizado la excusa de encontrar algo que ponerse para el evento al que iba a acudir para no seguir pensando en él, y había funcionado. Hasta en tres ocasiones fue al centro comercial acompañada de Lydia, y había sido la mejor distracción que podría haber imaginado.
Además, desde el lunes su humor había sido extremadamente alegre. Ella, Danny, Luke y Ethan tenían que asistir a la exposición fotográfica de la madre de los últimos, su tía, y algo como eso conseguía que estuviese emocionada. Le encantaba relacionarse con la gente, conocer personas nuevas y pasar tiempo con su familia, y eso mismo había intentado transmitirle a Ethan y Danny cada día, pues a diferencia de ella y de Luke no les gustaban ese tipo de celebraciones.
Si Lydia no hubiese tenido reunión familiar la habría acompañado, aunque la compensó ayudándola a peinarse y maquillarse. Adoraba la parte en la que tenía que arreglarse y disfrutaba de cada momento, por lo que ambas pasaron una tarde de ensueño entre maquillaje y risas.
Apenas dos horas después atravesó las enormes puertas de la galería al lado de su hermano, al que llevaba agarrado del brazo.
– ¿Crees que pondrán la misma comida que la última vez? Me encantaron los postres – le preguntó, y es que si había algo que a Cassie la ilusionase más que estar en un sitio como ese, era la comida.
– No lo sé, me conformo con que haya alcohol.
– Si solo vas a pensar en eso mejor haberte ido a cualquier fiesta. Compórtate, es la tía Susan.
Cassie puso los ojos en blanco y soltó su agarre para ir a buscar a sus padres tras despedirse de él.
Había perdido la cuenta de la cantidad de personas a las que había saludado y con las que había entablado una conversación, dudaba que quedase alguien que no hubiese charlado con ella. Notaba sus pies quejarse al estar de pie todo el tiempo, por lo que, tras coger un par de vasitos con la tarta de queso que estaban sirviendo, se retiró a una de las salas más alejadas para sentarse en el banco que había en el centro.
Degustó el postre con lentitud admirando la imagen que había frente a ella, un cuadro que le había gustado desde pequeña. La imagen mostraba un paisaje repleto de diminutas margaritas de color amarillo claro, y en contraposición el cielo parecía que estallaría en cualquier momento. Así era como se sentía ella en algunas ocasiones, feliz y rebosante de energía, pero también como una bomba a punto de explotar. Aunque eso nadie lo sabía.
– Tu idea es mucho mejor que la mía.
Una voz la sacó de sus pensamientos haciendo que se sobresaltase, porque era la última que esperaba escuchar aquella noche. Ladeó la cabeza y se encontró a Ashton vestido con camisa y pantalón, observándola, y ella enrojeció.
– ¿Qué idea? ¿Qué haces aquí? – le preguntó sin apartar la mirada de la suya, totalmente sorprendida por habérselo encontrado ahí.
Había pasado toda la semana esperando saber algo de él o intercambiar alguna palabra, y en el momento en el que menos lo esperaba había aparecido. Su cuerpo se tensó y se puso nerviosa, porque su sola presencia la alteraba.
– Huyes robando comida.
– No huyo, y no robo comida, es la que están dando en la sala principal. Cualquiera puede coger, y además está buenísima – su voz sonaba atropellada a pesar de que intentaba disimular lo que sentía.
– ¿Entonces puedo coger la que aún no te has comido? – dijo mientras daba un paso hacia ella.
– Ni lo sueñes, estas dos son mías – replicó alejándolas lo máximo posible de él.
– Está bien, nada de bromas con la comida. ¿Por qué te escondes aquí?
– No me estoy escondiendo, me duelen los pies y necesitaba sentarme. Además, quería contemplar una buena obra degustando un buen postre – bromeó.
Él miró sus zapatos, y aprovechó para subir la mirada y descubrir que llevaba un vestido corto de color dorado que se ajustaba a su cuerpo. Suspiró y centró la atención en su cara, que de igual forma le resultaba una tentación.
– Admítelo, estás aburrida.
– No estoy aburrida, necesitaba descansar – lo miró poniendo los ojos en blanco, pero su gesto cambió al ver que se sentaba a su lado – Aún no me has dicho qué haces aquí.
– He venido a proponerte algo – se acercó para poder bajar el tono de voz, y Cassie se embriagó de su olor, que la dejó totalmente ensimismada – Pero ya no será posible porque te duelen los pies.
Se alejó y se encogió de hombros, dejando a Cassie desconcertada.
– Estás riéndote de mí, ¿verdad?
– ¿Por qué iba a reírme de ti?
Y Cassie emitió una pequeña carcajada sarcástica. Giró el cuerpo para quedar frente a él, y tomó aire antes de hablar.
– Veamos, las dos veces que nos hemos visto me has dejado hablando sola, me buscas y comentas mi vídeo, por Instagram cortaste la conversación de repente, pero luego me diste like, y casi una semana después me dices que vienes a proponerme algo cuando ni siquiera sé qué estás haciendo aquí – su tono de voz había subido a la vez que hablaba, pero no estaba enfadada — No te entiendo. ¿Qué quieres de mí?
Y esa era la pregunta a la que Ashton no sabía darle respuesta. Se encontraba tan confundido como ella, pero le daba igual. Su único pensamiento desde que la había visto ahí sentada era acercarse y poder pasar unos minutos a su lado. Lo demás lo había improvisado.
– Vámonos de aquí. Conozco un sitio que te va a gustar mucho más que este – fue su única respuesta, porque no pensaba darle ninguna explicación. Le tendió la mano y esperó, deseando que quisiese cumplir todos los planes que quería hacer con ella.
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¡Capítulo nuevo! Y además puedo decir que a partir de ahora empieza lo mejor 🤪 (aunque también lo peor)
¿Qué os parece la actitud de Ashton?
¿Qué creéis que hará Cassie?
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ALGO MÁS QUE NADA
RomanceCassie se enfrenta a su primer año de universidad y está dispuesta a vivir todas las experiencias que la vida en la ciudad de Londres le pueda ofrecer, aunque su hermano y sus primos se encarguen de protegerla más de la cuenta. Ashton está cansado d...