Capitulo 1

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La rubia ajustó sus gafas en su puente de la nariz, mirar hacia abajo a cada segundo y tener que volver la cabeza a escuchar a sus compañeras le estaba empezando a dar dolor de cabeza.

Mientras ellas se reían en voz baja de aquellos casuales chicos con los que habían pasado la noche, Luxanna hacía cada vez más líneas en su cuaderno, dibujando lo que era el indicio de un rostro atractivo, finas cejas, labios carnosos y una nariz puntiaguda.

—¿De nuevo dibujando? Tu tesis va a tener más dibujos que fotos tomadas por la policía —dijo su amiga morena con una mueca en sus labios, enrollando un mechón de su cabello color café en su dedo.

—¿Sabes? Ni siquiera saben si ese es su verdadero aspecto, algunos dicen que es una bruja fea —soltó la más inocente de su grupo de chicas, Lulu, una chica poco desarrollada de cabello marrón, sus ojos verdes desprendían una alma pura y libre de pensamientos negativos. Al igual que sus amigas apreciaban a la chica por su sinceridad y optimismo, también sabían lo fácilmente manipulable que era, y eso la solía dejar en un mal lugar.

—¿Una bruja fea? —repitió Lux, ganando un asentimiento de todas sus amigas.

Janna, la más calmada de todas ellas, la miró de reojo, pensando en lo que podía pasar en la cabeza de la rubia. Janna era una chica pacífica, inteligente, y hermosa, muy hermosa. También era muy sobreprotectora, y no podía evitar querer resguardar a sus chicas de todos los males del mundo, sobre todo de los criminales más peligrosos.

La rubia sonrió un poco debido a la locura que había dicho Lulu, aun así, no negó el hecho de podría ser cierto, después de todo, Katarina Du Couteau era la criminal, ladrona y mafiosa más temida de todo el país, y probablemente de todo el universo. Solo algunos llegaban a alcanzar la reputación de aquella mujer y vivían para seguir cometiendo sus crímenes sin que la temeraria Katarina decidiera borrarlos de la senda.

No sería nada raro que el rostro bello que aparecía en las fotos de la policía no fuera nada más que una fachada.

Un ruidoso sonido llamó la atención del grupo de chicas. Irelia no tardó en tomar el aparato de color azul con algunas lineas blancas, diseño de la agencia, y abrirlo. Un rostro un poco mayor y con barba las recibió en un holograma.

El hombre sonrió, sacando su puro y apartando a la mujer encima de él. Por detrás de la imagen del señor, el humo se arremolinaba por la habitación y se escuchaban algunos que otros gemidos por la habitación de paredes rojas y bordes de oro. El hombre gruñó y tapó el fondo—Tengo una nueva misión para el equipo Estelar.

Las chicas asintieron con entusiasmo, contentas de poder cambiar de rutina y que por fin su jefe confiara en ellas para entregarles una misión mucho más laboriosa. La rubia agente sonrió al ver la felicidad de sus compañeras, aunque podía sentir como su amiga castaña la miraba con reproche, señalando una y otra vez el dibujo a medio acabar en su regazo.

Janna llamó la atención de ambas chicas en cuanto el jefe comenzó a hablar, dándoles la fecha y hora indicadas en el famoso bar del viejo Gragas—Allí os espero —comunicó antes de que la llamada se cortara repentinamente.

—Primero acabemos con esto —propuso Irelia, poniendo su ojo crítico sobre los hombres justo bajo de ellas. El más grande sacaba las cajas de droga mientras el flaquillo de los dos las iba colocando en orden en el suelo, al parecer iban numeradas. Con una sonrisa dentuda, el tipo más delgado golpeó las cajas, lanzándolas lejos mientras su amigo se reía fuertemente.

Ellas arquearon unas cejas, un tanto disgustada por las acciones de los dos hombres, quienes no tardaron en empezar a hablar sobre la la próxima entrega—Ese bastardo de Tobías me ha dicho que lo recibiremos en unas semanas —se quejó.

Equipo Estelar (Basado en D.E.B.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora