18.Advertencia.

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Verme aquí, sola, en esta habitación oscura, con un dolor negro que me está matando; con un corazón roto, con sufrimiento, con llantos descontrolados, me ha roto el corazón, o mejor dicho: me lo he roto yo sola. ¿Cómo pude ser tan estúpida al hacerme ilusiones yo sola? Sabía que él no me amaba. Lo sabía. Y aún así yo seguí con él.
Es triste que Andrew no sepa amar, es doloroso.
Pero, ¿a caso algo en la vida es fácil?, ¿a caso un amor tan grande puede ser correspondido, después de algún tiempo? ¡Nada en esta vida es fácil!
Si quiero que Andrew me amé, tendré que tratar que Andrew me amé.
No tengo que alejarme de él, estoy rota, pero seguiré.

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Tenía clase de matemáticas. Pero, como era costumbre, no podía poner ni la mínima atención.
Observaba por la ventana, aquel árbol gigante, aquellos pájaros.
Pensando en cosas,  cosas que duelen. Es imposible dejar de pensarle, dejar de pensar en anoche, dejar de pensar que me confesó que no puede amar.
No me puede amar...

La vida es dura. La vida te somete a sufrir, te hace sufrir por amor.

Nada es fácil. Nada lo es ni lo sera.

Había algo de viento, las hojas de los árboles se movían al ritmó del el, algunos pájarillos tomando sombra debajo del árbol.

A mi alrededor solo había personas, unas "poniendo atención en clase", otras no, otras medio dormidos... y luego estaba yo, la chica que observa por la ventana, perdiéndose una clase de matemáticas, pensando en alguien que le hace daño, pero a la ves, la hace feliz, la que está rota.

—Señorita Rayn— escuchó la vos del maestro, pero algo dentro de mí le hace caso omiso—, ¡señorita Rayn!— exclamó con más fuerza, y por esta ves le hice caso.
—¿S-si?— pregunté nerviosa.
—Ya son varias veces que veo que no pone atención a la clase, se está retrasando, usted es una de mis alumnas más aplicadas...— le interrumpí.
—L-lo siento— baje mi mirada.
—Solo...— el timbre le interrumpé, todos salen deprisa.— Espere un momento— tomé mis cosas y me acerque a él—, la he notado toda la clase muy distraída, ¿tiene algún problema?
Su pregunta me extraño. El maestro ha notado mi tristeza. Ha notado que estoy rota.
—N-no es n-nada, s-solo son los trabajos d-de la escuela— trate de sonreír, trate de convencerle que estaba bien.
—Solo, preste más atención a las clase, ¿está bien?.
—Si.
Salí casi huyendo. No puedo creer que alguien haya notado mi tristeza, menos el maestro de matemáticas.

Camine por los pasillos de la escuela, los grandes pasillos. Salí por la puerta, camine por el patio de la escuela, hasta dirigirme a las bancas donde suelo sentarme todos los recesos.
Esta ves no había casi nadie, ni siquiera Andrew.

Solo estaba allí, observando aquella banca donde él siempre se recuesta, el gran árbol, moviéndose sus hojas al ritmo del viento.
Y de repente, veo a Andrew caminando, como una especie de cámara lenta, el árbol se movia lento, las pocas personas que había a mi alrededor, estaban igual. Observé detenidamente a Andrew, sentarse en la banca, aún en cámara lenta, me observó y después se recosto.
Aún le observaba, aunque sintiera mi corazón romperse más. ¿Y cómo no romperse?

—¡Ariadnne!— escuché la voz de Mirley, haciendo que salga de esté "trance".
—¿S-si?— pregunté confundida, es como si él tiempo se hubiese detenido, es como si me fuese a desmayar.
—¿Estás bien?—pregunto tomando asiento de mí lado.
—Si—sonreí. Aún no entendía que había pasado, pero no preocuparía a Mirley, no lo haría.
—Esta bien— sonrío.—¿ Has visto a Michael? Lo he estado buscando.
—¿Michael? No, no lo veo desde...— hice una pausa, no lo veo desde la ves que Andrew lo golpeó, ¡me he olvidado de él!
—También te quería preguntar, ¿porqué no llegaste a la escuela ayer? Tú nunca faltas, ¿pasa algo que hizo que no llegarás a la escuela?—preguntó con preocupación. Le preocupaba, lo notaba en sus ojos.
—S-se me hizo t-tarde. Llegue cuando cerraron la puerta— trate de sonar bien, de no tartamudear cuando me pongo nerviosa.
—A ti nunca se te hace tarde, Ariadnne.— dijo con duda. Le inquieta saber el motivo "muy fuerte" para que no llegara a la escuela.
—Esta ves si.— respondí.— Y, ¿cómo has estado?— pregunté para safarme de este interrogatorio.
—Bien.— dijo después de uno segundos.
Y así quedó, ni una hablo, ni una río. No hicimos nada. Nos quedamos calladas.

—Tengo que irme, adiós Ariadnne.— dijo y se fue. No espero ni un momento para que me dejara despedirme.

Algo le esta pasando a Mirley la veo muy distante. O solo sera que quiso irse por que me notó rara.

Volteé hacía Andrew. Seguía recostado en la baca, su banca mejor dicho.

Le veo y me pongo feliz, esta aquí, él esta aquí y eso me pone feliz; pero por otra parte, me pone mal, me hace sufrir, no sé si tendré de él su corazón, se que es frío, indiferente, pero se puede enamorar de mí, yo sé que él puede llegar amar, puedo saber que es lo que le pasa, saber todo sobre él, así podre ayudarle, comprenderle, pero si no me lo dice, si no lo descubro, nunca le ayudaré.

De lejos pude ver a Michael, me dirigí hacía él.
—¡Michael!— grite llamándolo.
Él volteo y se detuvo, llegue hacía él un poco agitada.
—Michael, lo siento, lo siento mucho— me disculpe. —, no pude safarme de él y ver como estás, por...— me interrumpio.
—No te preocupes Ariadnne, no me ha pasado nada, pero te he buscado, ayer fui a tú casa, y te he llamado varias veces— dijo preocupado pero con calma.
—Ayer no te escuché que tocaras y mi celular no se donde esta.¿Pero estas bien?— pregunte preocupada.
—Creo que esa pregunta yo te la tendría que hacer— dijo y me tomo de las manos—, veo que no te a pasado nada, pero por favor, no te acerques más a Andrew, ten cuidado con él— me advirtió, me advirtió convencido de que Andrew puede dañarme.
—¿Porqué lo dices?— pregunté suplicando una respuesta.
—Por qué en realidad no lo conoces, yo lo conozco demasiado bien, sabes que fuimos unos "buenos amigos", pero acabó esa "amistad"— hizo comillas con los dedos y volvio a tomarme de las manos—, ten cuidado Ariadnne, cuidate mucho. No sabes de lo que es capas, cuidate.— me dio un beso en la frente y se alejó.

¿Por qué me a advertido que me aleje de Andrew? ¿Por qué?

—¡Michael!— grite—¡Michael!— le grite para buscar una respuesta.
Pero fue demasiado tarde, se a alejado, no me ha escuchado.

Es como si Andrew fuera capas de hacerme daño, de hacer daño.
Volteé a verle y aún seguía recostado en la banca con sus audifonos.
No parece hacer daño, se que es frío, indiferente, muy directo, rompe reglas, "él chico malo", ¿pero tanto para que Michael me advierte de él? ¿Qué me aleje?
Él sabe algo, y lo voy a descubrir.

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N.A: Ya sé, ya sé, me quieren matar por que tarde más de una semana:v lo siento chicos, no sé que me paso que no pude terminar esté capituló, pero aquí esta^.^
Espero que les guste, y mil disculpas u.u
Nos leemes pronto:)✌

Amor frío.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora