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Tres días después estoy sentado entre mis compañeros de clase, todos vestidos en togas brillantes, esperando a ser llamados hacia al largo podio puesto debajo del aro de basquetbol en el gimnasio. El día de la graduación está aquí.

Los otros de último año a mi alrededor están susurrando y vibrando con emoción. El señor Lee está intentando, sin tener éxito, ganar la atención de la multitud inquieta y hacer un discurso sobre "vivir el día", "hacer nuestro propio camino" y "perseguir tus sueños".

El único sueño que quiero perseguir en este momento es el sueño de salir de esa gruesa y pesada toga. Mi camisa y shorts debajo se están poniendo pegajosos contra mi piel. Y se siente pesada y atrapada debajo del material sofocante de la toga. Y en verdad, no me gusta el traje de graduación.

El gimnasio está lleno de gente, haciendo la abovedada habitación caliente. Padres, hermanos y otros familiares están en las paredes y llenan las graderías. Es un día esencial para la mayoría de las personas. Los estudiantes a mi alrededor están saludando a sus seres queridos en la multitud. Seres queridos que vienen a ser testigos del día "tan significativo" de la graduación.

Sin embargo, no hay seres amados sonriéndome a mí. Los pequeñines están en la escuela y mi mamá —quien ya no es mi mamá—, probablemente ni siquiera sabe qué año es, ni mucho menos el hecho de que su hijo mayor se está graduando hoy de la secundaria. No estoy triste por esto. Sólo estoy consciente de ello.

Miró la fila de compañeros sentados junto a mí. A quince sillas de distancia está Hyunjin, estirando su cuello y mirando apáticamente al Sr. Lee. Tampoco tiene miembros de su familia aquí. Pero me tiene a mí.

Miro su rostro hermoso y alzo mi cabeza. Hoy, parece un hombre. No por su toga, definitivamente no es por la toga. Sino porque su rostro está lleno de confianza y fuerza. Y hoy luce... satisfecho. Y le luce bien la satisfacción.

Mira por la fila y nuestros ojos se encuentran. Sonríe sin vacilación, y mi rostro le devuelve la sonrisa como una colegiala enamorada. Amo su fuerza.

La ceremonia continúa. Los nombres son llamados. Diplomas son entregados y hay tanto regocijo en la tierra... o lo que sea.

Cuando el último nombre es llamado, todos lanzan sus birretes al aire y gritan.

Bueno, casi todos. Hyunjin y yo nos escapamos y hacemos nuestro camino hacia el otro. Alrededor de nosotros, padres orgullos están tomando fotos de sus graduados y adornándolos con flores y abrazos. El caos es alegre y lleno de poder y esperanza. Estoy feliz por todos a mi alrededor. Estoy un poco celoso por su confianza en el futuro, pero de verdad quiero que "vivan el día" o lo que sea.

Alcanzo el lado de Hyunjin y miro su rostro. Me sonríe y trata de meter sus manos en sus bolsillos. La toga brillante está en su camino, de todos modos, y sus manos se deslizan hacia los lados por la tela lacia y brillante.

Me río, suavemente.

—Las togas fastidian.

—Sí— me sonríe. —Apestan.

—¿Quieres deshacerte de ellas?— pregunto, medio bromeando, pero él me toma en serio y le baja el cierre a la suya, revelando jeans desteñidos y una delgada camisa blanca debajo.

Me río de nuevo mientras me quito la mía también y finalmente le permito a mi piel y ropa respirar. Dejamos caer nuestras togas en la suelo del gimnasio, las dejamos ahí, y comenzamos a caminar hacia la salida.

Hyunjin suspira profundamente.

—Así que... nos graduamos.

Asiento.

—Síp.

—¿Te sientes diferente?

Lo miro de reojo.

—Sí— mis ojos caen a sus labios —Pero no porque nos graduamos.

Él también me mira.

—Yo también.

Seguimos caminando.

Entonces, justo en medio de todos nuestros compañeros, en medio del abarrotado gimnasio donde profesores, padres, Karina y Chan están alrededor, Hyunjin se estira para agarrar mi mano y la sostiene como si le perteneciera. Y le pertenece.

Sonrío mientras salimos de nuestra ceremonia de graduación, conectados.

𖦞 𝗌𝗍𝖺𝗋 𝗅𝗈𝗌𝗍 𖥧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora