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Hacía movimientos ágiles con las cartas, como si fuera agua pasando por un río, perfectamente coordinado.
Fué dejando las cartas en la mesa.

—Te tengo una propuesta— inició Devil.

—Soy todo oídos.

—Hagamos una apuesta, si ganas -que lo dudo- te debo un favor, ya sea hacer algo, matar a alguien, lo que sea— King Dice se detuvo ante esto— pero— continuó — si YO gano, tendrás que hacer algo que tengo en mente, y no podrás negarte.

—Ni usted si yo gano— recibió una respuesta positiva — perfecto, trato hecho.

Extendió su mano y así es como inició una pequeña guerra de poder.
King Dice analizaba y actuaba como sus años de experiencia le ordenaban mientras que Devil confiaba en su poder del engaño.

—Es todo~— cantó feliz el dado.

—No, imposible— se quejaba el diablo— ¡¿Cómo?!

Era la séptima vez que le ganaba, aún así usara sus poderes para volver en el tiempo e intentar ganarle, el dado siempre tenía una respuesta ganadora ante sus movimientos.

—Deje de usar sus métodos sucios contra mí, no funcionarán— el demonio lo miró con sorpresa— no puede ser tan bueno en un juego de cartas, y, además, no ha soltado su tridente.

El señor de las tinieblas lo soltó, "rindiéndose" así ante el rey.
Empezó a recoger las cartas y una vez ya listas la mesa y silla desaparecieron junto a un humo oscuro.

—¿Qué quieres?— el menor se quedó un momento quiero — ¿Qué hago, a quién mató, qué te sirvo?

El dado soltó una suave risita por lo bajo, haciendo que el diablo sin poder evitarlo se sonrojara.

—Eso lo veremos mañana, ahora necesito dormir y quitarme todo el maquillaje.
¡Que pase buenas noches!

Dijo el ahora ojinegro quien se dirigió al baño para poder cambiarse a gusto a una ropa más cómoda. Por suerte, cuando regresó a la cama ya no había nadie, cosa que le hizo gracia.
Probablemente el jefe estaría ideando un plan para deshacerse del castigo.

Al día siguiente despertó con más ánimos, su cuerpo se sentía mucho mejor, casi al cien por ciento.
Se vistió como era lo habitual y salió del cuarto.

—¡Hola!— saludó el diablo, asustando a su lacayo.

—¡Señor! Ah~— suspiró, intentando regular su respiración y corazón — me asustó.

—Sí, ese era el punto, genio.

—Amaneció de malas.

—Me pregunto cuál será la razón.

—Luego le digo lo que quiero hacer, ahora debo atender el casino ¿Quiere unirse?

Ambos dieron la bienvenida a los invitados, mejor dicho, Dice dió la bienvenida a la clientela. Devil, como solía hacer, se sentó en una silla del bar medio aislada.

—Recuerda que debes traer almas nuevas, Dice. No puedo soportar a Estricto y su estúpido trasero de porquería.

—Tranquilo jefe, estoy en eso~— detuvo su conversación para mirar al tipo del día anterior entrar al local— si me disculpa, tengo trabajo que hacer. Nos vemos~

Avanzó al cliente que esperaba ver con ansias, un sentimiento correspondido por el otro que apenas puso un pie en el casino buscó al de traje morado.
Ambos se sonrieron y avanzaron al bar, donde pasaron un buen rato bajo la mirada malhumorada del dueño.

—¿Te apetece jugar algo? No es que me aburras, pero acostumbro a moverme mucho, ya sabes.

—No me molesta pero ¿Obtendré algo a cambio?— King Dice dejó salir una leve risa

💌 KISS OR KILL🔪 [DevilDice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora