R

445 34 0
                                    

—Señor, necesito que venga un momento.

Llamó al diablo por medio de uno de sus teléfonos. Este hizo acto de presencia a los pocos minutos.

—¿Puede sacarme el- vibrador, por favor?—le sonrió con un poco de vergüenza.

—Primero tienes que quitarte los pantalones.

—Ah, claro.

Se desabrochó y quitó sus prendas inferiores, luego se subió al gran tocador que estaba en el baño.
Devil apartó sus piernas y sacó el humedecido aparato para dejarlo a un lado, el rey soltó un jadeo por el cambio de tamaño.

—Gracias, voy a darme un baño y le hago una actualización de los contratos.

Bajó del mueble y comenzó a quitarse la ropa restante para quedar por completo desnudo y cerrar la llave de la bañera cuando estuviera en una buena medida.
El demonio apreciaba la vista, estaba tentado a tomarlo ahí mismo.

—Dice, ¿Tienes algo que hacer por lo que resta de la noche?

—Eh… no, sólo el reporte que le mencioné… ¿Por qué?— se adentró a la tina, estaba perfecta para su cuerpo.
Abrió los ojos al no recibir respuesta—¿Quiere unirse?— sonrió en su dirección jugando un poco con el agua.

—Si insistes— dejó su tridente y se metió a la bañera igual. Aprovechó el momento para rodearlo nuevamente con sus brazos. El ojiverde recostó su cabeza en el pecho ajeno— Quiero comer afuera pero no quiero ir solo así que…

—veo por dónde va esto. ¿Me está pidiendo una cita?—bromeó.

—Es algo incómodo comer con Secuaz. Tú eres el único con el que puedo tener una charla entretenida. Casi como si compartiéramos la misma neurona— acarició su blanquecino torso.

Dice soltó una risita— ¿Y Estricto?

—¡Por favor! Ese ni tú lo aguantas— le tiró un poco de agua en la cara.

—¡Hey!— hizo lo mismo. Compartieron un par de risas.

—Tienes un lindo cuerpo… tan frágil que deseo destrozarlo—lo apretó a su pecho.

—No creo que pueda dejarme peor a como estoy ahora— colocó sus manos por encima de las de él— respondiendo a su obvia pregunta sí, me gustaría cenar con usted.

—Perfecto, entonces apenas termines vamos al restaurante que tengo planeado.

Terminaron su baño con tranquilidad, cosa curiosa entre estos dos que eran los maestros y amos del caos.
Devil acarició su espalda baja y mordió con suavidad su hombro antes de retirarse del baño. Un nervioso y ruborizado dado se quedó reviviendo una y otra vez el momento íntimo de hace apenas unos segundos atrás.

Se cambió a sus típicas prendas moradas a excepción de su lazo y saco. Simplemente se quedó con su camisa blanca con un par de botones sueltos.
Le avisó una vez terminado y juntos llegaron al restaurante de comida italiana.

—Tiene buen gusto— se sentó en su lugar. La vista a la isla tintero era muy bonita desde ahí.

—Lo sé, no hace falta decir lo obvio— ordenó un par de pastas a petición del ojinegro— Entonces, ¿qué ibas a decirme?

—Los contratos, cierto— se acomodó mejor —los hermanos taza ya lograron recolectar un 25% de las almas solicitadas. Lo que es algo lento teniendo en cuenta que fue ya hace casi un mes desde su apuesta con usted.

Explicaba con profesionalidad, elegantes movimientos de mano y por supuesto, una voz hermosa.
El diablo empezaba a hartarse de todo el asunto de los contratos. No todo se trataba en esta vida de trabajo ¡Por favor, era el diablo!
Sonrió al saber lo que le ayudaría a bajar su estrés por trabajo. Tomó con disimulo el control rosa y lo encendió por debajo de la mesa, causando que su plática se cortara abruptamente.

—¿Qué pasó? Por favor, continúa, te escucho— apoyó su mejilla en su mano izquierda.

—Estaba planeando en- r-reunirme con ellos- mmh~— apretó su mano en un puño que dejó caer en la mesa. Si hubiera más gente alrededor probablemente se habrían asustado— para que s-su des-empeño sea más- apresurado oh, diablos- —cerró los ojos intentando contener sus ganas de retorcerse en su silla.

—¡Genial, llegó la comida!~— exclamó el diablo, sonriéndole al mesero que por dentro rogaba por vivir un día más.

—Aquí tienen, les invita la casa. Si no necesitan nada más me retiro-

—¡Espera!— lo detuvo el de ojos rojos— háblanos un poco de esta comida, de la historia de este lugar— un sonido de molestia salió de su acompañante— ¿Algo que objetar, Dice?

—N-no, en l-lo absolu-to— sonrió al mesero que intentaba mantener la compostura.

Ninguno de los dos hacía caso a las palabras del empleado. Su atención estaba fija en el contrario.
Devil variaba las intensidades, provocando espasmos en el portador. Este pateó por accidente una de las patas de la mesa ante las ondas. Apartó su mirada a la ciudad, un notorio sonrojo inundaba su rostro. Una obra de arte ante los ojos de Devil.

—¿Señor King Dice, se encuentra bien?—preguntó el de traje blanco y negro—¿Debería traerle algo?

—N-no, gracias.

—Dice, es de mala educación no mirar a las personas a los ojos cuando les hablas —advirtió el diablo. El nombrado volteó y reafirmó su comentario.

—M-muchas gracias por su interés, pero le a-ah-seguro que me en-cuentro de m-maravilla.

—Eso es todo, gracias. Puedes retirarte— ordenó el señor oscuro, quería concentrarse únicamente en su lacayo.

—Gracias, j-jefe.

—Me impresiona tu nivel de actuación, casi me convences hasta a mí.
Lo único que te delató fue ese tono morado en tu cara, probablemente ahora el tipo se haga una idea de lo que está pasando aquí— se recostó en su silla y colocó su zapato entre las piernas de Dice.

—Ah~

—¿No vas a comer?— recibió un asentimiento —adelante, puedes tener la primera impresión—sonrió malicioso.

El albino tomó los cubiertos y con las manos temblorosas comió una pequeña porción de la pasta.
Era casi imposible poder prestarle la más mínima atención a la comida cuando tenías algo vibrándote en el culo y una presión constante en el miembro.

Por alguna extraña razón Devil empezaba a sentirse más ligero. Toda la cuestión lujuriosa había pasado a segundo plano cuando se centró en su rostro o mejor dicho sus ojos. Esa tonalidad verde pastel que surgía de un momento a otro cuando se emocionaba de más lo tranquilizaba de cierta forma. Incluso su voz profunda pero serena hacía que su cuerpo tuviera hormigas paseando de sus pies a su pecho, era curioso. No lo entendía del todo… pero le agradaba la sensación. "Es como ver a una mariposa en medio de un pantano"
Sonrió un poco, sus mejillas se tornaron de un ligero color carmín. Nuevamente el ejército de hormigas volvía.

—Y-ya terminé, señor— sonrió a la fuerza dejando el cubierto sobre el plato—¿No le g-ustó la comida? Su plato sigue igual.

—Vamos, me llené con el postre.

💌 KISS OR KILL🔪 [DevilDice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora