Capítulo V: Mierda

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Ariel es muy buena tratando de hacerme olvidar los malos ratos familiares, tiene puros hermanos varones y todos graduados ya. Al no tener hermanos yo, creo que logramos una conexión de inmediato. Los días que paso en su casa son de lo mejor, la ventaja de que sus padres sean médicos es que Ari es la libertad que posee en casa, aunque nunca fue de meter chicos cuando sus padres no estaban, solo yo tenía permitido perpetrar.

Si hablamos de fiestas, Ari es la mejor anfitriona, y por más que no fueran tan frecuentes dichos eventos, sus reuniones eran las de mejores referencias. La casa de la familia Mcdrick se destacaba por la enorme colección de piezas de arte, muchas traídas de los viajes de la familia y otras de la autoría de Ariel. El interior muy conservador pero no aburrido, alfombras cubriendo el fino piso de madera, haciendo juego con la cálida iluminación.

Pero ese estilo hogareño tenía su fin en la habitación de mi mejor amiga, la decoración alternativa y su personalidad hacían el Match perfecto. Sin duda el entrar era toda una experiencia, las luces rojas, el olor de sus tan amadas velas artesanales de olores exóticos inundaban por completo  la habitación. Muchos podrían encontrar su habitación algo perturbadora por ciertos cuadros con al estilo gore, pero para ella realmente lograba con tantos elementos la estética grunge con el que ella siempre me recibía como la hermana que nunca tuve.

El viaje en el subterráneo me lo salté estos días, debo admitir que ir en auto era un lujo al que me gustaría regresar. Con el divorcio de mis padres tuve que aprender a desarrollar mi sentido de adaptación en el transporte público, ahora dependía del reloj y del efectivo casi por completo, ambos parecían esfumarse en mis manos cuál copos de nieve. Sin duda, Ari y su familia era el único recuerdo de los buenos años, en aquella época no sabía lo valioso que era no tener responsabilidades más allá de la escuela. Sus padres aún nos invitan a las cenas de pascua y fin de año, pero Ariel es quien me libera del compromiso ante su linaje. Gracias a Dios.

En clase, el grupito aprovecha la ausencia del profesor para comenzar a organizar una noche de tragos.

—¿Porqué tanto alboroto sobre lo de  está noche?— pregunté pues me sentí perdida de su charla.

—Porque Mayte quiere aprovechar la última noche libre de su "futuro esposo"— contestó Lou haciendo un gesto de enamorados con el rostro.

—Yo también quiero ir, necesito salir, tanto estrés escolar está matando mi juventud—apuntó Andrea.

Mientras discutían si era prudente o no salir antes del fin de semana, mi vista quedó bloqueada por el suéter de Rob que me los había arrojado directo a la cara.

—¡Tierra llamando a Mar! ¡Contesta!—dijo Rob trayendome a la conversación.

—¿Qué? ¿Qué pasa Rob?—dije devolviéndole su prenda del mismo modo.

—Estamos preguntando si te nos unes está noche, Mayte quiere ver a su chico, Andrea y Louis quieren conseguir uno y yo necesito alcohol en mis venas ¿Vienes?—pregunto Rob bebiendo de su botella.

—No tengo ánimo de salir—contesté.

—¿Segura? ¿No hay nadie que te interese conquistar?—insistió Rob y apreté los labios. Y él me miró fijamente.

—Espera…¡Hay alguien que te interesa!— dijo por lo alto Lou entre chillidos de emoción.

—¿Es el chico que viene a buscarte? Es bastante guapo— dijo Thanya uniéndose a la conversación volviéndose hacia nuestra mesa de manera discreta.

—¿Nos dejarás con la duda? Somos tus amigos hay confianza, mínimo dinos si es de aquí o no!—protestó Andrea sentandose encima de nuestra mesa llamando la atención de algunos del salón.

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