18

1.4K 107 10
                                    



Caíste en cuenta que estabas a nada de cumplir 18 años... ¿Tanto tiempo ha pasado ya?...

Izana esperó este día por años, pero hoy se le había olvidado por completo, estaba ebrio, era claro.

Sería en unas horas exactamente, eran las 10 y tanto de la noche.

- Vete...

Izana: ¿Por qué nunca pudiste ver lo que he hecho por ti? la paciencia que te tengo, sabes que trate una y mil veces  de llevar todo por el lado bueno, pero al parecer  no te importa nada de lo que hago por ti.-frunció el señor, estaba molesto y triste a la vez.

- ¿El lado bueno? ¿Cuando? -tu voz era cada vez más temblorosa.

El se acercaba a ti lentamente, te alejaste  poco a poco, tenías miedo, un miedo intenso, no sabías que hacer o que decir.

El quedó frente a ti mirando abajo, su mirada estaba "perdida" mirando a nada.

Viste como caían de sus ojos más lágrimas, en una parte de ti sentías un pequeño dolor punzante ¿Culpable? Siempre te sentías culpable por hacer sentir mal a una persona, no importaba cuanto daño te hiciera, era algo que siempre sentías con tus padres.

El comenzó a hablar sin alzar la voz esta vez.

Izana: Te arruinaré... Más de lo que ya estabas...- dijo en llanto, alzó la mirada- más de lo que ya estabas cuando te engañé...

El estaba decepcionado de ti, ya que el quería recibir  el mismo amor que el te dió en su tiempo.

También estaba tan celoso, era la primera vez que pasaba algo así en estos tres años de vivir con el, jamás te había "celado", jamás se te había acercado otro hombre según el.

Sabías perfectamente que no era así...

Se acercó a ti, pegándote a su cuerpo de una forma brusca, como siempre.

Con una sola mano te tomó del mentón, dándote un beso muy "apasionado", sus lágrimas escurrian por sus mejillas, de cierta forma sentías su tristeza.

Pero no te conmovía en lo absoluto.


















⚠️

El te llevó al dormitorio a la fuerza, como todas las veces, literalmente todas.

Llorando y desesperada quisiste salir de ahí, no te gustaba en lo absoluto que el te tocara, pero sabías que no podías hacer nada, igual nunca dejabas de luchar.

Con fuerza te aventó a la cama, trataste de huir de inmediato cuando te lanzó, pero te detuvo del pie.

Jamás tuviste "victoria", siempre lograba hacerte daño cuando el quería en el lugar que quería...

Daba besos húmedos por todos lados, estabas tan acostumbrada, pero no hubo día en el que no sintieras asco al sentirlo. Destrozó tu ropa con desesperación, empezaste a forcejear, el tomó tus muñecas con una sola mano, una sola mano bastaba para detenerte, siempre fue una desventaja...

Después de desnudarte y manosearte, introdujo su pene en tu vagina, no habría que dar explicaciones, abusó de ti nuevamente.

Cuando llegó al clímax, dejó un triste beso en tus labios, te soltó y abrazó muy fuerte, como si atesorara algo muy importante, así por fin quedando dormido.

Tu llorabas con enojo, te dolía todo y mas esa zona, el siempre fue brusco contigo en "eso", siempre, jamás te trató con respeto.

Una vez más no utilizó un condón, tenías miedo por contraer una enfermedad de transmisión sexual, sabías que muchas veces se había ido a acostarse con mujeres que si "quisieran" estar con el.

Lo de embarazarte por tercera vez de el era preocupante también, ya no querías estar así, ya no, durante tu primer embarazo te mantuvo encerrada para que evitaras abortarlo o tomar alguna pastilla...

Esa vez igual no ibas a quedarte así, intentaste "matarlo" apretando tu estómago, cuando Izana se enteró, optó por estar contigo todo el tiempo para evitar que volvieras a intentar "matar" a su hijo.



El día del parto fue horrible, eras tan chica, los doctores sentían pena por ti, las demás señoras que estaban en esa misma habitación para dar a luz, te miraron con crítica cuando llegaste, no era tu objetivo tener un hijo a temprana edad.

Esa vez Izana ni siquiera se molestó en llevarte a un hospital más profesional o al menos donde te atendieran mejor.

Izana te "animó", eso no hacía qué te animaras, era él, el causante de todo esto, el dolor fue horrible, los gritos que dabas eran escandalosos, gritos agudos y llanto también.

Los llantos de una adolescente dando a luz.

Esa vez el estuvo ansioso, fue el primero en cargar a su hijo recién nacido, tu no querías verlo, estabas más concentrada en llorar y preocuparte aun más en tu futuro, la enfermera notó todo eso, cayó en cuenta que ese muchacho mayor era el padre...

Pero nadie hizo nada.

Cuando Izana te lo entregó para que lo alimentaras, notaste que era físicamente igual a Izana...

El estaba orgulloso, tu para nada estabas contenta, seguías llorando...

Así fue como diste a luz a tu primer hijo por obligación, Izana lo llamó "Yoru", ya que a ti te daba igual saber cual sería su nombre... En ese entonces tenías 15 años apenas...

Con tu segunda hija llamada "Magari" fue todo lo mismo... Era horrible tener hijos tan seguido.

Ella también tenía el color de piel, ojos y de cabello de Izana...

Las noches eran horribles, más cuando solo los cuidabas tú, Izana acostumbraba a dormir fuera, es decir, en otros lugares de Japón como hoteles, esto debido a los llantos de ellos en las noches, dejando todo a tu cargo y con una enorme responsabilidad.

Tenías experiencia, ¿Pero con dos? Eran noches de desvelos hasta ahora.

La sangre te hervía, ¿Como es posible que sigas en estas condiciones?

Darte por vencida jamás sería una opción, tu libertad siempre fue tu prioridad...















. La historia está llegando a su final, ya casi, pero quisiera más opciones de un final, me gustaría que me den ideas al privado...

Ultraviolence | Izana x Lectora ☹︎ (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora