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Al parecer papi Mariana estaba enfermo de "el celo" realmente Juan no tenía manera de saberlo con exactitud solo había oído a su papi sollozar algo sobre eso y que papá Slime debía sacarlo de la casa. Eran incontables las veces que había tenido que salir de su dulce hogar por culpa de esa enfermedad constante de sus papis, no era algo que le agradara, pero sabía muy bien que significaba, ir a la casa de los tíos. 

Juan hubiera hecho berrinche de no ser porque iban rumbo a aquella casa que conocía muy bien, porque si había una cosa que odiaba era separarse de sus papás, pero estaba dispuesto a sacrificarse si era por ver a su tío favorito. 

Llevaba un piecito a su boca, aunque la fastidiosa media estaba bloqueándole un mejor acceso, realmente por más que intentó no había logrado quitarla del camino, así que se había resignado. 

"¿Ya llegamos papi Slime? Necesito ser abrazado por tío Spreen unas cuantas horas" 

Slime miró por el retrovisor hacía la parte trasera donde estaba su balbuceante bebé babeando sus medias, la sonrisa se extendió por su cara, no tanto por su amado hijo sino por lo que sucedería en cuanto lo dejara donde sus buenos serviciales amigos. Cuando llegó se estacionó en todo el medio de la calle y con rapidez tomó a Juan junto con el bolso de sus escasas pertenencias. 

"Hey, cuidado con la mercancía hombre, todavía soy frágil" 

El bebé sentía que su papá era algo brusco con su rapidez, no entendía porque tanto apuro. Slime tocó el timbre, no tardó en escuchar una voz en aquel intercomunicador y seguidamente un sonido que indicaba que la puerta había sido abierta. Y en esta lo esperaba Spreen. 

― Oww, cada vez está más lindo ― dijo el omega una vez que vio a Slime y arrebatándole al bebé, que chilló contento cuándo estuvo en los brazos del chico. 

"Si, de aquí soy" 

― Es otro bebé cuando está contigo ― señaló el mayor, apuntando a Juan acurrucado en el pecho de Spreen, tratando de llamar su atención de varias maneras. 

"Tío Spreen ya tengo dientes ¿Sabes qué significa? que cada vez falta menos para que sea grande y pueda tomarte como mi omega" 

Pues sí, después de su papi, Spreen se llevaba el puesto de su omega favorito, es que con solo mirarlo, Juan se volvía una bolita de balbuceos enamorados. 

― Hey, Slime ― Roier había aparecido detrás de Spreen, saludando al mayor. 

"¿Entonces tío Roier también estará con nosotros? que estafa" 

― Chicos, gracias por cuidar de él, estaré aquí en unos dos días ― dijo pasándole el bolso a Roier ― Pórtate bien cariño ― besó las mejillas del bebé que realmente no le prestaba tanta atención debido a que estaba sumergido en el aroma de Spreen. 

― Tú no te preocupes, Juan siempre será bienvenido ― respondió Spreen bajando su mirada para encontrar la del bebé que estalló en risas al verlo. 

Slime todavía no era capaz de entender como Juan podía ser tan adorable cuando estaba junto al amigo de su omega. 

― Y procuren cuidarse eh ― habló Roier ― no vaya a ser que les salga otro pequeño demonio. 

"¿Qué será que quiso decir?" 

Baby Thoughts [FLIPORIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora