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El bebé en brazos del alfa permanecía con su adorable ceño fruncido y un pucherito que paulatinamente se llenaba de babita que era limpiada por su padre, no pueden culparlo aún no sabe cómo se manejan las glándulas salivales, pero lo que si sabe es que se sentía tan tonto con esa capucha con el diseño de la cabeza de un dinosaurio, cuando bajaron del auto su papi insistió en que así se veía más adorable, su papá Slime concordó, lo más probable es que fuera solo para complacer a su esposo. 

"¿Por qué insisten en ridiculizar a su propio bebé?"

― Míralo, está molesto ― señaló Mariana, quien reía por la cara sería de su hijo, Slime de inmediato buscó la carita del pequeño en sus brazos teniendo la misma reacción que su omega. 

― Es un bebé muy serio, siempre tiene esa cara ― comentó el mayor, que tomaba una de sus manitos para agitarla, con intenciones de hacerlo reír, pero no obteniendo ese resultado.  

"¿A caso crees que tengo cuatro meses? Porque era en ese tiempo que eso me hacía reír, papá" 

― Es un amargado en miniatura ― dijo Slime, recibiendo un empujoncito de Mariana. Esta vez fue Mariana que con su dedo índice acarició la naricita del bebé y este soltó una pequeña carcajada.  

"Papi sabe que mi debilidad de este mes es la nariz, siento cosquillitas" 

― ¡Oye! Creo que Juan tiene favoritismo ― se quejó el alfa, mientras retomaba su caminata hasta la casa de en frente. 

― Es un cachorrito Slime, ni siquiera sabe lo que es favoritismo. 

"Eh..." 

Apuraron su paso pues se estaban tardando en llegar a la casa donde harían su visita, al llegar― tocaron el timbre y después de hablar con Quackity en el intercomunicador la puerta les fue abierta automáticamente por el sistema de seguridad de la casa. 

― Recuérdame instalar un sistema así en casa ― susurró el alfa, cambiando al bebé de brazo. 

Los Dalgleish de inmediato fueron recibidos por el omega que vestía ropa bastante cómoda, las ojeras estaban presentes en sus ojos, pero aun así se mantenía una sonrisa radiante, añadiendo su increíblemente dulce aroma maternal, que hacía a Juan acurrucarse en el pecho de su padre entre bajitos suspiros, estaban sintiéndose completamente arrullado. 

"¿Qué es esto? Huele como a papi, pero más fuerte"

― ¡Quackity! ¿Cómo puedes estar parado ya? Apenas hace cuatro días fue el parto ― exclamó Mariana, no sabía si se trataba de exageración. 

El omega se rio un poco por lo histérico de su amigo, desde que Juan había llegado a su vida aquél lado protector envolvía a todo su grupo de amigos. 

― Tranquilo, ya me siento bien como para estar de pie, no estoy paralítico ― respondió el otro omega ― Pero claro, hace cuatro días que no sé lo que es dormir. 

Mariana pudo concordar en eso. 

― No subestimes el dolor del parto, fue lo peor que experimenté, sin ofender bebé ― tomo la manita del bebé acurrucado en el pecho de su papá. 

"¿Qué yo qué?"

― Mariana estuvo alrededor de dos semanas levantándose ― contó Slime, Mariana casi que lo fulminó con la mirada, el alfa no sabía la razón.  

― Bueno, cada parto es diferente, supongo ― respondió el anfitrión ― Uh vamos ahora que el bebé este despierto, quiero que Juan lo conozca.  

El bebé al escuchar su nombre levantó su cabecita interesado, ¿Conocería a su primito? Uh, de haber sabido eso no se hubiera cagado antes de venir para retrasar a sus padres, y si, justo después de que lo habían bañado. 

― Oh, si si, Juan nunca interactúa con otros bebés ― comentó el omega menor, siguiendo con emoción a su amigo. 

La casa de Quackity era realmente bonita, muy moderna, pero sin dejar de lado un toque ameno y hogareño, pero claro, en solo cuatro días ya se había llenado de cosas de bebé regadas por diferentes partes del lugar, ropita, juguetes y demás.

Y lo que le espera ― pensaba Mariana. 

Llegaron a una habitación que se encontraba con la puerta abierta, se podía reconocer como la habitación principal, allí en la gran cama se encontraba un muro de almohadas, en medio de ellas un pequeño bultito que respiraba con tranquilidad olía a leche y talco, era una escena que llenaba sus corazones. 

― Oh, se durmió ― dijo el omega haciendo un puchero. 

La familia se acercó lo suficiente para tener una mejor vista del cachorro, un pequeño cuerpecito, vestía un trajecito de color verde manzana, el gorrito le quedaba un poco grande haciendo que su ternura se destacara un poco más, era simplemente hermoso. 

― Mira amor ― la típica voz aniñada de Mariana llamó la atención de Juan, quien siguió el dedo de su papi que señalaba a la cosa que reposaba en la cama.

"¿Esto es mi primita? ¿No te pudieron dar otra Quackity? ¡está muy pequeña! No sirve de nada" 

Slime casi de inmediato lo sentó justo dentro del cuadro formado por el muro de almohadas, muy cerca de la recién nacida, el alfa continuó con sus manos alrededor del pequeño, había que ser precavidos, nunca se sabe cómo reaccionará un bebé. 

― Juanito, esta es tu primita, la que estaba aquí ― habló con voz dulce Quackity y tocó su vientre vacío ― te presento a Ari.

Por un momento el pequeño Juan estudió al bebé frente a sus ojos, imposible era demasiado pequeña como para servirle, entonces esto de la prima había sido un fiasco.

Luego todo sucedió muy rápido, las traviesas manitos de Juan habían tomado el gorrito verde que descansaba en la cabecita de Ari, exaltando a la pobre bebé que de inmediato se soltó a llorar, escucharon el jadeo que soltó Quackity con preocupación, de un momento a otro los Dalgleish estaban muy apenados, mientras el pequeño Juan reía sacudiendo el gorrito en sus manos. 

Baby Thoughts [FLIPORIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora