Baby Thoughts [FLIPORIANA]

25

El omega miraba la pantalla de su teléfono, la aplicación WhatsApp estaba abierta mientras esperaba por una respuesta que debió llegar hace una o dos horas atrás a su parecer, una película se reproducía en el televisor, pero no lo había quién la viera, solo servía como ruido de fondo, su cachorro estaba recostado a su lado babeando su manita, con su cabecita reposando sobre uno de sus bíceps en tanto el daba suaves palmadas sobre su espaldita para ayudarlo conciliar el sueño. 

"¿Por qué estás tan inquieto, papi? Con ese aroma no puedo dormir" 

El bebé balbuceaba buscando obtener su atención pero él no podía dársela por más de unos segundos, volviendo su mirada al teléfono como si esto ayudara de alguna manera a que el mensaje llegara.

― Charlie me va a escuchar... ― murmuró Mariana. 

Observó la hora, casi media noche. 

Cuando Slime le había dicho que después del trabajo tendrían una pequeña reunión no pensó que esta se extendería tanto como para que diera esa hora y el alfa no hubiera llegado a casa, se suponía que estaban celebrando anticipadamente el feriado que tendrían mañana, comenzó a pensar que realmente no era una pequeña reunión como le había asegurado el mayor. 

Mariana no tenía problema alguno con que Slime fuera a fiestas, pero inevitablemente se preocupaba porque no le había dicho que iba a quedarse tanto tiempo y hace rato no le dejaba ningún mensaje, lo cual se le hizo extraño. 

Juan soltó un quejido obligando a su padre a dejar nuevamente el teléfono de lado, colocándolo encima del buró, tomo al cachorrito y lo recostó sobre su pecho, siguiendo con eso de las palmadas suaves sobre su espalda, sabía que quizás era él mismo y su preocupación las que no dejaban a Juan dormir con tranquilidad, era un cachorro y cualquier cambio en su aroma podía confundirlo, pues no entendía todas aquellas emociones. 

―  Shh, ya bebé, duerme un poco ¿Sí? ― intentó arrullar su padre, acercándolo un poco más a donde estaba su corazón, según decían esto les ayudaba a los cachorros con insomnio. 

"Mm no es eso, es el pañal, pero espera que no he terminado" 

Al parecer su padre aún no olía. 

― Los pollitos dicen... 

"Pío pío pío"  

Antes de que su padre continuara con la canción escuchó como luego de digitar el código la puerta principal se abría, bufó indignado, estabilizando sus emociones, él preocupándose y el mayor llegaba como si nada a la casa, de inmediato se levantó de la cama con todo y bebé en brazos, no perdería la oportunidad de reclamarle un par de cosas al alfa. 

Salió de la habitación caminando directo hacía la sala, dónde el mayor se deshacía de su abrigo sin ningún tipo de delicadeza, le dirigió una mirada al sentir su presencia y le dedicó una sonrisa socarrona, que Mariana odió justo en ese momento. 

― Marianita, mi amoor, sigues despierto, ¿No es hora de dormir ya, hermoso? ― comentó con gracia y el omega rodó los ojos al notar el detalle en el torpe andar del mayor, no puede ser. 

Se acercó un poco más al otro percibiendo el olor que desprendía, alcohol, lo que faltaba. 

― ¿Estás borracho, Slime? ― preguntó con cierta molestia en su voz al notar aquel detalle ― Ni siquiera me avisaste que vendrías más tarde y peor aún mira como llegas, apestando a alcohol. 

― No tomé tanto ― se defendió con rapidez el alfa ― algunos compañeros y yo fuimos a un bar cercano, perdón por no avisar, me quedé sin batería, pero ya no te enojes mi precioso omega, ya estoy aquí, sano como una lechuga. 

Mariana negó repetidas veces ante su estado, Slime a veces se portaba como idiota estando ebrio, le vio acercarse a él con sus brazos extendidos sin borrar la tonta sonrisita. 

― Mira aquí está Juan, ven con papá cachorrito, papá te extraño... Uh fueron años sin verte ― intentó tomar al pequeño bebé que lo miraba con extrañeza ante el nuevo aroma y el comportamiento algo raro que estaba teniendo. 

"Estás mal viejo" 

― No vas a cargar al niño estando así ― dijo el omega ― deberías darte un baño, no estaba mintiendo cuando dije que apestabas. 

Slime hizo un puchero inconforme con el duro trato de Mariana, no pensó que algo tan simple iba a molestarle tanto, solía irse a tomarse algunas cervezas con sus amigos antes de tener a Juan, pero al parecer para el omega ya no era lo mismo. 

 El menor se dio vuelta dispuesto a irse a la habitación, llevando al adormilado cachorrito consigo, al parecer alguien no dormiría en esa habitación y con mucha seguridad sería el alfa, nuevamente le tocaría estar junto a su fiel compañero, el sofá. 

― Mariana espera ― llamó haciendo al omega parar antes de abrir la puerta, había tenido una idea ― ¿Sabes por qué las focas en el circo miran hacia arriba? 

 ― Ay no Slime si es un... 

― ¡Porque es dónde están los focos! ― terminó su mal chiste comenzando a reír ante la mirada molesta de su esposo ― ¿Ya me perdonas? 

― ¿No te da pena con tu hijo? Ya no tienes veinte Slime, entiende que tenemos un bebé y estaba muerto de miedo pensando que pudo haberte pasado algo ― rechistó el omega ― no significa que no salgas a divertirte de vez en cuando, pero recuerda que tienes a dos personas esperándote en casa, un chiste no resolverá eso.  

Slime suspiró, a veces sentía que su esposo exageraba hasta las cosas más simples, en el pasado lo hacía reír con unos cuantos chistes. 

― Mariana... 

― Hablamos mañana, el sofá es todo tuyo hoy, no vas a dormir conmigo oliendo así ― señaló y terminó de abrir la puerta frente a él. 

 "Uy, está fuerte la cosa" 

Entró cerrando detrás de él, soltando el aire retenido, cerró sus ojos por un momento pensativo, al volverlos a abrir se encontró con la mirada de Juan quien tenía su cabeza sobre su hombro, dejó un beso sobre ella, sintiendo sus suaves y escasos cabellitos, caminó hasta la cama recostando primero al bebé. 

― ¿Estoy siendo muy exagerado? ― susurró ― es decir tenía tiempo sin hacer algo así, pero igual, debió decirme que vendría más tarde, soy su esposo, merezco saberlo.... pero.  

"No lo sé papi, pero lo que te recomiendo ahora es que me cambies de pañal" 

Recién notó el mal olor, frunciendo el ceño, no más papilla de frutas para Juan, estaba decidido.