Capitulo 4

17 0 0
                                    

A la mañana siguiente me sentía fatal, un dolor horrible en la tripa me avisaba de que mi periodo había llegado, para cerciorarme fui al baño y en efecto me había venido la regla, me metí de nuevo en la cama y me puse una serie en el iPad.
Tres golpes en la puerta interrumpieron mi bonito descanso.
-Adelante- conteste yo
-Buenos días dormilona veo que no quieres desayunar por lo que el desayuna viene a ti- Pablo me había traído un café calentito y unas corbatas que son un postre típico de Santiillana del Mar.
-Jo Pablo muchas gracias, la verdad que no me encuentro muy bien-Pablo se sentó a mi lado en la cama.
-Si tu madre me ha dicho que te dolía bastante la tripa por lo que he pensado que podíamos ver alguna serien juntos.
-Claro estaba a punto de ponerme una  serie.
Pablo se tumbo conmigo en la cam y yo apoye mi cabeza en su pecho notando su respiración, el me acariciaba el pelo. En ese momento en mi solo había paz, el conseguía hacerme olvidar todo.
. A la tarde mi familia y yo fuimos a dar una vuelta a un pueblo de Cantabria llamado San Vicente de la barquera y conseguí que Pablo viniera con nosotros así que el y yo fuimos en su coche. Estuvimos cantando las naciones que a la mañana habíamos echo los dos por aburrimiento, Pablo puso su mano en mi rodilla y yo por acto reflejo le acaricie la suya, los dos nos miramos y yo sentí algo en mi estomago, como unas mariposistas que revoloteaban. Creo que podía decir que Pablo Torre me gustaba.
Cundo llegamos al pueblo me quede impresionada por la belleza de este y al parecer Pablo lo noto porque soltó una risita.
-Creo que hoy hay un mercadillo medieval si quieres podemos ir a verlo y luego podemos visitar el castillo que hay aquí
-Claro me parece genial.
Salimos del coche y algunas personas reconocían a Pablo del racing .
Había mucha gente por lo que Pablo agarro mi mano para no perderme , yo sentí esas mariposistas de nuevo. Caminamos hacia una especie de calle estrecha donde se encontraban los puestos, todos ellos eran de cosas típicas de allí.
Después de estar en el mercado y de probar todo lo que Pablo me daba, que de echo estaba todo muy bueno.
El castillo era precioso había unos miradores increíbles, comimos allí y luego volvimos a Soto de La Marina.
Cuando volvimos yo me fui a mi habitación. A cambiarme y a ponerme algo más cómodo y de casualidad me encontré con la sudadera que se había dejado Pablo a la mañana en mi habitación así que me la puse y su olor inundo mis fosas, de verdad que bien olía este chico.
-Te queda mejor que a mi- Pablo asomo su cabeza por la puerta
-Pasa anda- El chico paso a mi habitación.
-venia a hacerte una propuesta
-ou sorpréndeme Pablito.- Dije yo.
Pablo tomo mi mano y me sentó en su regazo, yo con gusto me senté y pase uno de mis brazos por su cuello acariciando su nuca .
-He hablado con tu madre y me ha dicho que os vais mañana
-Lo siento por no contártelo pero se que la despedida iba a ser dolorosa y como tengo tu numero pensaba en llamártelo y contártelo cuando ya estuviera en mi casa.
-Ele no te preocupes lo entiendo, por eso se me ha ocurrido en ir al acantilado donde nos conocimos por primera vez.
-Me parece muy bien-dije yo recordando nuestra pequeña quedada
-Vale pues nos vemos a las 7:30 en la recepción ponte ropa cómoda.
Pablo se acercó a a mi y me dio un abrazo y un beso en la mejilla, yo aspire su olor, olía dulce pero sin dejar de lado es fragancia varonil, voy a echarlo mucho de menos.
Llegaron las 7:30 pm y Pablo estaba esperándome en la recepción donde habíamos quedado estaba guapísimo, vestía una sudadera blanca y unos pantalones Adidas.
-Ya pensaba que me ibas a dejar plantado- Repitió la frase que me dijo la primera vez que quedamos, yo solo reí ante eso y fui a darle un abrazo que le pillo por sorpresa pero que enseguida respondió envolviendo sus brazos al rededor de mi cintura.
Pablo agarro i mano y fuimos andando hasta aquel acantilado, Pablo saco una toalla y la puso en el suelo para sentarnos. Yo me senté al lado de el, pero Pablo se movió detrás de mi espalda haciendo que yo me sentara entre sus piernas.
-Te voy a echar mucho de menos Ele- Dijo el chico acariciándome el pelo
-Lo se Pablo, créeme yo también te echare mucho de menos, pensaba que no me iba a aceptar en Barcelona para estudiar periodismo . Ayer me llego el correo por lo que necesito irme para instalarme ya en la residencia.-Dije yo con mucha tristeza la cual Pablo capto, se tumbo haciendo que yo me tumbara al lado de el, el chico hundió su cabeza en mi cuello, tenerlo tan cerca despertaba muchas sensaciones dentro del mi.
-Vas a ser una gran periodista de verdad lo creo, y espero que cuando yo sea un futbolista profesional y triunfe en el mundo del fútbol me entrevistes.
-Ya sabes que serás al primero que te entrevisté, Pablo yo se que va a ser difícil tu tienes tu vida, el fútbol, el hotel, pero yo no quiero olvidarte ni tu que me olvides. Nunca pensé que un chico podía ser tan especial para mi, me lo he pasado genial contigo y eres un chico super especial en todos los sentidos y yo se que pronto veré tu cara en los cromos de fútbol de los niños, y que te veré en los partidos como jugador de algún equipo equipo de primera o quien sabe, pero enero vales mucho.
A estas alturas Pablo y yo estábamos muy cerca, tan cerca que podía notar su respiración, Pablo miraba mis labios con deseo, yo hacia lo mismo, sabia lo que iba a pasar ahora.
-Lo necesito Ele- Dijo el acercándose mas
-Hazlo.
Solo basto eso para que Pablo estampara sus labios con los míos, era un beso cálido y cariñoso, nuestros labios se movían acompasados, el pidió permiso para entrar en mi boca yo la abrí levemente concediéndotelo, nuestras lenguas bailaban al mismo riñámoos y lo que era un beso cariñoso se convirtió en uno mas salvaje donde nos dijimos todo lo que no nos atrevíamos a decir con palabras, yo me aparte poco a poco para tomar el aire que ese beso me había quitado, baje la cabeza y Pablo con sus dos dedos hizo que le mirara y volvió a estampar sus labios con los míos esta vez dejando un casto beso.
Pasamos la tarde abrazados y besándonos, de verdad que voy a echar de menos esos besos. Vimos el atardecer juntos y luego volvimos al hotel, yo me subí a mi habitación a hacer las maletas y dejarlo todo preparado para mañana, Pablo se fue a ayudar a su madre a hacer las cena.
Cuando termine de recogerlo todo me tumbe en la cama a descansar hasta la hora de la cena, cogí el móvil y vi todas las fotos que Pablo y yo nos habíamos echo esa tarde, después me duche y baje a cenar con mi familia.
Cuando entre al comedor lo vi ayudando a su madre, estaba guapísimo como siempre, coguionista una bandeja y me dirigí a coger el primero que lo servia la madre de Pablo me sirvió una ensalada con un medallón de queso de cabra y vinagre dulce que era lo que le daba el toque, gracias a estas vacaciones he descubierto esta ensalada y se ha vuelto mi favorita, el segundo lo servia Pablito era un poco de arroz con verduras, antes de servirme me miro y guiño el ojo.
-Me debes una cosa- dijo el juguetón
-A si dije yo siguiéndole el rollo
-Con un beso me conformo
-Pablo esta mi familia, están mis padres, pero si quieres luego después de cenar ven a mi habitación.
-Me parece muy bien, por cierto estas muy guapa- yo me sonroje y tome mi bandeja a por un poco de fruta para el postre.
Cuando termine deje la bandeja en una mesa y subí a mi habitación me quite la sudadera porque tenia mucho calor así que me que en una camiseta de tirantes y mi pantalón corto que utilizaba de pijama, me puse a apreciar las vistas que tenía de la ventana por ultima vez y es que no. Me podía cansar de estos bonitos paisajes cántabros. Sentí la puerta abrirse y no me giré porque sabia quien era, sentí que se acercaba a mi y posaba sus manos en mi cintura abrazándome por detrás, Pablo beso suavemente mi cuello e incluso me atrevo a decir que dejo alguna marca de la que posiblemente mañana me arrepienta pero ahora solo me preocupaba disfrutar del momento.
-Te voy a echar mucho de menos Ele- en ese momento me giré y bese sus labios, el beso era muy intenso, totalmente diferente a los de estos días, poco a poco los dos fuimos andando hasta la cama, yo caí primero y Pablo se puso encima mía sin aplastarme, el bajo hasta mi cuello de nuevo los besos yo baje hasta el dobladillo de su camiseta y se la quite dejando ver esos abdominales tan bien conseguidos.
-Ele si no paramos ahora yo no voy a poder parar- dijo el mirándome a los ojos.
-Pablo yo no quiero que pares, es nuestra ultima noche y quiero recordarla.
Solo con decir eso Pablo volvió a atacar mis labios, yo me incorpore y deje que Pablo quitara mi camiseta de tirantes dejándome en sujetador.
-Joder Elena.
Y con eso Pablo y yo nos unimos en uno solo.
-Pablo quédate esta noche.
-No me iba a ir Elena
Y así fue como pase mi ultima noche en ese maravilloso sitio con ese maravilloso chico.

Amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora