—10 años después—--
Los años habían sido amigables con Claree, mientras más tiempo pasaba en la manada más cómoda se sentía, tan era así que el alfa empezaba a darle cada vez más responsabilidades, validando siempre la confianza que estaba teniendo en ella.
-¿Estás segura de que no quieres ir al internado? .-Ya era la tercera vez que Rosi recibía esa pregunta en la cena, haciendo que su ceño empezará a fruncirse.
-Por décima vez, no.
Los gemelos, Alejandro y Santiago se estremecieron ante su tono, la única persona que podía permitirse hablarle así al alfa era su hermanita. Los nuevos lobos llevaban pocos años en la manada pero se habían adoptado extremadamente bien, lastima que justo vivieron la época adolescente de la princesa.
-Solo nos aseguramos princesa, es una gran oportunidad para que te relaciones con personas de otras manadas.-Le aclaro George.
Rosi se cruzó de brazos mientras lo miraba.
-¿Así que me quieren usar como moneda de cambio?¿una intermediaria entre sus nuevas alianzas?
El alfa no dijo nada y solo miraba a la chica. George intentó excusarse aclarandole que la oportunidad académica del internado era única y que nunca vería nada igual, Rosi solo miraba a su hermano sin prestarle atención al beta.
-George, para.-La orden del alfa fue dada en voz baja.
-Esta bien niña, si quieres mantenerte con nosotros, te quedarás en el colegio estatal, pero no quiero ni una sola queja, en el momento en el que llegue alguna noticia negativa a mis oídos, te vas al internado.
La adolescencia de Rosi estaba siendo más que un poco dura, las peleas con Axel y los berrinches contra George eran casi el pan de cada día.
Irónicamente Claree se había convertido en la parte neutral de una casa en guerra, y la cachorra la veía como su mejor amiga, acudía a ella siempre que estaba molesta e intentaban hacer actividades, como ir de compras o al cine cada vez que la beta tenía algo de tiempo.
-Vamos, princesa, no necesitas seguir enojada, qué te parece si comes algo y luego vamos por un postre.
El silencio reinó en la sala por unos minutos antes de que Rosi se rindiera y asintiera hacia Claree.
-Esta bien, pero ya termine de comer, te espero en el auto.
La chica se levantó y salió rápidamente.
-Diosa, es más fácil criar serpientes.-El pobre Santiago estaba aterrorizado.
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-No quería responderle así a mi hermano.
La omega estaba moviendo de un lado a otro la cuchara del helado mientras mantenía la mirada baja.
-Estoy segura de que él lo sabe, aunque si quieres disculparte con él al llegar no sería algo malo.
Claree sonrió viendo como la joven se sonrojaba. Rosi siempre sentia verguenza despues de sobre reaccionar, para todos en la casa era algo normal, teniendo en cuenta su edad y las hormonas que corrían por su cuerpo, aún más al ser una loba donde todo eso se duplica, pero para la chica, era solo un arranque que la dejaba como una niña frente a todos.
-Diosa, tengo tanta pena.
Dejó caer su cabeza en la mesa haciendo que el cabello le cayera en la cara como una cortina. Claree usó su mano para peinar el cabello fuera de su rostro.
-Ya hablamos de esto, no tienes que ir al internado si no quieres, Axel y George se preocupan porque saben cómo contribuye a tu futuro, pero siempre será tu decisión.
Rosi levantó la mirada hacia ella.
-No es nada en contra del lugar, ni siquiera de esos snobs que tienen por estudiantes, es solo que, estaría lejos...
Claree desvió la mirada, para ninguno de la manada fue fácil tomar la decisión de proponerle a Rosi el internado, pero siempre había estado bajo sus alas y la chica no conocía nada más del mundo, su sobreprotección aunque fue dada desde el amor podría tener consecuencias muy graves.
-Lo sé, pero miralo como una oportunidad, conocerás nuevas personas, otros lugares, incluso puede que te enamores.
-¡Yo no necesito enamorarme de nadie más! y lo sabes.-Rosi la miro con dolor en sus bellos ojos grises.
Las chicas habían tenido varias veces esta conversación desde que la más joven se presentó como omega a los trece años, la niña juraba que Claree era su destinada, aun cuando le habían intentado explicar mil veces el hecho de que era imposible que una beta fuera el alma gemela de una omega.
-Rosi.-dijo con calma
-¡No! no me digas "Rosi" como si no supieras lo que siento por ti.
-Lo lamento, si, lamento que tengas estos sentimientos y lamento aún más que creas que son reales, porque no lo son.-le dijo la última parte entonando cada palabra.- y una vez que salgas al mundo, conozcas mas gente y veas lo jodidamente imposible que es que yo sea tu destinada, recordaremos esto riéndonos mientras comemos helado, pero mientras, debes dejarlo.-Puso una de sus manos en su mejilla viendo como las lágrimas llenaban los ojos de la omega.-De verdad lo siento princesa pero soy tu amiga y eso es algo que siempre podré ser para ti, nada mas.
Se pasó a su lado del asiento para abrazarla mientras la dejaba llorar en su hombro, siempre intentaba no ser dura con Rosi, pero ya era hora de que despertara.
Si tan solo decirle esas palabras no la estuviera matando por dentro, podía sentir como su corazón se apretujaba hasta intentar dejarla sin aire, exhaló tomando algo del aroma de la chica, "todo estará bien" se dijo "es importante que ambas dejemos ir los imposibles".
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Hojas de otoño - EN PAUSA
WerewolfClaree estaba segura de que la opresión en su pecho se debía a la inseguridad, que las mariposas de su estómago eran simple indigestión y que el tartamudeo en su pulso era por la expectativa de un nuevo reto. Si seguramente era eso, seguramente no t...