Un Gamma llegó a su manada, no solo eso, se había convertido en la pareja de su alfa, Claree pensó que era imposible, pero allí estaba el pequeño y tímido niño sentado mirando a su alfa con estrellas en los ojos.
Le encomendaron a ella y a Rosi formar al chico para ser una buena pareja. Sin embargo su presencia estaba causando más de una pelea entre ellas. El Gamma era una prueba viviente de que lo imposible quizá podría ser más factible de lo que todos creían.
Claree recuerda la última discusión que tuvo con Rosi.
-"Supongo que la Diosa Luna también puede cometer errores."- le dijo la omega. Estaba tan enojada con toda la situación, nunca se había sentido infeliz con su género, agradecia, ser una beta, hacia las cosas más fáciles, pero ahora sentada en un estupido bar de mala muerte mientras piensa en la omega perfecta que jamás será suya, desearía ser alfa, si tan solo pudiera renacer, como alfa, como mujer, como una buena hija. Claree tenia tantas cosas mal en su vida, no solo su sexo habia sido un problema si no que todo ella lo era, es como si nunca hubiese encontrado su lugar en el mundo.
El alcohol solo no hacía mucho, tuvo que combinar varias sustancias para empezar a olvidar, aunque fuera solo por una noche. Se acomodó en su asiento para ver mejor a una bella humana de tez morena con quien había estado teniendo miradas toda la noche desde la barra, eso es lo que necesitaba, una distracción.
Respiro hondo, de repente sus fosas nasales se llenaron de un olor dulce que rondaba el aire; sintió como su cuerpo se tensaba con antelación, miró a ambos lados buscando la causa, solo había una persona que ocasiona esa reacción pero era imposible que estuviese allí.
Se levantó como si estuviera en un trance hasta chocar con un cuerpo cálido.
-Rosi. - dijo alargando la última letra -Nuestra princesa, no, mi princesa ¿Qué haces acá?
Recargó gran parte de su peso en la chica mientras ella se removía.
-Vine por ti, vámonos a la casa Claree.- Los ojos de la omega parecen luceros con la luz del bar, lastima que el lugar oliera a muerte.
-No, todavía la diversión no se ha acabado para mí, ves esa belleza de la barra. -dijo mientras señalaba a la morena que las saludo con la mano y una gran sonrisa ebria. -ella es quien va a ayudarme a olvidarte esta noche. -susurro en su oído mientras le acariciaba el rostro. - ella me ayudará a olvidar que no te puedo tener, que jamás te podre tener.
Disfrutaba ponerla celosa, sabía que le hacía daño cuando la veía con otras personas, pero la parte más oscura de su alma disfrutaba saber que no podía pensar en nadie más que en ella, que odiaba a quienes la tocaban, a quienes estaban a su lado, porque aunque ella jamás pudiera tenerla, sus pensamientos y ese fuerte sentimiento traído por el deseo, le pertenecía, y eso había sido suficiente para ella por mucho tiempo.
-Podrías tenerme y lo sabes, te lo he ofrecido todo y tú eres quien se sigue alejando, solo para luego ir y hacer mierdas como esta. - negó con la cabeza. -no te entiendo ni un poco Claree
-Se que no lo entiendes, no podrías, aun eres muy joven.
Se alejó y empezó a caminar hacia la barra. Rosi la siguió apurada y la jalo hacia ella.
-Si no vuelves conmigo esta noche, me iré con otra persona, cualquiera, la primera que se cruce por mi camino y seré suya. -sus ojos centellearon con ira al escuchar las palabras de la omega. Se separó con un gruñido y la arrastró fuera del bar. No dudaba de las palabras de la chica, ya no, atrás había quedado esa adolescente torpe que conocía, la mujer frente a ella era una chica de hechos y no temía en cumplir su palabra al pie de la letra, era tan decidida como tenaz.
El frío de la calle hizo que sus cuerpos se estremecieran.
-No puedes llegar así a la casa de la manada mi hermano no lo dejaría pasar. - Rosi miró alrededor buscando algún sitio donde pudieran refrescarse, el letrero de un hotel cercano brillo ante la oscuridad.
-Allí. - señaló
Claree rió tontamente. - ¿Estás intentando llevarme a un hotel? -Las mejillas de la omega se ruborizan al escuchar la connotación de su palabras
-No seas tonta solo iremos a que te des un baño y saldremos hacia la casa, George nos está esperando.
-Tranquila princesa. -susurro -sabes bien que no te tocaré.-Mentira, hace unos años, o quizá con menos alcohol encima, eso podría ser cierto, ahora, bueno, era una suerte que sus manos siguieran temblando de forma torpe.
Entraron directamente a una de las habitaciones del hotel, la recepcionista ya le tenía una habitación apartada, se fue quitando la ropa desde el primer momento en el que cruzó la puerta hasta llegar a la puerta del baño en ropa interior, Rosi la miraba congelada en el sitio.
-Lo mejor será que te vayas, no tardaré en ducharme y regresaré a la mansión.
El agua en su piel se sentía como agujas por lo sensible que estaba sin embargo la estaba ayudando a despejarse, salió del baño con la mente mucho menos nublada con una bata cubriendola.
Se detuvo una vez que abrió la puerta del baño y vio que omega seguía allí, justo donde la había dejado al irse a duchar.
-Sigues acá.
-Si
-Aunque te dije que te fueras
-Si
- ¿Por qué?
-No lo sé.-Sus ojos no la evitaban, y su cabello le cubría parte de la cara.
Se acercó a la chica como si fuera víctima de un embrujo y tomó un mechón de su cabello.
-Creo que sería más fácil si no fueras tan hermosa
-Sería más fácil si no fueras tan cabrona. - Su respuesta le sacó una fuerte risa.
-Sí supongo que eso es cierto. -Sus ojos se desplazaron hasta sus labios para luego mirar fijamente su cuello
-Eres una omega
La omega tomo su rostro bruscamente y la hizo mirarla a los ojos
-Solo por hoy, solo por esta noche olvídate de todos los encasillamientos en los que me has metido y mírame como Rosi, solo Rosi
- ¿solo Rosi? - deslizó una mano hacia su cuello y la acerco.
-Solo Rosi. -susurro en su boca antes de besarla.
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Moria por escribir este capítulo desde la perspectiva de Claree, la perspectiva de Rosi está justamente en la historia de "Luna Azul" donde se conoce por primera vez a estos bellos personajes, he intentado no ser repetitiva pero sin dejar ningún detalle importante de la trama, espero estén amando esto tanto como yo.
Os mando un abrazo gigante y gracias por su apoyo.
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Hojas de otoño - EN PAUSA
LobisomemClaree estaba segura de que la opresión en su pecho se debía a la inseguridad, que las mariposas de su estómago eran simple indigestión y que el tartamudeo en su pulso era por la expectativa de un nuevo reto. Si seguramente era eso, seguramente no t...