Los labios de la omega se sentían como el mismísimo cielo Claree había soñado con ese memento con el preciso instante donde la besaría por fin, siempre creyó que se quedaría solo en sus fantasías, solo hoy, se prometió, solo por un instante cedería, porque lo necesitaba, más que el aire, más que el agua, más que cualquier cosa en el mundo, necesitaba este momento junto a Rosi.
Alzó a la chica tomándola de los muslos para moverla hacia la cama, la acostó en ella y se levantó para mirarla, sus ojos se veían como el inicio de una tormenta, su respiración estaba acelerada y sus mejillas brillaban con un bello sonrojo. Saco una de sus garras y empezó a cortar la ropa de la chica, Rosi exhalaba cada vez que sus garras le raspaban la piel.
Ninguna hablaba, si se atrevían a decir una palabra podrían fracturar ese frágil momento.
Una vez la tuvo desnuda Claree pudo sentir como todo el mundo tomaba un nuevo color, había vivido varios años pero jamas habia visto una criatura tan hermosa como la omega, su piel brillaba con una fina capa de sudor mientras sus senos se alzaban orgullosos para ser vistos, la beta bajo una de sus manos y empezó a delinear el contorno de su piel, solo con la punta de sus dedos, delicadamente, bajo hasta sus caderas y se detuvo antes del bello montículo que ya estaba goteando por ella, había escuchado antes del líquido que producen las omegas para facilitar la penetración pero nunca había estado cerca de él, acercó su dedo con curiosidad y robo algunas gotas del preciado elixir.
Se acercó los dedos a la boca y lamió, puedo escuchar como Rosi jadeaba al verla probar sus jugos, eran dulces, como si de un postre se tratara; la omega se empezó a remover bajo ella y empezó a abrir más las piernas, presentándose ante su pareja, ese era el acto más amplio de sumisión, le entregaba todo, le gritaba "tomame".
Claree gruño y se abalanzó al coño de la chica, empezó a lamer y succionar como si estuviera poseída, una cosa era segura, podría vivir solo de ese líquido y seria la mujer mas feliz del mundo. Los gritos de Rosi eran altos y totalmente obscenos, le encantaba que no se contuviera que demostrará cuánto le gustaba lo que le hacía, empezó a penetrarla con la lengua, primero de forma suave y luego cada vez más rápido, podía sentir como sus paredes empezaban a contraerse, estaba cerca, muy cerca, Rosi se vino con un grito jadeante mientras le jalaba el pelo a Claree para tenerla más cerca, casi asfixiandola con su coño, que maravillosa forma de morir sería.
Dejó que la omega recobrara el aire antes de meter sus dedos en ella, se elevo para juntar sus frentes mientras cerraban los ojos, podía sentirlo todo, el aire en la habitación, el sudor en su espalda, el coño en su mano, y el palpitar de sus corazones, fuertes, constantes, a un solo ritmo.
Empezó a acelerar el ritmo de sus dedos con la intención de hacerla venir una vez más pero Rosi cerró sus muslos alrededor de su brazo.
Claree la miro esperando, ¿se habrá arrepentido? pensó. La hizo sacar sus dedos de ella y se empezó a levantar, Claree le dio algo de espacio, antes de sentir como le abría la bata y empezaba a desnudarla, la omega pasó sus manos por sus hombros y bajó hasta sus cintura arrojando la bata a un lado.
Tomó el brazo de Claree y la arrojó a la cama para sentarse a horcajadas de ella, posicionó su polla en medio de sus pliegues y empezó a avanzar.
-Espera, te harás daño.
-No, esto es mio Claree, siempre has tomado lo que has querido de mi, como has querido, solo porque te lo he dado, pero esto...es todo mio, y la primera vez que estés dentro de mi, será a mi forma.
Claree pudo sentir como su polla se ponía aún más rígida al interior de la chica. Rosi gimió mientras se empapaba de forma rápida, soltó todo el aire de sus pulmones cuando llegó al eje.
-¿Esta ...esta todo dentro? .-Sus ojos brillaban con lágrimas y se estaba mordiendo el labio inferior.
-Rosi.-Claree gruñó levantando sus caderas para embestirla haciendo que Rosi se sostuviera de sus hombros.
-No puedo aguantar.-siguió moviéndose torturando a la omega que la cabalgaba.
Su nombre salió como un grito ahogado de los labios de la joven. Claree la giró dejándola de espaldas en la cama.
-Bien hecho.la felicito mientras le daba un profundo beso, uso la lengua para invadir todo el espacio que pudo haciéndola babear.-Eres perfecta.-Siguió embistiendo mientras le hablaba.-Como un sueño hecho realidad.-Podía sentir lo empapaba que estaba, la cantidad de líquido que producía.-Como una Diosa.
Sus movimientos se hacían rápidos para llevarla al borde y justo antes de que llegara Claree paraba para dar inicio a un vaivén lento y tortuoso. Lo estaba alargando, lo sabía, pero era su noche, quizá la única.
las manos de Rosi tomaron su cuello y la hicieron mirarla a los ojos.
-Hazme venir.-ordeno.
Claree paso saliva.-Lo que mi princesa ordene.
Empezó a joderla como nunca antes había tenido a alguien, sus cuerpos se balanceaban juntos mientras mordía y besaba cada trozo de piel que estuviera a su alcance, la estaba devorando entera quizá tanto como el interior de su coño se estaba comiendo su polla.
Cuando al fin llegaron al orgasmo, la beta tuvo que quedarse un rato en el interior de la chica, llenándola con su semen, quería marcarla como suya, por dentro y por fuera.
Tomó el rostro de Rosi y la besó, esta vez un beso diferente, uno lento, totalmente suave, el que marcaba el final.
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Hojas de otoño - EN PAUSA
WerewolfClaree estaba segura de que la opresión en su pecho se debía a la inseguridad, que las mariposas de su estómago eran simple indigestión y que el tartamudeo en su pulso era por la expectativa de un nuevo reto. Si seguramente era eso, seguramente no t...