Sarasaland

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Llevaban ya un buen rato caminando bajo el sol del desierto, sostenías la sombrilla de Peach mientras hablabas con ella y agarrabas su mano con amor, después de su plática de la noche anterior, te sentías con esperanzas de lograr algo con ella.

El calor era insoportable, sudabas por montones, Peach sostenía un abanico en su mano y se ventilaba, dándote aire a ti y a Toad en partes iguales.

— ¿Ya casi llegamos? —Preguntó Toad bastante cansado ya.

— Falta poco, miren, el castillo ya se puede ver. —Señaló Peach hacia delante, una figura ya se apreciaba a lo lejos.

Caminaron rápido y se pararon en las puertas del castillo, Peach se adelantó y tocó.

2 criaturas de vestimenta roja y máscara blanca abrieron las grandes puertas, dándoles la bienvenida.

— ¡Denme un minuto, enseguida voy! —Una voz femenina habló a lo lejos.

Esperaron en la entrada, guardaste el paraguas que un hombrecito recogió y colocó en un perchero.

Una chica salió caminando desde un pasillo, acomodando su vestido, arreglando su cabello y colocando su corona en su cabeza.

— Perdonen la tardanza, estaba arreglando unos problemas. —Se disculpó la recién llegada.

— Daisy, cuánto tiempo sin verte. —Dijo Peach muy feliz.

— ¡Peach! —Respondió la recién nombrada, bastante feliz.— Perdona, estos últimos días han sido extraños, un sujeto salió de la tubería que está en el jardín.

Interrumpiste la conversación.— ¿Es un sujeto de traje verde o rojo?

— Seh, un chaparrito de camisa roja, ¿Por qué? —Preguntó Daisy.— Por cierto, ¿Quien eres?

— Ah, mi nombre es (T/N), mucho gusto. —Hablaste con prisas.— ¿Crees poder llevarme con el sujeto?

— A ver, espera un minuto, Peach, ¿También cayó un humano en tu reino? —Preguntó Daisy.

— Si, y lo he estado entrenando, te sorprendería lo que ya sabe hacer. —Respondió Peach.

— Te apuesto a que mi humano podría ganar, ¿Cómo se llamaba? Ah si, Mario. —Dijo Daisy bromeando.— Adelante, vengan, el está por aquí, entrenando un poco.

Los 3 comenzaron a caminar detrás de Daisy, mientras ella seguía hablando.

— Seh, es un poco malo en esto, creo que está como deprimido, estoy mostrándole cómo hacerlo, pero este tonto vestido no me deja hacer nada.

Al igual que en el castillo del Reino Champiñón, un balcón se separó del resto para elevarse al centro de un pequeño océano.

Mirabas hacia todos lados en busca de tu hermano, y lograste avistar una figura corriendo en los bloques flotando, parecía estar haciéndolo de forma perfecta.

— ¡Es él, mi hermano! —Gritaste feliz, mirando a Peach.

— ¿Enserio? —Peach preguntó sorprendida.

— ¡Si! —Esperaste hasta que llegara a la meta, y así fue, se colgó del banderín y bajó.

— Daisy, ¿Cómo me fue? ¿Crees que lo- —Las palabras de Mario fueron interrumpidas.

— ¡Mario! —Corriste hacia él para abrazarlo.

— ¿(T/N)? —Preguntó.— ¡(T/N), estás bien!

— Si tú estás aquí, entonces...

— ¡Luigi está con Bowser! —Gritó Mario.

Corriste hacia Peach, quien hablaba con Daisy.— Debemos partir ya, no hay tiempo que perder.

Peaches | Princesa Peach x TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora