Comienza el Entrenamiento

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Ya estabas listo, caminabas por las calles tratando de recordar la ruta correcta para llegar al castillo.

Mirabas cada mapa pixelado que encontrabas a tu alrededor, fue cuestión de unos pocos minutos para que llegaras.

Los Toad guardianes está vez no te bloquearon la entrada, así que tocaste la puerta sin más.

— (T/N), que bien que llegaste, adelante, entra. —Te dió la bienvenida, entraste detrás de ella, siguiéndola.— Preparé un poco de té, adelante, toma.

Dijo entrando a una sala diferente, siendo la cocina.

— Princesa, no creo que sea el momento de tomar té, debo entrenar, no hay tiempo que perder.

— (T/N), soy la princesa, si te digo que tomes té, obedece, por favor.

— Cómo usted diga, Princesa. —Tomaste asiento y sostuviste una taza en tu mano.

Ella hizo la misma acción, bajando un poco la mirada.

— Debes saber que vamos a enfrentar muchos peligros, es por eso que iremos al Reino Kong para pedir ayuda. —Dijo, colocando la taza de té en la pequeña mesa.

— Está bien, haría cualquier cosa por mis hermanos. —Respondiste.

— Bien, sígueme, veamos de que estás hecho. —Te dijo, levantándose de su asiento y caminando hacia una nueva habitación.

Ésta vez llegaron al balcón, desde donde se podía apreciar una muy bella vista del Reino, montañas llenas de vida y champiñones gigantes.

La plataforma comenzó a moverse para flotar en sobre el mar que estaba a los pies del castillo, un enorme bloque amarillo con un símbolo de interrogación [ ? ] surgió del agua y comenzó a dividirse.

Formaron caminos de ladrillos, algunos tramos de tuberías con plantas robóticas, bolas de peluche girando y más obstáculos.

— Ah... Que bien, Parkour, soy pésimo en esto.

— No seas tan negativo, mira, te enseñaré cómo se hace.

Levantó su vestido con elegancia, y aún en tacones comenzó a correr.

Lo hacía de forma tan perfecta, saltaba en el momento indicado, se detenía cuando debía, no fue tocada ni una vez, saltó de forma sincronizada sobre balas de plástico, todo en ella era perfecto.

No parabas de mirarla, cómo se movía tan rápidamente, su hermoso cabello moviéndose con el viento, simplemente te cautivó.

Para terminar, se colgó de la bandera y descendió con su vestido extendido, solo te hizo admirarla más.

— No te pases... —Fue lo único que pudiste decir.— ¿Cómo esperas que salte así de alto?

— Con los potenciadores, nos dan habilidades especiales. —Señaló a un bloque amarillo con el mismo símbolo del anterior, pero este era más pequeño.

Saltó hacia él y en tus manos cayó un champiñón.

— Si que aman los champiñones aquí, ¿No? —Lo miraste, tenía unos lindos ojos.— ¿Me lo como?

— Claro. —Te dijo sonriendo.

Lo comiste de golpe, una sensación extraña recorrió tu cuerpo, en menos de 5 segundos tu tamaño había aumentado.

— ¡Wow! —Exclamaste sorprendido.— Ahora si creo poder con esto, tu déjamelo, Princesa, yo me encargo.

— ¡(T/N), espera! —Gritó, pero era tarde.

Comenzaste a correr sin escucharla, pero no pudiste dar el primer salto de forma correcta y caiste al mar, una tubería verde te llevó al inicio del nivel.

— No me dejaste terminar, si algo te golpea, pierdes tu objeto, hay muchos, así que todos de ayudarán.

Golpeó otro bloque y de este emergió una flor roja.

La tocaste e inmediatamente tu vestimenta cambió a una tonalidad de amarillo y blanco, con ciertos toques rojos.

— ¿Y este que hace? —Extendiste tu mano, una bola de fuego se creó en tu mano.

Gritaste con un poco de miedo.— ¡Auxilio Princesa, mi mano se incendia!

— No, no, no le pasa nada, es la flor de fuego, con ella puedes lanzar bolas de fuego, el agua no la hará desaparecer, sigue adelante.

Volviste a comenzar el nivel, ésta vez de forma mas coordinada, saltabas con más confianza, te deslizabas, saltabas de pared en pared. Aunque la flor no te fue de gran ayuda, te daba más libertad para destruir algunos obstáculos.

Fallaste en algunas ocasiones, caías al agua, algún enemigo falso te golpeaba, pero no te rendias, seguías adelante.

Para finalizar, saltaste de forma casi perfecta sobre las balas de plástico, tratando de impresionar a la Princesa con tu perfecta coordinación, y lo lograste, te tomaste del banderín de meta.

Aunque era algo tarde, tardaste todo el día en aprender ese simple curso, ya estaba anocheciendo.

— ¿Que tal lo hice, Princesa? —Preguntaste respirando un poco, tomando fuerzas nuevamente.

— ¡Lo hiciste de maravilla! —Gritó emocionada.— Lo hiciste muy bien, solo te costó el día completo, pero estoy segura de que para mañana estarás listo, ahora debes descansar, ven, te invito a cenar.

— Ja, está bien, ¡Me encargaré de entrenar lo suficiente para protegerla... —Reflexionaste sobre lo que acababas de decir.— . . . Y para salvar a mis hermanos!

Ella rió un poco, mientras sonreía, el balcón volvió a su lugar original y ambos entraron al castillo.

Te llevó nuevamente a la cocina, dónde la comida parecía estar preparada ya, claro, era obvio que tenía ayudantes en todo el castillo.

— ¿Extrañas a tus hermanos?

— Cómo no tiene idea, no sé que estarán pasando, pero espero que estén a salvo.

Ella te sonrió nuevamente.— Verás que estarán bien, te lo prometo... Y deja de llamarme por "Usted", no soy tan mayor.

— Eh, si, claro, perdón... ¿No eres de aquí, verdad?

— Yo... No recuerdo de dónde soy, solo sé que un día llegué, y el maestro Kinopio me recogió, desde ese momento, lo ví como un padre, el me cuidó y crió como su hija.

— Tal vez vienes de Nueva Donk, justo de dónde vengo.

Ella río un poco.— Tal vez, quizá.

Unos segundos después, sus platos de comida llegaron a la mesa, y comenzaron a comer.

Al terminar, te acompañó a las puertas del castillo.

— Bueno, (T/N), nos vemos mañana, nos queda poco tiempo para nuestro gran viaje, incluso puede que lo adelantemos.

— Lo que sea está bien, mientras más rápido, mejor.

— Bueno, descansa.

— Igualmente.

Se despidieron y volviste a tu hogar, bastante feliz. Su bella sonrisa te hacia volar, la amabas.

¿Pero como podías? Acababas de conocerla, no lo sabías, pero te gustaba esa sensación.

Peaches | Princesa Peach x TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora