Rey de los Koopas

689 50 2
                                    


— ¡No hay tiempo que perder, (T/N)!, Vamos a partir a Sarasaland ahora mismo. —Te dijo, entrando en tu casa como si ella viviera ahí.

Tu estabas recién despertando, eran las 9 de la mañana, tu cuerpo apenas podía reaccionar.

— ¿Puedo tomar café antes? —Preguntaste, tallando tus ojos con tus manos.

— Te espero en el castillo, llega lo más rápido posible, ¿Si? —Dijo, saliendo de tu casa.

Te preparaste, tomaste una taza de café y saliste corriendo, ya conocías parte de la ruta.

Corrías de forma segura, saltabas de un lugar a otro, de plataforma en plataforma.

Entraste en la tubería que llegaba a la puerta del castillo y diste un salto para aterrizar en el suelo con un estampado de estrella.

Caminaste a las puertas del castillo y las tocaste, Peach te recibió con una sonrisa.

— Que bien que llegaste, adelante, entra.

Ella vestía un vestido más corto que el usual, era lindo, supones que era para darle más movilidad.

Caminaste detrás de ella, tratando de elevar tu vista para no ver de más, algo ruborizado. Llegaron a la sala principal.

El tapete de estrella se abrió, dejando salir un mapa formado de pequeños pixeles.

— Mira, iremos a Sarasaland primero, pasaremos por la isla de los Dinosaurios y finalmente iremos a la Isla Kong, ¿Estás listo?

— Si... Creo que sí. —Dijiste con nervios.

El mapa volvió a su lugar, Peach puso su mano en tu hombro.

— Confío en ti, (T/N), se que juntos podemos acabar con esa monstruosidad, no luches por mi, hazlo por tus hermanos. —Sonrió.

Volteaste para poder mirar sus bonitos ojos azules, eran grandes, demostrando sus intenciones de amistad, con intenciones de... ¿Amor?

— Estoy un poco nervioso, pero creo poder hacerlo, por todos, Mario, Luigi y... Por ti. —Hablaste con nervios.

— Quizá esto pueda calmarte. —Dijo, para darte un pequeño beso en la mejilla.

Tu piel se puso roja por aquella acción de la princesa, rápidamente tu postura fue recta, tratando de verte formal a los ojos de la Princesa.

— ¡A-Adelante, vamos Princesa, no hay tiempo que perder! —Hablaste inspirado.

Caminaron nuevamente a la puerta del castillo, muchos Toad ya estaban esperando la partida de su gobernante.

— Padre, estamos listos, es hora de partir. —Le habló al Toad abuelito, el maestro Kinopio.

— Sé que van a lograrlo, yo no puedo acompañarlos, pero Toad lo hará. —Le respondió.

— ¡Hola (T/N), Princesa. —Dijo Toad emocionado, cargando su mochila

— Hey Toad, no sabía que vendrías, incluso vienes preparado. —Le dijiste, agachándote para hablarle.

— Es hora de irnos, chicos, andando. —Ordenó Peach, comenzando a caminar, Toad le siguió.

Cuando estabas apunto de avanzar detrás de ellos, el maestro Kinopio te detuvo, tu lo miraste.— ¿Pasa algo?

Te pusiste de rodillas para poder escucharlo.

— Por favor, cuida de Peach, ella nunca ha conocido a un humano, tratala bien, ¿Puedes?

— Claro que lo haré, mientras esté en este lugar, yo protegeré a la Princesa, no dejaré que nada le pase.

— Muchas gracias, hijo. —El sostuvo una pequeña mochila que otro Toad le entregó.— Aquí tienes algo que te ayudará, es un potenciador, úsalo cuando estés en peligro, solo sirve una vez.

Peaches | Princesa Peach x TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora