Regreso

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El sol resplandecía y las nubes se movían por kilómetros en el cielo, las malezas se removieron y de ahí salió una chica rubia con maletas en manos.

Respiró hondo el aire del vecindario y siguió su camino, viendo por entre las vallas el copete exagerado de Darling, enternecida, decidió seguir antes que saludarlo, habían pasado tres meses y medio antes de que se pudieran haber visto de nuevo y prefería que su llegada fuera menos... sorpresiva.

Entró a su casa desapercibida y vio todo oscuro, lleno de polvo y telarañas, era sorprendente como en tan poco tiempo la naturaleza reclamaba parte de lo suyo. Abrió las cortinas y dejó que el sol invadiera la podredumbre.

Decidió lavar todo, tomó un trapo y empezó a pulir cada mueble, la hacía sentirse un poco mejor. Al terminar la hora de la cena ya llegaba, encendió las luces y fue cuando no pudo ser nada, Wally recogía su lienzo cuando pudo ver las bombillas encendidas.

Quedó en shock, su corazón empezó a latir rápido, incluso consideró que era una alucinación más y continuó su labor, sonriendo, sonrojado, pensó en visitarla, pero era mejor seguir con su pacto y darle su tiempo.

"¿Qué pasó en esos tres meses y medio?" No se preocupen, eso a su tiempo.

Julie se sentía bien, más bien, neutral, se sentía agusto pero aún así, algo seguía faltando, algo le daba un golpe en el corazón cada que respiraba, le faltaba aire.

Wally era algo parecido, sus vecinos notaron su cambio, seguía reservado en lo que el asunto de su vecina se trataba, así como se le veía pensativo todo el tiempo.

Ambos se querían ver, pero la vergüenza podía con ellos, después de tanto tiempo... era como tener a un desconocido en frente. Pero eso nunca frenó a Darling.

Fue a la tienda de Howdy por unas cosas al día siguiente y volvió a su casa a preparar su bienvenida.

Ya en la tarde, alguien llamó a la puerta de Joyful, y ella, recién arreglada, salió a recibir.

—... Darling — Mencionó extrañada, pero no tardó mucho para sonreírle.

El mencionado llevaba una caja de madera con varias cosas, estaba con su vanidoso copete y su coqueta sonrisa, todo esto con una capa de inocencia.

— Me encanta que me digas por mi apellido. — Ladeó la cabeza y lo invitó a pasear. — ¿Te molestaría que le diga a todos que ya volviste? Yo me di cuenta por las luces encendidas a noche, estaba pintando en mi jardín. — Habló mientras tomaba un cubito de queso, era todo lo necesario para un picnic... sin serlo.

— ¿En la noche?

— Estaba terminando de pintar en mi jardín — Corrigió, Julie río, preparando una limonada.

— No, no me molestaría, creo que me debo poner al corriente con todos, apenas y los conocí en la fiesta... — Wally sujetó fuerte el vaso, recordando esa noche.

— Sí, y ni te despediste de ellos querida, que grosera — Sonrió de nuevo, sujetando sus mejillas.

— En realidad sí... Pero bueno, ya estoy aquí, para quedarme — Suspiró, se le veía pensante, distraída, tomó una manzana y empezó a comerla.

— Sí... ¿qué tal tu... tu pueblo? ¿Cómo está Thomas?

— ¿Te acuerdas de su nombre en serio? Yo apenas recuerdo a algunos de aquí.

— Bueno, uno no es nada comparado con siete. ¿Cómo estuvo todo?

—... Bien, fue lindo. — Guardó silencio, tomando su cabeza en su mano se perdió su vista, sólo observó el suelo.

Medicated Girl | Welcome HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora