Apuntaba a las ocho de la noche cuando, entre un camino casi invadido por la naturaleza, un pequeño auto de payaso con puntos arcoíris llegaba al vecindario, dando bienvenida a Darling, varios vecinos se asomaron por la ventana, el ruido de un motor era simplemente imposible de pasar por alto; entre ellos, Julie paró de regar el árbol que había traído consigo, sonriendo miró estacionarse al pequeño hombre, preguntándose entonces, ¿dónde guardaba el carro si no tenía cochera y nunca lo había visto? Le preguntó a Wally apenas salió del automóvil.
Llegó sonriente con árbol en manos y él la abrazó, sin importarle tener la mata entre ellos dos. Sacó de su suéter una pequeña bolsa con dinero y la sacudió, feliz.
— ¿Te invito algo mañana?
— Eres un presumido.
— Sólo contigo, querida. — La invitó a pasar y encendió la cafetera. — ¿Llegaste hoy en la tarde?
— Sí, ¿y tú por qué saliste sin avisarme?
— Soy dueño de mi vida, además no lo tenía previsto, poco después de que te fuiste me marcó mi cliente y me dijo que estaba satisfecho, entonces dijimos que el día siguiente bien podría pagarme. Así que, por eso llegué hoy.
—... Sólo duraste una semana con ese cliente, ¿verdad? — Darling asintió, sin antes haberle llamado "chismosa"
— ¿A ti cómo te fue?
Julie guardó silencio, sonriente, melancólica, desvío la mirada y le contó que había vuelto a ver a su enamorado, y el cómo ella había reaccionado.
— ¿Y cómo te sientes ahora? — Apagó al agua hirviendo cuando chilló, sirvió dos tazas y acercó los condimentos.
—... Me siento bien de hecho, no sé si serán las pastillas pero, estoy tranquila, haberle dicho eso... me serenó, porque es la verdad, no lo quiero volver a ver en mi vida. Ya tuve suficiente. Pero... él se disculpó. Estoy satisfecha. No tengo nada más qué hacer en ese pueblo. — Alzó la mirada hacia los ojos de Wally, quien la veía orgulloso, sonriente.
— ¿Y tu doctor?
— Eso te quería decir, quiero ir a dónde tú vas, en serio ya no quiero volver.
— ¿Y tus hermanos?
— Me pueden visitar, bien iría sólo por ellos, pero... quiero pasarme un buen rato sin pisar cuevas y musgos, he tenido suficientes veintitrés años, estoy harta.
— Je... Yo también odié así mi antiguo pueblo.
— ¿De dónde vienes tú? — Exclamó, tomando al café.
— Del mismo pueblo que Eddie de hecho, sólo que él es mayor, no creo que recuerde a un pequeño cinco años menor, era un pueblo grande además.
Julie acercó su silla mientras lo miraba a los ojos, dejando ver que deseaba que continuara hablando. Wally suspiró.
— Nací a... como una hora de aquí, en carro claro, es donde mismo mi doctor, lo frecuento desde los quince años, cuando me diagnosticaron. Tengo... dos hermanos — Recordaba — Pero no los he visto desde hace casi diez años. No sé si sigan vivos... Supongo que sí. Y mis padres, murieron jóvenes. Un caso de cáncer y uno de suicidio. Una familia fragmentada sin duda. — Cerró los ojos, apacible, controlando su respiración, hacía mucho que no hablaba de eso. — Conocí a Howdy y a Poppy en una fiesta, era grande, una fiesta de todo el pueblo y había varios visitantes, entre ellos, ellos dos. Eran viajeros, ¿sabes? Me dijeron que buscaban un sitio donde asentarse, yo les dije que ese no era el lugar. Me contaron que llevaban viajando medio año, me compartieron sus aventuras, eran mucho más jóvenes. Yo tenía diecisiete y ellos veinticuatro. Les dije que me quería ir con ellos y aceptaron, a la semana siguiente, yo salí de mi casa.
Tomó de su café y Julie prestaba atención, se le veía tan pacífico, tranquilo de contarlo.
— ¿Y que hubo de tus hermanos?
—... Me despedí de ellos, y lo más lindo fue, que me desearon suerte, el mayor, el menor en cambio... — Soltó el liston su cuello, y lo enseñó — Me regaló esto. Ambos eran muy fríos, nuestras tragedias, en lugar de unirnos nos había separado, pero parece que nunca dejamos de querernos. — Se levantó por un recipiente que tenía galletas, quiera o no, ese tema lo ponía de nervios y comer le era un gran distractor.
Tomó una y acercó la vasija.
— Y bueno, no los he visto desde entonces, cuando voy con mi doctor nunca me los he topado, creo que tal vez, ya se fueron también, tal vez mi hermano mayor.
— ¿Por qué no los buscas? — Preguntó después de un rato de silencio, lastimera
—... Creo que estamos mejor así, cada quien haciendo su vida, fuimos desconocidos mucho tiempo, como para querer... fingir que nos importamos. Estoy muy bien así, con mi propia vida, sin preocuparme de ellos... en veces, sí, los extraño, pero, es un egoísmo necesario creo yo.
— Pero son tu familia, ¿en serio no recuerdas un buen momento en que ellos estuvieron ahí?
—... Casi no había tenido malos momentos hasta que mi padre enfermó, mi vida había sido perfecta hasta mis trece años. No es suficiente tiempo para poder amar, se supone que después de eso comenzaríamos a formar momentos inolvidables — Empezó a apretar la taza, las galletas en sus manos no duraban, su respiración se empezó a agitar y sus ojos no podían evitar humedecer. — Se suponía que seríamos hermanos y una familia. — Cubrió su rostro, realmente le dolía. — Pero mi madre tampoco soportó y no sabía... no sabía, no pensé que la muerte de mi padre le afectaría así, ¿por qué habría de hacerlo? Nos tenía a nosotros, tal vez... sólo no pudo más. Cómo todos nosotros. Nadie pudo más, y decidimos irnos. — Sollozaba, aguantando el nudo en su garganta. — No pudimos más, sólo... sí, sí me dolió, pero actualmente lo veo solo como una trágica historia triste, ¿que me pasó? No lo sé, es como si no, es como si sólo fuera una historia en una película que me hace poner muy triste, pero que a fin de cuentas sabes que no importa, porque no pasó.
— ¿No crees que lo estás negando mucho?
Wally sollozó, encorvado
— Quizá, pero sólo... sé que si vuelvo, que si voy con ellos... lloraremos tanto
— Eso no tiene nada de malo.
— No, pero... es demasiado, suficiente para mí. Mi blando corazón... — Tomó una galleta en sus manos, y la destrozó — Hablar de esto, con ellos... Él seguramente ni me debe de recordar, y él... debe de odiarme por irme.
— Estoy segura que no es así. En el fondo te deben de extrañar bastante. Oye — Tomó de su mano y Wally se estremeció, casi la retiraba. — Sé lo que es eso, ¿vale? Pero, lo mejor es enfrentarlo, ¿no crees que sería triste que en tu lecho de muerte, recuerdes que no los viste en el resto de tu vida? Al menos una ves, para cerrar bien eso, debías estar bien para enfrentarlo, ahora lo estás, ¿por qué no?
Darling limpió su rostro, secó las lágrimas y sollozó de nuevo.
— Me da miedo. No me gusta estar saliendo y entrando de este vecindario.
— Búscalos, seguro que te reciben.
— ¿Y si no?
— Ya sabrás que no fue tu culpa.
—... Te amo mucho Julie
— Yo también, me tendrás aquí para cualquier cosa. — Wally sonrió y acarició su rostro
— Mi dulce amiga.
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Medicated Girl | Welcome Home
FanfictionJulie tiene depresión. Vuelve al vecindario después de pasar una temporada en su pueblo natal y un buen amigo le da la bienvenida, sin poder afrontar un posible cambio en sí misma.