CAPÍTULO ONCE

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-entra a tu maldita habitación y no te atrevas a salir no quiero verte el rostro por el momento!- grito a su hijo el Sr Park.

-no puedes emcerrarme por siempre padre! quieras o no yo me iré de esta casa con o sin tu consentimiento- afirmo Jimin -pero escúchame bien, jamás te perdonaré que me hayas mentido y que hayas alejado a mi alfa de mí por tantos años- lo miro con odio puro apunto de llorar.

-pues me importa una mierda lo que digas! tú haces lo que yo diga y punto -le volvió a gritar.

-por supuesto Sr Park- le dijo con ironia- siempre he hecho lo que ha querido incluso sacrificar mis sueños por ti, pero ya no más, no continuaré mi carrera, haré lo que más amo lo que siempre debi haber hecho desde un principio y no lo que tú me has obligado a ser- grito con los ojos llenos de lágrimas sin poder contenerlas.

-sobre mi cadáver! que no se te olvide que eres un Park y mientras vivas en esta casa se hará lo que yo diga y eso va para ambos-  mirando también a su esposa.

Sin más Jimin se dio media vuelta y subió hacia su habitación, su padre subió atrás de él y lo encerró con seguro -ni se te ocurra abrir esa maldita puerta- mirando con odio a su esposa que los había seguido hasta la habitación.

-pe..pero qué fue lo que pasó? por qué no me lo puedes decir- pregunto confundida la Sra Park -dime qué hiciste? por qué nuestro hijo viene así y por qué acabas de romper el compromiso con los Jeon- mirándolo fijamente pero con miedo.

-Omega no estoy de humor para tus reclamos, si no te callas te ira muy mal, me conoces cuando estoy enojado- grito empujando a la Sra Park contra la puerta mirandola fijamente en señal de advertencia, para luego dar media vuelta y encerrarse en su despacho, dentro bebería hasta quitarse ese trago amargo que le dejo esa estúpida conversación con los Jeon.

La Sra Park estaba llorando desconsolada en la misma posición que le había dejado su esposo, luego lo penso bien y volteó hacia la habitación de su hijo y abrió la puerta entrando sorpresivamente.

-madre qué bueno que eres tú-  abrazó a su madre llorando desconsoladamente.

La Omega abrazo a su cachorro que yacía en el suelo llorando -hijo pero qué fue lo que pasó? por qué salieron así del despacho y por qué ya no estas comprometido  con Yongui?- preguntó esta vez a su hijo desconcertada.

Jimin le contó todo lo sucedido a su madre, todo lo que había pasado hace años atrás, La mentira de su padre y lo ambicioso que este era. Al oír todo lo dicho por su hijo, su madre estaba totalmente decepcionada de su esposo, pero por qué? Ella lo conocía y sabía lo desalmado que podía llegar a ser, pero esta vez no dejaría que su hijo sea infeliz, no como ella lo fue en el pasado al casarse con el Alfa que no quería, su hijo no correría la misma suerte, él sí merecía ser feliz aunque su vida dependiera de ello.

La Rubia acuno el rostro de su hijo en sus manos con delicadeza y observándolo con amor -No hijo, tú tienes que ser feliz yo no permitiré que tú te sacrifiques por tu familia- le dijo su madre con firmeza.

Jimin asombrado le sonrió  y con mayor esperanza confío en su madre ya que ella siempre lo defendió del egoísmo de su padre -madre si tú me ayudas el  plan que tenemos con Jungkook será mucho más fácil de cumplir, por favor ayúdame- imploro con esperanza en sus ojos azules.

-está bien hijo dime qué tienes en mente- afirmó su madre con complicidad.
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Por otro lado Jungkook se encontraba ya en su carro que estaba equipado con ropa, comida, artículos de aseo personal, sus documentos y todo lo que necesitará para empezar su nueva vida, aceleró y se dirigió al hotel que serviría  de  cuartada, según el plan Taehyung.

Un ángel y su príncipe - KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora