Franco
Sicilia, Italia.
Estoy en el despacho, tengo papeles por doquier, revisando cuentas, rutas y los informes de los diferentes cargamentos de drogas y armas que se han distribuidos a los distintos grupos. Drago entra al despacho con una sonrisa sarcástica y sé a lo que viene, pasa y toma asiento frente a mí.
- Drago no estoy para idioteces ahora.
- ¿Cuándo lo estás?- trato de ignorarlo pero sigue conversando.
- ¿Cuándo la traerás a casa? , Mamá y Gia están ansiosas por conocerla- ruedo los ojos.
- ¿Solo ellas o tú también quieres regocijarte en mi desgracia?
- Vamos hermano no es para tanto, aunque me causa muchísima gracia imaginarte en el plan de esposo y hombre de familia me da pesar la chica.
- Se va a casar conmigo no veo en que pueda lamentarse - Drago suelta una carcajada que inunda toda la habitación.
– Mucho estatus, dinero y protección le proporcionará ser la mujer del capo pero tendrá que aguantarte y eres un completo dolor de huevos - lo fulminó con la mirada.
- Ponte a trabajar y no me hagas perder el tiempo Drago, recuerda que tenemos hoy un asunto que resolver.
- Lo recuerdo Don.
Al salir de la habitación quedó solo con mis pensamientos, tengo que casarme no tengo otra opción, debo preservar mi legado y ella ha sido elegida para eso.
Vuelvo a revisar la carpeta que dejo Drago sobre el escritorio esta mañana y en definitiva tiene..., La voz de Chiara me saca de mis pensamientos.
-¿Puedo entrar Don?- asiento y se por lo que viene, estoy estresado y necesito drenar el mal sabor que el matrimonio me causa.
- Pasa y desnúdate, no tengo todo el día.
Obedece y mientras se acerca a mi deja caer su vestido, coloca sus manos en mi cuello y detesto el romanticismo que intenta buscar en cada encuentro, la aprisionó entre el escritorio y mi cuerpo con un movimiento brusco la coloco de espaldas con sus tetas pegadas a mi escritorio, gime por el movimiento, saco un preservativo y me lo pongo, entro en ella y ya está empapada como siempre me recibe, arremeto con embestidas fuertes que la hacen gemir.
- No pares Don, no pares- la volteo y le subo el culo al escritorio, queda abierta para mí y la sostengo por el cuello, está tan mojada y colorada por lo rápido de las embestidas que le estoy proporcionando.
Su respiración se acelera estremeciéndose con los espasmo del orgasmo que le causo, busca mi boca y la esquivo, puedo ver como se cristalizan sus ojos, salgo de ella y me quito el preservativo que boto en la papelera, acomodo mi miembro en mis pantalones.
- Vístete y sal de aquí.
- Don- dice casi suplicando.
- Podría darte un tiro por tu insolencia- respiro hondo- sino te busco no vengas, ahora desaparece de mi vista - baja la cabeza y asiente.
- Chiara no te creas especial, follo todos los días con una chica diferente- le digo antes de que cruce la puerta.
- Sé quién eres Don sin embargo estoy para ti siempre- cierra la puerta.
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Quedé en encontrarme con Drago en una de las bodegas que tenemos para la resolución de conflictos, es lo bastante alejada y privada para lo que venimos a hacer aquí. Cuando entro me encuentro con Drago y nuestro invitado amarrado a una silla.
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DEUDAS
Teen FictionFranco De Santis un piloto de fórmula 1 que está arrasando en las pistas de Italia, soberbio e impredecible, con una belleza que hace temblar a cualquiera. Tendrá que balancear su doble vida sin descuidar los negocios y lo que le apasiona. Ha llegad...