CAPITULO 13

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Sasha

Gino trajo muchas bolsas y una enorme caja una hora después de que Franco desapareciera.

— El Don no se encuentra señorita— dijo Gino como si lo estuvieran agarrando de las pelotas.

—¿No dijo a dónde fue? — inquiero curiosa.

— No señorita sin embargo me dejo a cargo de su protección.

— Vale, gracias Gi— le sonrió y este abandona la habitación

Comienzo a abrir las bolsas, hay de todo, zarcillos y pulseras en oro blanco, unos preciosos tacones y el vestido, el vestido es completamente alucinante, azul turquesa cola de sirena con aberturas de transparencias que van desde la cadera hasta los muslos sin embargo dicha transparencia está cubierta por muchos diamantes, diamantes reales.

Sonrío como loca por lo bello que es todo, es tan a mi gusto lo cual me hace dar brinquitos de alegría hasta que recuerdo mi majilla toda adolorida.

Tocan la puerta.

Una chica me sonríe

— Hola soy Mara— dice extendiendo su mano— el sr De Santis me ha enviado para ayudarte con el maquillaje y el peinado...— no la dejo terminar de hablar y la hago pasar inmediatamente.

— Muchas gracias por venir, me has salvado— digo.

Pasan las horas y el vestido se me ve espectacular me ha quedado a la medida y Mara ha hecho un excelente trabajo, me ha hecho un gran moño el cual me hace relucir las facciones de mi cara y con el maquillaje hace milagro, ha cubierto con este el golpe que me ha dado el imbécil ese.

Bajo las escaleras y ahí de pie se encuentran Franco y Drago en smoking, Drago tan sonriente como siempre y Franco tan serio como de costumbre.

— Le pediré a papá que también escoja a mi esposa— dice con cierta mirada lasciva— los De Santis tenemos muy buenos gustos, ¿no es así? — voltea a ver a Franco.

Me mira de arriba abajo detallando cada parte de mi cuerpo enfocándose en mis pechos que saltan a la vista.

— Un paladar exquisito también tenemos— se le oscurece la mirada a medida que pronuncia las palabras y yo trago con dificultad.

—¿Acaso tratan de decirme que estoy linda? — digo—¿Eloisa no viene? — pregunto amargando a Franco.

— Sasha, te dije...— no dejo que termine de hablar.

—Sé lo que dijiste.

— Espero lo cumplas entonces— dice cruzado de brazos— espéranos en el auto— le indica a Drago quien sale de la villa mientras él se aproxima a mí.

Se pone a mi espalda haciendo que me ponga un poco nerviosa.

— Te falto algo— dice.

—¿Qué cosa? — cuelga en mi cuello un precioso collar de diamantes con un gran zafiro azul.

Poso mi mano en la joya y doy gracias porque a pesar de todo Franco no ha sido tan malo como pensé que sería.

Volteo, nos miramos frente a frente.

— Gracias— digo con la mano puesta aún en la joya.

— Vamos— dice ofreciéndome su brazo, el cual acepto.

La villa de los Falcone no está mal sin embargo no es nada en comparación a los lujos que se dan los De Santis, abren la puerta del auto y no es necesario revisar si estamos en la lista de invitados.

Todos voltean a mirarnos e inclinan la cabeza en forma de saludo a Franco quien ni se molesta a devolver el saludo sin embargo yo intento sonreírles a todos para que el idiota del cual camino del brazo no quedé como el imbécil mal educado que ya es.

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⏰ Última actualización: Feb 24 ⏰

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