35 - Hosgmeade.

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     La salida a Hosgmeade estaba preparada, la larga fila extendida por lo amplio para poder entrar era un poco molesta pero en fin, las personas pasaban rápido. Estaba caminando al lado de Cédric pues habían decidido salir a Hosgmade juntos en una cita, razón por la cual se había puesto lo más guapa que podía pero siendo sutil en el cambio.

     — Ese juego fue un poco complicado, al final perdimos contra Slytherin — aseguró Cédric contando una anécdota que la chica escuchó con sumo cuidado.

       — ¿Qué tumbarte de esa manera no es trampa? — preguntó — por eso ganaron.

       — Bueno... — respondió con una risa — nos los has visto pero así juegan ellos es como su estilo.

       — Es trampa — Aseguró la chica — pero eres muy amable para admitir algo así.

     Finalmente comprobaron sus pases y salieron por los terrenos directo a Hosgmade, sus cabellos rojos al golpear el sol se veían anaranjado. Karol enrrolló su brazo con el más alto sonriendo con ternura causando que el masculino sonría también.

       — ¿A dónde quieres ir? — preguntó caminando a la par de la chica quien enrrolla su brazo.

     — Sabes que no conozco nada de por aquí, no mucho, guía tú — dijo entonces como respuesta.

      Sus pasos se sincronizaron hasta llegar al pueblo de Hosgmade, muchos estudiantes paseaban por el lugar y muchas chicas la veía con un odio intenso tanto que quemaba. De pronto Cédric soltó el agarre de su brazo causando desconcierto en la chica hasta que le abrazo de los hombros con un sólo brazo acercándola más a él.

     No pudo evitar ruborizarse.

    — Así me gusta más — dijo el mayor con una sonrisa mirando a la menor quien sonrió tímidamente — Podríamos ir a la tienda de bromas, es divertida y por lo visto te gusta divertirte.

     —¿Cómo llegaste a esa conclusión? — preguntó con una sonrisa.

      — Siempre estás con los gemelos — respondió — eso lo dice todo ¿No? — preguntó con esa sonríes tan intachable a lo qué ella sonrió.

       — Bueno... Sí, tienes razón solo quería preguntar porqué pensabas algo así — dijo entonces sin más emprendiendo camino.

     La tienda era gigante comprendiendo inmediatamente porque los gemelos siempre de metían acá, estaba llena de artículos de bromas por doquier y de alumnos quienes revisaban de pies a cabeza la tienda con propósitos de divertirse.

      — Vaya — dijo mirando un montón de artículos. Caramelos que explotaban y que tenían todos los sabores, habían objetos voladores y demas cosas demasiado complejas de describir.

      — Es bastantes extenso ¿No? — preguntó entonces extendiendo un caramelo — ¿Quieres probar? — le preguntó amablemente.

      — Bueno — dijo con curiosidad cosa que fue un gran error, pues confiando mucho en la amabilidad de Cédric comió del caramelo. Sintió pronto que su cuerpo entraba en un calor inexplicable y soltando vapor por los oídos como una locomotora exclamó un grito de sorpresa aunque como tal no era doloroso más bien incómodo y embarazoso.

      Cédric soltó una risa al ver su expresión tan tierna, tenía las mejillas rojas y los ojos dilatados llenos de un brillo interesante.

     — ¡Cédric! — se quejó sin poder creerlo — eso fue cruel — pero el chico no podía tomarla muy enserio aunque intenta contener la risa, seguía riendo causando que la chica se ruboriza más pero no porque le avergüenza, es más ese sentimiento embarazoso había desaparecido por completo.

    Se veía tan bien riéndose a carcajadas, incluso su risa era perfecta, tenia que ser una broma, todo lo que él hace era perfecto y no podía enojarse con él en su lugar dejó de molestarse y soltó también una carcajada.

     — Lo siento, pero eres tan graciosa — dijo finalmente deteniendo la burla — lo siento — volvió a disculparse.

     — Está bien, no importa — dijo acomodando sus cabellos que se habían hecho un desastre — sigamos — le sonrió entonces a lo que él masculino volvió abrazarla de los hombros.

     El tiempo pasó rápido ya casi terminaba el tiempo en Hosgmade. Ambos estaban contados tomando una cerveza de mantequilla muy deliciosa mientras hablaban sin parar de cosas triviales, preguntándose varias cosas.

      — Tu turno — dijo la chica pensando — si hicieras un patronus... ¿Cuál sería tu recuerdo más bonito?

     El muchacho guardó silencio un tiempo pensando bien la respuesta.

     — Está un poco difícil — dijo detenidamente — hay muchos recuerdos buenos pero necesitas uno tan poderoso para poder realizar alguno, no sabría elegir — dijo sin más — ¿Cuál es el tuyo? Tu ya haces un patronus ¿No? A tu edad... Ni si quiera yo sé hacer uno — negó con la cabeza.

      — No es la gran cosa — dijo con una sonrisa — pero... Recuerdo algo muy fuerte que me hace invocar el patronus, recuerdo a mí hermano y... Se forma solo.

      — Yo creo... — dijo Cédric — que si intento hacer el patronus... Podría hacerlo con solo recordarte — ella le miró sorprendida mientras sus mejillas se volvían rojas, escuchar eso fue un choque fuerte, electrico. Creía que le diera un infarto — porque tú... Me llenas de alegría.

    Las mejillas de Karol se ruborizaron de más, no había casi personas en el lugar y nadie le importaba que hacían esos dos quienes se veían fijamente a los ojos. Ella de pronto se levantó de la silla tan solo un poco y lo besó.

    Le había tomado por sorpresa, pero casi que si instante le regresó el besó a la chica, uno lento y tierno qué le hizo ver estrellas de golpe.

     Cuando se detuvieron él acomodo sus cabellos delicadamente acunando entre sus largos dedos el pequeño rostro de Karol entre sus manos y luego beso su frente causando más de una emoción en la menor.

      — Debemos irnos, casi es la hora — susurró delicadamente.

      — Sí — respondió ella, preparada para volver a Hogwarts.

    

A love for eternity (Cedric Diggory X Tu) [Pausada Por Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora