Cap 05: Verdad

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Wanyin lo mira con ojos tan destrozados que Lan Huan tiene que obligarse a no llorar. Su rostro todavía está amoratado por los golpes, pero lo más angustioso que se ve es esa desesperación hueca que inunda sus ojos grises, antes tan firmes, antes tan intensos. Ahora yacen apagados y parecen guardar un grito. No puede siquiera imaginar lo que su prometido siente en ese momento, lo que debe estar pensando, pero trata de sonreírle aunque sabe que su boca tira como un hilo cortante.

—Cariño... estás bien, estás a salvo —intenta él mismo convencerse de esas palabras, porque no, no está bien. Jiang Cheng solo lo mira—. Estás conmigo y me aseguraré de que todo se resuelva.

—¿Dónde estoy? —Wanyin suelta con voz ronca. Lan Huan se atreve a pasar una mano sentida por su frente, para apartar los mechones. Su cabello suelto está recogido a un lado de la almohada.

—En mi Hanshi... solo he permitido que Baimei y Yuhe te vean. Yang Hua y Liu Qinjiu también vinieron, Qinjiu se fue con Zidian. —Lan Huan recoge la mano con la cinta y la besa suave sobre la palma lastimada con raspones—. Estoy tan feliz de que estés a salvo...

—No tengo núcleo... —Y los ojos de Wanyin, aunque parece intentar contenerlo, no soportan la humedad y caen un par de lágrimas. Lan Huan tiene que apretar sus labios para no soltar un gemido de angustia que equipare al que su prometido calla.

—Lo sé, pero lo resolveremos de alguna manera.

—Te odiaré toda la vida si me das el tuyo —suelta, con una indignación que ha estado viva y silente durante años. Lan Huan le sonríe huecamente, antes de besar de nuevo esa palma.

—Jamás ofendería a mi futuro lao gong de esa manera.

Cuando nota que Wanyin está saboreándose demasiado los labios, Lan Huan entiende que tiene sed. Se levanta de la cama para buscar algo de agua y al regresar lo ayuda a probar varios bocados levantándolo con una mano tras su cuello para permitirle beber. Todavía puede ver esa horrible mordida entre su cuello y hombro, la odia... la detesta, pero se obliga a concentrarse en mantener a Wanyin a salvo.

Deja el tazón a un lado y acomoda de nuevo a su prometido en la cama. Las manos de Wanyin tienta sobre su pecho desnudo, dejado así para que sanara más rápido con las vendas que sostiene las preparaciones de hierbas. Lan Huan toma esa mano y le besa los nudillos.

—Tranquilo... están sanando.

—¿Qué clase de maldición es esta?

—Todavía lo estamos investigando. —Lan Huan juega con sus dedos, necesitado de al menos ese contacto mientras observa el joven rostro de Wanyin mirándolo con una absoluta resignación—. ¿Puedes decirme lo que recuerdas?

—Tenía dos días en el pueblo Tongxi. Fui de incógnito... no quería a nadie gritándome que le ayudará con el fantasma de la alacena.

—O el de los bultos de arroz —Lan Huan le sigue la gracia y Wanyin sonríe a él a pesar de lo hueco que se siente.

—Sí... había escuchado lo que dijeron. Ancianos convirtiéndose en jóvenes. Había uno asqueroso que aprovechó y se gastó toda la venta de su mercancía en comprar una prostituta en Yunping antes de regresar. —Wanyin respira—. Me fui en la tarde al bosque y rodeé el lago varias veces, pero no vi nada anormal. Ningún talismán se activó, Zidian no hizo ninguna señal, nada me decía que hubiera algo.

—Desde la tarde... —Lan Huan traga su terror. Wanyin respira hondo antes de continuar.

—Cayó la noche... esperando en el bosque me había recostado contra un árbol sin sentir absolutamente nada. Decidí dar una nueva vuelta y... de repente todo se apagó. —Wanyin hace silencio, pero Lan Huan escucha sus propios latidos en las orejas—. No creo que hubiera durado demasiado... la luna estaba en la misma posición cuando desperté.

Regresión (MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora