Cap 08: Comprensión

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Lan Huan espera. No puede atropellar a Wanyin con el reciente descubrimiento, no sin estar seguro de prepararlo adecuadamente por todo lo que significaba, así que cultiva la paciencia mientras observa a Yuhe preparar el té y escucha los movimientos de Wanyin junto a Yang Hua y Baimei en la habitación. Lo están bañando... todavía no puede hacerlo por sí mismo, así que Baimei lo sujeta mientras Yang Hua hace el trabajo de limpiarlo. Una parte de él se siente relegado, porque él, por supuesto, lo haría con gusto.

Pero Lan Huan entiende que si Wanyin se siente más cómodo con su concubina con quien ha compartido intimidad, que con él, entonces respetará ese deseo. Espera que esa sensación cambie en el futuro.

Que todo ocurra unos meses antes de la boda debería preocuparle, pero no encuentra en sí fuerzas para tomar atención a esos detalles cuando su esposo está en esta situación.

—Lan Huan —la voz de Baimei lo saca de su propio pensamiento. La médica se ve agotada, como si sus ojos pesaran después de días sin reposo—. Por favor, ven.

Lan Huan no espera más para ir, dejando a Yuhe atrás. En la habitación, Yang Hua tiene los brazos en jarras mientras interpela a Jiang Cheng, ya acostado en la cama. Por un momento, Jiang Cheng lo mira entrar y luego desvía la mirada, torciendo la boca de una forma infantil que lo llena de ternura.

—¿En verdad lo traen para que deje de molestar? —gruñe con un toque de vergüenza. Lan Huan mira a Baimei esperando alguna explicación.

—Lan Huan, Jiang-zhongzhu desea que le dé el diagnóstico médico de todo lo que encontré cuando lo atendí en el primer momento.

—Wanyin... ¿por qué?

—Merezco saberlo —Wanyin golpea las sábanas con frustración visible—. ¡Merezco saberlo! Es mi cuerpo, durante ese tiempo hicieron lo que quisieron con él, ¡quiero saberlo!

—Jiang Cheng...

—¡No, Yang Hua! ¡No entiendes! —Wanyin la mira tan fieramente que la mujer se mantiene firme por pura voluntad—. Cuando Wei Wuxian hizo ese maldito sacrificio, yo lo sentí como si todo hubiera sido una maldita pesadilla. Incluso cuando soñaba con ello, ¡me convencía de que tuvo que ser una! Tengo muy pocos recuerdos de lo que ocurrió. ¡Ellos me tuvieron sedado para luego soltarme como si nada hubiera ocurrido y créeme que yo también quise mentirme! —Nadie habla. Nadie es capaz—. Quiero saberlo ahora. No me traten como un maldito imbécil al que tienen que ponerle una venda...

—Baimei, dile. —Lan Huan suelta estremecido ante la dicotomía del cuerpo adolescente y la ferocidad adulta de Wanyin.

Ella asiente y cuando va a hablar, Wanyin levanta la mano con la misma voz de mando que le ha conocido en años. Luego los mira, tanto a él como a Yang Hua.

—Solo ella. No quiero a nadie más aquí.

—Wanyin —Lan Huan intenta protestar.

—Esto es solo mío, me pertenece. ¡Fuera todos los demás! —Wanyin dirige la mirada frenética a Baimei—. ¿Le has dicho a ellos todo lo que viste?

—No. No hubo necesidad. Era evidente a simple vista.

—Estoy seguro de que no tienen una idea. —La mirada de Wanyin no da píe a réplica y Lan Huan no se atreve a discreparlo.

Wanyin tiene razón al decir que no tienen una idea por lo que pasó.

Lan Huan y Yang Hua salen de la habitación en silencio y deja a Baimei con Wanyin. Se siente el momento que un talismán de silencio se activa y su garganta se cierra ante la posibilidad. La sensación amorfa de impotencia se asienta sobre él y lo nota más apremiante cuando Yang Hua se aleja hasta la otra esquina, apretándose furiosamente con sus brazos cubriéndose. Yuhe se pone de píe y, sin decir nada, empieza a tocar una melodía para calmarlos.

Regresión (MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora