Bait and Switch: lo que podemos aprender del humor

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Redactado por LobodepelucheAlgunos tienen la noción de que escribir humor consiste simplemente en imaginarse una situación extraña o estrafalaria

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Redactado por Lobodepeluche

Algunos tienen la noción de que escribir humor consiste simplemente en imaginarse una situación extraña o estrafalaria. Esto no está necesariamente mal, pero solo rasca la superficie de todo lo que se puede llegar a hacer dentro del género, y es un poco el equivalente a pensar que el secreto para generar terror es salir de un callejón y gritarle buuuuu a alguien para asustarlo. No, cuando hablamos del humor como género, normalmente nos referimos a esas historias que encadenan chistes de manera secuencial.

La cuestión a la que debemos prestar atención aquí es que, para poder reconocer algo como un chiste, tiene que presentar una estructura dividida en dos pasos perfectamente definibles: un setup y un payoff

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La cuestión a la que debemos prestar atención aquí es que, para poder reconocer algo como un chiste, tiene que presentar una estructura dividida en dos pasos perfectamente definibles: un setup y un payoff.

El setup es la etapa en la que definimos las reglas del juego; introducimos un montón de elementos aparentemente inofensivos, y proveemos al lector de todos los datos que necesita saber. El payoff, por el contrario, se ocupa de retorcer esta realidad que ya hemos presentado previamente, jugando con sus expectativas. De este contraste entre lo que el lector espera encontrarse a lo que finalmente recibe, nace el humor del chiste.

Para que se entienda mejor, utilizaremos un chiste popular clásico, simple y sin sutilezas en el que ambas fases se pueden detectar muy fácil:

Un tipo borracho va caminando con dos botellas de whisky en la mano. De pronto, se asoma al río y grita una ballenaaaa, una ballenaa. Los viandantes se acercan al agua a mirar y no ven nada. Luego se le quedan mirando a él, sin comprender. Finalmente, el borracho les muestra las dos botellas y reitera una va llena y la otra vacía.

El setup aquí es todo lo que al inicio te hace pensar que hay un enorme mamífero paseándose por el río de una gran ciudad, mientras que el payoff es lo que luego te lleva a darte cuenta de qué era lo que estaba tratando de decir el borracho realmente. Que conste, esto no va de si el chiste te parece hilarante o por el contrario banal, porque no existe un sentido del humor universal, sino de qué es un chiste y qué no lo es. Si no existe ese contraste entre expectativa y resultado, no estás haciendo un chiste.

Los chistes de humor negro son un contraste entre lo que la sociedad considera aceptable que muestres, y lo que muestras. Los juegos de palabras son un contraste entre lo que parece querer decirse, y lo que de verdad se está diciendo. El humor absurdo es un contraste entre lo que la lógica dicta que tiene que pasar, y lo que pasa. Y así todo. ¿Significa eso que no se puede hacer humor sin setup y payoff? En absoluto, pero ya nos metemos en terrenos un poco más superficiales; una caída puede ser graciosa, que te cague una paloma en la cabeza puede ser gracioso, que un tiburón te arranque la pierna de cuajo puede ser grac... bueno no, eso no.

Ahora que nos hemos asegurado de que entiendes cómo estructurar un chiste, explicar lo que es el bait and switch resulta tremendamente sencillo: consiste simplemente en llevar este juego psicológico para con el lector un paso más allá

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Ahora que nos hemos asegurado de que entiendes cómo estructurar un chiste, explicar lo que es el bait and switch resulta tremendamente sencillo: consiste simplemente en llevar este juego psicológico para con el lector un paso más allá.

Y es que tenemos que aceptar que solo hay un número limitado de setups que podemos preparar. Al final, muchos chistes no son más que repeticiones de patrones de otros chistes más antiguos pero cambiando el envoltorio a través del que se presentan. Lo cual los hace, mal que nos pese, predecibles. Siguiendo con los chistes populares, todos los de jaimito o los de tres nacionalidades hacen algo son más o menos lo mismo vuelto a hacer.

Este fenómeno, ya en literatura un poco más seria, se puede combatir de diversas maneras; a algunos les gusta entrelazar varios chistes a la vez,otros se van a terrenos más absurdos en los que el payoff no se deriva del setup, y métodos así. Sin embargo, yo soy muy fan de simplemente dar un cambiazo a nivel psicológico.

Como el buen mago que nos hace mirar a otro sitio antes de generar su obnubilante efecto, podemos hacerle pensar al lector que el chiste irá hacia una dirección, o que ni siquiera habrá un chiste... solo para luego dar un giro de ciento ochenta grados que lo confunda. Un ejemplo muy fácil de ver podría ser esta frase:

"Estoy muy triste porque se me ha caído el mundo encima, tengo una carga sobre mis hombros muy pesada. Verán, no puedo más, llevo... llevo dos meses buscando al asesino de mi amigo. ¡Pero nadie acepta el encargo! Es increíble lo mucho que se está perdiendo el arte de matar a un hombre."

¿Simple, no? Primero llenamos el setup de pistas que apunten a una dirección para finalmente cambiarla por completo, generando unos segundos de estupefacción que durarán hasta que el lector procese lo que ha pasado y se ría.

¿Simple, no? Primero llenamos el setup de pistas que apunten a una dirección para finalmente cambiarla por completo, generando unos segundos de estupefacción que durarán hasta que el lector procese lo que ha pasado y se ría

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Si has llegado hasta aquí, además de a estructurar un chiste, te acabo de enseñar cómo presentar una escena onírica que genere impacto en el lector.

Los pasos para escribir un chiste y para escribir un sueño son exactamente los mismos. Primero viene la introducción de los elementos de manera inocente, en la que llevamos la atención del lector a terrenos aparentemente inofensivos. Podemos incluso adelantarnos a lo que van a esperar si presentamos algo de una determinada manera, usando tácticas propias del bait and switch.

Después, lo retorcemos, le revelamos que lo que creía que estaba pasando no es real. El personaje que parecía estar caminando por un desierto, en realidad está en la playa. Esto lo podemos complementar con otras tácticas del humor que también he mencionado. Por ejemplo, podemos dar varios cambiazos a la vez; el personaje del desierto en realidad está en la playa, sí, pero resulta que la playa es artificial y en realidad está encerrado en un almacén, pero a la vez todo es un sueño, pero... y así sucesivamente. También podemos hacer que el payoff no se derive del setup, como que en pleno desierto aparezca un elefante rosa volador.

En suma, es un duelo psicológico para con el lector; tratar de jugar todo el rato con sus expectativas para lograr que su percepción de la escena se vuelva confusa.

De nuevo, y como en el humor, seguir este patrón no basta. Al final, lo que hará que tu historia que encadena chistes de manera secuencial tenga más o menos éxito, dependerá de la calidad de esos chistes. Del mismo modo, si quieres aplicar estos fundamentos para escribir sueños, es importante que el contenido de dichos sueños sea original e interesante. Sigues necesitando imágenes mentales que mantengan la atención del lector todo lo posible, lo cual dependerá en última instancia de tu propia imaginación.

Sin embargo, tener en cuenta los factores que he expuesto seguramente te haga la tarea bastante más sencilla. Además, ese chicle que tanto le gusta volverá a ponerse de moda.

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