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Pasaron algunos días desde lo acontecido y Rachel simplemente se había mantenido al margen, si quería escapar debería de esperar el momento indicado, además no sería solamente ella, debía de ayudar a Agnes a escapar, se retenía solamente por ella, desde ese día la mujer era mantenida en otro lugar, al igual que el resto de las esclavas, a excepción de ella quién se dedicaba a servirle a los hermanos Lothbrok, en esos pocos días se había dado cuenta de que los tres hermanos estaban orgullosos de su herencia y siempre se engrandecían ante la mención de su difunto padre el gran Ragnar Lothbrok, no sabía quién había sido aquel hombre pero por lo que relataban los hermanos entre ellos había sido uno de los más grandes vikingos de todos lo tiempos.
—Cerveza— Fue una orden contundente por parte de Ivar.
Rachel rodó los ojos, pero no dijo nada, simplemente se mordió la lengua y tomo la jarra de cerveza. Si quería pasar desapercibida y huir debía pretender que simplemente se había rendido y había aceptado su lugar entre ellos como esclava.
Se acercó a Ivar y sin decir nada empezó a llenar su copa. Por su parte el menor de los Lothbrok observó con atención a la chica, Ivar poso una de sus manos en la cintura de la chica, Rachel se quedó congelada ante la acción, sin despegar la mirada de su rostro Ivar deslizó su mano por sus caderas hasta que llegó a su trasero y le dió un pequeño apretón.
Ubbe y Hvitserk miraron en silencio la escena que se desarrollaba ante sus ojos, pero no dijeron nada, simplemente aguardaron por la reacción de la jóven.
Finalmente la peliblanca pareció reaccionar, dejo de servir y dejo la jarra en la mesa de golpe y un segundo después la palma de su mano se había estrellado directamente contra la mejilla del menor de los hermanos Lothbrok con un sonido secó.
Hvitserk casi escupía la cerveza, por su parte Ubbe bufó con diversión ante la reacción que había tenido la chica, definitivamente no era como el resto de las esclavas, Rachel se atrevería a desafiarlos si llegaban a cruzar sus límites y eso la hacía más interesante.
—No me vuelvas a tocar— Fue la advertencia de la ojiazul —No soy como el resto de tus esclavas, conmigo no puedes hacer lo que se te de la gana, no soy una sumisa y a diferencia del resto yo no permitiré que me toques.
La mirada de Ivar se mantuvo fija en el suelo aún después de la bofetada para posteriormente bufar con aparente diversión.
—Si me disculpan tengo algunas cosas que hacer— Sin esperar respuesta ella salió de la habitación.
—Definitivamente no es igual al resto de las esclavas— Comentó Hvitserk una vez que Rachel salió de la habitación —La vez que hiciste eso con Margrette ella ni siquiera reaccionó pero al parecer Rachel si y puedo apostar que definitivamente pega duro— Se burló.
Ivar no respondió, simplemente esbozó una sonrisa forzada e hizo una mueca de puro disgusto.
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Sentía su rostro arder y no sabía si era por la vergüenza o la rabia que había experimentado minutos atrás.
—Definitivamente cometiste un error— Comentó una de las esclavas entrando al lugar que había estado fungiendo como cocina —Puedo apostar que Ivar no lo dejará pasar fácilmente— Rachel miro a la chica rubia, Freydis, quien era una de las esclavas nórdicas de los hermanos Lothbrok.
—Honestamente no me importa— Comentó la peliblanca, sin darle demasiada importancia a las palabras de la chica, retomando su acción de fregar los trastos en una tinaja de madera.
—Creo que te crees superior al resto de nosotras ¿no es así Rachel?— Preguntó con disgusto, la sola presencia de esa chica le parecía desagradable y molesta.
Rachel dejo lo que estaba haciendo para ver a la rubia, sabía que no era de su agrado, podía verlo en esa mirada de desprecio que le dirigía cada que la veía.
—Claro, porque eres bonita, joven y tienes ese particular cabello, porque llamas su atención, pero una vez que te tengan en su cama no serás mejor que el resto de nosotras y simplemente serás desechada— Declaró —Así que serás mejor que conozcas tu lugar y no desafíes a los hermanos Lothbrok, especialmente a Ivar.
La ojiazul no podía creer lo que estaba escuchando, torció la boca en clara señal de disgusto pero no perdió la compostura, no le daría la satisfacción.
—A diferencia tuya a mi no me interesa pasar por la cama de los hermanos Lothbrok— Señaló la menor —Puedes acostarte con ellos si lo deseas, no me interesa yo no soy fácil aún si soy una “esclava”— Concluyó, dando por terminada la conversación, para posteriormente volver a su trabajo sin importarle la mirada de muerte que probablemente la mujer le dirigía.
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El rostro aún le escocía, la sensación del golpe se había quedado gravada en su mejilla pese a que habían pasado horas, probablemente era la ira que aún burbujeaba en su interior, le había permitido dos faltas, no conocía su lugar y por eso se había atrevido a humillarlo enfrente de sus hermanos, pero Ivar no le permitiría otra falta, tendría que enseñarle su lugar, eso definitivamente no se quedaría así.
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Por primera vez en días Rachel se permitió pensar en su familia, en la familia que había dejado en contra de su voluntad. Los extrañaba a todos, Conner, Tim, Donna, Kory, Dick pero especialmente a Gar, ese chico que se había convertido en una parte fundamental de su vida y la persona más importante para ella. Dejo de divagar, el pensar en Gar sólo le haría daño. Probablemente estarían como locos buscándola, buscando pistas de lo que le había sucedido, aunque ni ella sabía con exactitud el que le había sucedido.
—No pienses en eso Rachel, no es como si tuvieras la manera de volver— Con el pasar de las semanas se había resignado, no había forma de volver, no sin sus poderes y aún teniéndolos probablemente el encontrar la manera de hacerlo sería casi imposible —Solo debes concentrarte en salir de aquí y ayudar a Agnes— Se repitió, ayudaría a Agnes a escapar, ambas lo harían, eso era lo más importante en esos momentos.
Miró la habitación a su alrededor donde estaban tres esclavas más, que al igual que ella su única función era atender a los hermanos Lothbrok y en el caso de ellas satisfacerlos si estos lo pedían.
La sensación asfixiante de estar atrapada, sirviendo a esos hermanos vikingos, era casi insoportable, por eso Rachel no se rendiría fácilmente.
