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La mañana pareció llegar demasiado rápido para ella, después de lo ocurrido la noche anterior con el menor de los hermanos Lothbrok no estaba convencida de querer volver a servirles, especialmente a él y agradeció su suerte, realmente lo hizo, cuando Freydis sin que se lo pidieran se adelantó a servirles, la mirada de la rubia conectaba cada que podía con la de los hermanos Lothbrok especialmente con la de Ivar, de una manera francamente desvergonzada y atrevida, no tenía miedo de demostrar a simple vista sus intenciones.
Se mantuvo al margen al igual que el resto y la acción de Ivar, al igual que el día anterior, se repitió cuando pasó de manera desvergonzada una de sus manos por las caderas y posteriormente por el trasero de esta dándole un ligero apretón. Freydis al contrario de ella le sonrió de manera coqueta al menor y lo dejo hacer mientras continuaba sirviendo la comida.
—Estas comenzando a perder tu lugar, Rachel— Habló Ivar posando su mirada directamente en ella, conectando su mirada casi al instante con la suya.
Rachel se mofó ante el comentario.
—No creo que haya mucho de lo que me pueda perder— Espetó al instante —No soy una desesperada que busca atención.
Ante el comentario las esclavas que estaban a su lado soltaron una risa baja. Ubbe la miró con algo parecido a la admiración y Hvitserk por su parte luchaba por aguantar la risa.
La mirada de Freydis se transformó casi el instante mirándola con enojo y humillación.
Ivar se limitó a sonreír de manera tensa pero no dijo nada, solo le miró de manera desafiante al igual que ella. Esa había sido su tercera falta.
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Ubbe miró en silencio, algunas escuderas que cuidaban los alrededores mientras las esclavas lavaban la ropa, observó a Rachel a la distancia quién, aún bajo el intenso sol, y la terrible calor seguía luciendo hermosa, la joven conversaba con Agnes, otra de las esclavas y que al parecer eran conocidas.
Observó a Rachel mirarlo por el rabillo del ojo, al igual que la otra esclava para posteriormente retomar sus tareas, algo que extraño al mayor de los hermanos, pero que dejó pasar por el momento hasta que la peliblanca se levantó y comenzó a andar hacia él.
—¿Puedo hablar contigo?— Preguntó, sus ojos azul claro conectando con los suyos.
—Por supuesto— Asintió el mayor dándose la vuelta y comenzando a alejarse del resto.
Rachel lo siguió en silencio, después de una profunda reflexión llegó a la conclusión de que él era el único que podría ayudar a Agnes a escapar, si lo intentaban juntas era probable que fueran atrapadas pero si Agnes lograba escapar sería más sencillo para ella escapar después, sin preocuparse por otra vida más que por la suya propia.
El castaño se detuvo y se giro hacia ella una vez que estuvieron lo suficientemente apartados y lejos de las miradas curiosas de las mujeres.
—¿Y bien?— Preguntó el mayor incitandola a hablar.
Rachel se quedó en silencio unos segundos, buscando las palabras correctas para comenzar con su petición.
—Cuando te conocí...— Comenzó, levemente dudosa —Tú me ayudaste y dejaste que esos niños escaparán.
—No soy un monstruo, eran solo unos niños.
—Lo se, puedo darme cuenta de eso, de tus hermanos eres probablemente el más compasivo— Dijo —...y porque se que lo eres quiero pedir tu ayuda.
Ubbe la miro de manera perspicaz pero no dijo nada.
—Ayudaste a esos niños a escapar, por favor, ayuda a su madre también, Agnes necesita estar con ellos, ella no se merece esto— Pidió, mirándolo con clara súplica.
La sorpresa pasó brevemente por la mirada azulada del hombre pero paso tan pronto y como terminó de procesar el pedido de la menor.
—Esa vez fue diferente Rachel, eran niños, yo no me atrevería a acabar con la vida de inocentes— Explicó —Ayudar a escapar a tu amiga no sería sencillo, de los niños nadie más que tú y yo sabíamos de ellos, ahora es diferente...— Agregó con tranquilidad —Pero podría ayudarte si estás dispuesta a darme algo a cambio, Rachel.
Ella lo miró con evidente sorpresa, sin poder creer lo que estaba escuchando, la sorpresa solo fue por unos segundos. Había pensado que definitivamente el hombre sería diferente pero al igual que los otros dos hermanos Lothbrok estaba buscando algo de ella, algo concreto.
—Esta bien, gracias por escucharme, pero no estoy dispuesta a esto— Respondió y sin esperar respuesta por parte del mayor se dio la vuelta y se dispuso a marcharse cuando Ubbe la detuvo tomándola del brazo.
Rachel miró el agarre que el castaño ejercía en su brazo para posteriormente mirarlo a él.
—No pienso negociar esta clase de cosas, Ubbe— Dijo con firmeza la menor.
La mirada de él solo se dedicó a admirarla durante unos segundos para darse cuenta de que alguien como esa jovencita nunca podría pertenecerle, jamás pasaría por su cama si se comportaba de aquella manera, porque a diferencia del resto ella tenía orgullo y dignidad, no era, ni sería igual a las demás mujeres que en su momento poseyó, a diferencia del resto ella no parecía ser de las que sucumbiría ni ante la necesidad, o la desesperación aunque su vida dependiera de ello.
—Te ayudaré— Accedió finalmente, tenía que ganársela.
—No pienso darte nada, no me rebajare a...
—Lo sé, no pienso pedirte nada— Interrumpió —Te ayudaré sin esperar algo a cambió.
Ella lo miró con sospecha y era válido, segundos antes había dicho que lo haría a cambio de algo y ahora decía que lo haría sin ningún tipo de interés.
—No pienso obligarte a nada— Aclaró el mayor —Pero si te acercaste a mi y fuiste tan sincera en pedirme algo de esa magnitud es porque confías en mí o quieres confiar en mí— Agregó el hombre.
La sospecha no desapareció de la mirada de la menor pero al final terminó por asentir.
—Te ayudaré pero no hoy, debemos esperar el momento indicado para ayudar a tu amiga ¿de acuerdo?
—Esta bien, gracias Ubbe.
—No hay de que, ahora regresa, cuando piense en algo te lo diré así que descuida.
La peliblanca asintío para después volver con Agnes y contarle sobre la ayuda a la que había accedido el mayor de los tres hermanos Lothbrok.
Aquí les dejo la actualización, ¡lamento la tardanza!
