CAPITULO XII

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MARIZZA

Al llegar nuestro vuelo a la ciudad nos dirigímos a recoger nuestras bolsas de viaje y el auto de Pablo que se había quedado en el aeropuerto por el fin de semana.

En todo el camino de regreso a mi departamento Pablo no soltó mi mano, cuando llegamos ya el sol se estaba ocultando, se detuvo a un lado de mi edificio y salió para abrirme la puerta.

-Ya estamos de regreso hermosa. -Dijo Pablo mientras envolvía sus brazos por mi cintura y me encerraba entre el y el auto.

-Ya lo creo. -Respondí envolviendo mis brazos por su cuello.

Con una gran sonrisa en sus labios y en los mios acerco su rostro al mío hasta quedar solo unos centimetros separados, no pude aguantar más y junte su boca con la mía, nuestro beso comenzó lento y suave pero después de unos instantes se torno a frenético al igual que nuestras respiraciones.

Después de lo que me parecieron horas nos separamos un poco para tomar aire pero nuestras frentes seguían unídas.

-Me encanta besarte. -Dijo Pablo.

-Y a mi me encanta que me beses... -Respondí y volvió a darme un pequeño beso. -Bueno, me tengo que ir, tengo un jefe muy exigente que me explota y se enojaría mucho si llego tarde mañana a trabajar.

-Estoy seguro de que a tu jefe no le importaría que llegaras tarde mañana ya que se de muy buena fuente que tu él llegara tarde también ya que por lo que tengo entendido le espera un noche larga adorando el cuerpo de una hermosa novia. -Dijo acariciando mi rostro. -¡Maldicion! Se me había pasado por alto la reunión, bueno tal vez la noche no sea muy larga después de todo...

-Ya lo creo, porque mi jefe tendrá una noche muy tranquila durmiendo solo en su cama.

-¿Que? ¿No vamos a cenar juntos por lo menos?

-Me encantaría cenar contigo pero tengo cosas que preparar, mañana nos vemos.

-Esta bien pero esta sera la última noche que te me escapas, la proxima te aseguro que te tendré amarrada a una cama dandote el mejor de los orgasmos que jamás hayas tenido... -Dijo susurrando.

¡Oh por dios! ¿Por qué rayos hacía esto?

Estaba haciendo amago de todo el control que tenía para no arrastrarlo hasta mi departamento y hacerle cumplir en este momento lo que me estaba diciendo, pero la reunión de mañana era muy importante como para cancelarla, ya habría tiempo después ya que tiempo es lo que nos sobra en estos momentos.

-Lo tendré en cuenta. -Dije caminando hasta la entrada de mi edificio. -Yo misma me encargare de que lo cumplas.

PABLO

Maldición, esta mujer haría que muriera dolor, en este momento estaba mas duro que una roca pero tenía razón, mañana tenía una reunión muy importante con los inversionistas de California que haría que la constructora creciera y no podía cancelarla.

Cuando la vi entrar en el edificio me di la vuelta y subí al coche, maneje hasta mi departamento deprisa ya que necesitaba una ducha de agua fría para calmarme y si con la ducha no lo conseguía tendría que hacer uso de mi mano, hace mucho que no utilizaba mi mano para correrme ya que por lo general siempre tenía una mujer con la cual calmar mis necesidades, deje el auto en el estacionamiento subterráneo de mi edificio y entre en el ascensor.

Al entrar en el descansillo de mi departamento algo me pareció raro pero no hice mucho caso, cuando entre me lleve una gran sorpresa al encontrarme nada mas y nada menos que, a Paula en todo su esplandor sin una sola prenda de ropa encima.

• Mi Secretaria || Pablizza •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora