CAPITULO I

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PABLO

El departamento se encontraba en total oscuridad, si no fuera por los sonoros ruidos en la habitación hubiera creído que estaba vacío, lo último que te esperas al volver de un viaje de negocios es encontrarte a tu prometida revolcándose con el hijo puta de tu padrastro en tu propia cama ¿Qué fue lo que hice al abrir la puerta?

-Oh disculpen, debí haber tocado la puerta de mi propia habitación antes de entrar, uno nunca sabes a que zorra puede encontrarse follando con cualquier hijo de puta.

Después de decir eso cerre la puerta y salí de mi departamento hacia un hotel.

¿Que se supone que debería haber hecho? ¿Agarrar a ese imbécil y golpearlo hasta verlo sangrar o mejor aún sacar del primer cajón de la mesita la pistola que tengo guardada y matarlos a los dos?

Ni hablar, no mancharía mi reputación y mucho menos mis manos por gente que no merece la pena, debo confesar que me dolió encontrarla revolcándose con otro pero no porque la quisiera si no por el golpe que le habían pegado a mi orgullo.

Además Paula solo era mi prometida por que estaba buena, tiene un cuerpo por el que cualquier hombre se sentiría atraído y creía que era la única con la educación y belleza para proporcionarme un heredero ¿Qué más da? tendré que pedirle a mi secretaria que me consiga otra prometida.

MARIZZA

-¿Quien se cree que soy, la doctora corazón o qué? Jamás en mis cinco años de laborar con el me habían pedido esta clase de cosas ¿porque mejor no se va a algún boliche y busca esposa el mísmo? yo no tengo porque meterme a revolver su vida sentimental.

-No, no es la doctora corazón pero si es mi secretaria y usted está para cubrir cualquier necesidad que tenga.

Maldito sea Pablo Bustamante, todavía tiene la desfachatez de decírmelo así como si estuviera pidiéndome un café.

-La necesidad que estoy obligada a cumplir o resolver son específicamente lo relacionado con el trabajo y el futuro de la empresa, no su vida amorosa.

-Ves, tu misma lo has dicho... el futuro de la empresa, para yo poder estar tranquilo y saber que esta empresa estará en buenas manos necesito un heredero ¿Y cómo voy a tener un heredero sin esposa?

Pablo Bustamante era mi jefe desde hace cinco años, debo reconocer que no me molestaba que me pidiera esta clase de cosas, siempre lo hacía, bueno en realidad no pero en el momento que decidía dejarlas yo era la que me encargaba de mandarles un pequeño detalle de despedida cuando él se cansaba de ellas y lo que más me molestaba es que nunca quedaba mal con ellas.

¿Es que estas mujeres no tenían un poco de respeto por ellas mismas?

Pablo siempre sabía con que contentarlas, solo llegaba y decía:

"Señorita Andrade mandele a Clara, Lucia, Sol o como se llamara la de turno una pulsera de diamantes o un collar con un mensaje de despedida".

Yo le respondía "¿Qué quiere que le ponga en el mensaje?"

Y el como todo un caballero respondía. "No lo se, usted es mujer por lo que sabrá mejor que poner para que no me venga a hacer un drama a la oficina" se volvía y entraba a su despacho.

Aunque ya estaba harta de hacer este tipo de trabajos no podía hacer nada porque necesitaba el dinero para ayudar a mis padres con el pago de la hipoteca de nuestra granja, si no fuera por eso hace bastante tiempo que lo hubiera dejado, así que cuando me dijo el motivo por el que quería una esposa lo único que me resto decir fue:

-¿Cómo la quiere, castaña, rubia, morena, pelirroja? -Aunque lo dije sarcásticamente el respondió.

-Usted ya sabe mis gustos, confio en que encontrara a la mujer perfecta.

Claro que conocía sus gusto, como ya dije desde hace tres años soy la encargada de despedir a sus aventuras, sabia que le gustaban castallas, delgadas eh idiotas ya que ninguna tenía un gramo de cerebro en su cabecita, ellas creían que la cabeza solo servía para hacerse peinados, pero qué más da... así le gustaba al señor y así la tendría.

Al salir de su oficina me encontré con Paula su ex-prometida que iba saliendo del ascensor muy angustiada, ni siquiera se volteo a verme, paso directamente a la oficina de Pablo, decidí no seguirla ya que imaginaba a lo que iba.

PABLO

Lo último que quería en el día de hoy era que Paula viniera a mi oficina, la muy descarada ya tiene que tener cara para plantarse frente a mi después de lo que hizo.

-Pablo por favor no me dejes, fue un error, un desliz, me sedujo.

-Pues muy bien, ahora dile a el que se case contigo porque yo no pienso hacerlo.

-No digas eso Pablo, yo te amo. -Paula lloraba como si de verdad le doliera pero a mí no me podía engañar, yo sabía que solo estaba conmigo por mi dinero.

-Ya veo cuanto me amas, tanto que en el momento que no estoy aprovechas la oportunidad para meterte en la cama de otro... ah no espera -. Hice como si pensara. -te metiste en la cama con mi padrastro, tu bien sabes cuanto odio a ese hombre, ahora deja de actuar y con la poca dignidad que puedas reunir sal de mi oficina, de mi empresa y no vuelvas nunca mas por que no te quiero volver a ver. -Paula me miro con odio contenido en sus ojos, como dicen algunos...

"Si las miradas mataran seguramente ya estaría muerto y enterrado".

Ella se dio la vuelta y salió enfurecida de la oficina.

• Mi Secretaria || Pablizza •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora