CAPITULO XVI

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MARIZZA

Me despertaron pequeños besos al rededor de mi cuello y unas suaves caricias en mi estómago.

No creo que exista una mejor manera en que una mujer pudiera despertar...

Me di la vuelta para quedar frente a Pablo y vi que tenía la misma sonrisa que yo sentí que tenía en mi rostro y comenzó a acariciarme la espalda.

-Buenos días. -Dijo Pablo acercando su rostro al mío.

-Hola... -Respondí mientras miraba hacia la ventana, afuera aún se veía oscuro. -¿Qué hora es? -Pregunté con voz adormilada.

-Las tres y media de la madrugada. -Ni llegué a responder, él tomo mis labios con los suyos.

Y... bueno, cuando él me besa me olvido de todo...

Mis brazos fueron atraídos a su pecho el cual estaba en todo su esplendor sin ninguna barrera, el beso comenzó a ser exigente y rápido, mi espalda tocó la cama y él se puso sobre mi, su pecho en mi pecho, sus piernas enredadas en las mías y su entrepierna quedaba justo en el lugar que más lo anhelaba...

Separó mis labios con los suyos y de ellos salió un gemido en protesta. No quería que dejara de besarme, sus labios comenzaron a viajar hacia abajo, dando pequeños besos y mordidas en mi cuello, en la clavícula y pocos segundos después estaba dándomelos por encima de la tela que cubría mis pechos, mientras que una de sus manos subía poco a poco mi camisón acariciando la parte interna de mis piernas, no tardo en encontrar mis bragas y haciéndolas a un lado empezó a acariciarme, cuando sentí sus dedos en mi centro mis dedos se clavaron en su espalda.

-Ya estas preparada para mi... -Dijo mientras seguía besando mis pechos. -Creo que esto tiene que salir de aquí. -Me subio del todo el camisón, yo levante los brazos para que lo pudiera sacar por encima de mi cabeza con lo que solo quedé con mis diminutas bragas, las cuales no tardaron en acompañar a mi camisón en el suelo.

Mi boca fue llevada nuevamente a la suya con más determinación y pasión que antes, mis manos subían y bajaban por su espalda hasta encontrarse con su trasero que aún seguía cubierto por su bóxer.

-Llevas demasiada ropa. -Nos di la vuelta para quedar a horcajadas encima de él, me acerqué a su rostro y le di un pequeño beso en los labios y fui bajando poco a poco por su pecho dando besos suaves, enganché su bóxer con mis dedos.

Levanté la mirada hacia Pablo y de sus labios salió un suspiro, sonreí burlonamente, le baje el bóxer y me sorprendió su... virilidad, no podía imaginar que existieran así en la vida real, su tamaño era muy... generoso.

¡Si, generosísimo!

Pablo me acarició el cabello, gesto que se me hizo tierno viniendo de él, sacándome de mis pensamientos, me deje llevar, envolví mis dedos y comencé a acariciarlo, con un gemido que dió Pablo me animó a seguir haciéndolo. -Mar, si sigues así vamos a terminar rápido. -Detuvo mi mano y acercando su boca a la mía, dijo: - Y se que dije que tenemos que hacerlo rápido para que nadie nos interrumpa, pero quiero que terminemos juntos.

-No me importa que termines tu primero Pablo.

-Pero a mi si. -Continuó el, me dio la vuelta y otra vez quedo encima de mi.

Pablo sabía perfectamente lo que hacia, y yo simplemente me dejaba llevar

-¿Tomas algún método anticonceptivo? -Me preguntó tomándo mi rostro entre sus manos y mirándome directamente a los ojos. -A pesar de que me gustaría que fueras la madre de mis hijos no me gustaría que un bebe fuera lo que te obligara a casarte conmigo. -Continuó diciendo y yo literalmente me quede boquiabierta. Esa era la razón por la que comenzó todo el asunto de la búsqueda de esposa, el quiere un heredero... estaba tan concentrada en nosotros, que si lo hubiéramos hecho sin protección no me hubiera importado, me alegro que lo dijera.

• Mi Secretaria || Pablizza •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora