MARIZZA
Odiaba total y completamente a Sabrina, toda la familia la conocía tal como era excepto Felipe que se negaba a reconocer lo coqueta y descarada que podía llegar a ser o quizas era que no le importaba, como bien había dicho antes Felipe no esperaba casarse con nadie y aunque Sabrina era su novia desde hace dos años lo único que buscaba de ella era el magnífico sexo que le proporcionaba según las propias palabra de Felipe, lo que parecía es que Sabrina siempre trataba de molestarme.
La vez pasada cuando traje a Javier a conocer a mis padres también trato de hacer lo mismo que con Pablo con la única diferencia de que Javier había disfrutado con su coqueteo y no había hecho nada para detenerla.
Cuando Sabrina entro sola sin Felipe al comedor supe que en el momento exacto en que visualizo a Pablo sus ojos brillaron con deseo y en su rostro apareció una sonrisa gatuna, cuando pidó que se lo presentara llego un momento en que me puse tensa por que sabía que Sabrina era la típica mujer morena, delgada y cabeza hueca con las que Pablo se liaba siempre y por primera vez creo que sentí unos celos enormes, lo que hizo que yo lo presentara como mi novio tratando de marcar territorio para que entendiera que ni se le ocurriera tratar de metérsele por los ojos pero, como siempre a ella no le importo lo más mínimo y se le ofreció como una cualquiera frente a todos.
Por un momento me imagine lanzándome por encima de la mesa, tomándola por el cuello y comenzando a estrangularla, podía imaginar a Lujan gritando emocionada que la golpeara y le sacara los ojos por mirar a mi hombre de esa manera, a mis padres sorprendidos y a mi abuela tratando de separarnos de una forma poco ortodoxa ya que su manera de separarnos sería tirando a Sabrina de su cabello, pero antes me dejaría un margen para cumplir mi sueño de estrangularla.
Pablo tomó mi mano y muy caballerosamente le dijo: vete al diablo...
Bueno... no le dijo eso, pero, es como si lo hubiera hecho, me encanto como le dio a entender que yo era suficiente mujer para el y que no necesitaba a nadie mas que a mi.
Sabía que Pablo no pasaría por alto mi tono posesivo, es por eso que cuando nos quedamos solos en la habitación en la que dormiría el por esa noche no pude responder cuando me pregunto lo de habérselo presentado como mi novio, lo único que se me ocurrió fue salir huyendo de ahí.
Cuando logre llegar a mi habitación nerviosa porque me siguiera cerré la puerta y me prepare para dormir, ya habían pasado mas de dos horas desde que había dejado a Pablo pero mi mente no lograba dejar de pensar en todo lo que había ocurrído a lo largo del día y eso hacía que no pudriera dormir, además saber que Pablo se encontraba en el otro lado de la planta hacia que mis hormonas estuvieran muy despiertas y excitadas, me levante y tome uno de mis tanto libros que tenía en mi antigua habitación tratando de que me ayudara a pensar en otra cosa y que eso me cansara y pudiera dormir.
No había pasado ni media hora desde que comencé a leer cuando escuche voces en el pasillo, me acerque a la puerta para ver si escuchaba lo que pasaba pero como no lograba oír bien lo que decían ni reconocía quienes eran abrí un poco la puerta para poder ver que era lo que estaba pasando.
-Solo iba a ir al baño. -Escuche a Pablo explicándose.
-Hijo hay un baño junto a tu habitación. -Escuche ahora a mi padre. -Esta casa cuenta con varios baños no solamente el que se encuentra al lado de la habitación de mi hija.
-¡Oh! Es solo que cuando por la tarde me limpie en ese baño deje mi cepillo de dientes allí. -Ah ah, muy débil su escusa Sr.Bustamante.
Estaba que me moría de la risa por la situación en la que se encontraba Pablo.
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• Mi Secretaria || Pablizza •
RomanceEres mi secretaria... Mi Empleada de Dia y Mi Amante de Noche. 》》 • No se permitió adaptaciones, ni copias. • CC: Maia87 / MefiRw