CAPITULO XIV

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MARIZZA

Franco no volvió a aparecer durante el resto del tiempo en que estuvimos en casa de la madre de Pablo, Mia era de lo mas divertida aunque Mauro seguía sin gustarme, en ocasiones veía como miraba a Mia y no era una mirada de aprecio en ella mas bien parecía como posesiva...

Mora era una mujer cariñosa, aún seguía sin entender como una mujer como ella podía estar con una basura como Franco.

Después de unas horas nos estábamos despidiendo de su familia, Pablo tenía un brazo en vuelto en mi cintura cuando salímos de la gran casa y me dirgía hacia el auto, abrió la puerta del copiloto para mi cuando ya estuve dentro cerró la puerta y rodeó el auto por la parte delantera para entrar al asiento del conductor, seguía estando tenso por lo sucedido con Franco y se que moría de ganas por preguntarme que era lo que había pasado.

-Deja de darle vueltas al asunto Pablo... -Dije tratando de calmarlo. -No pasó nada, no voy a salir corriendo a los brazos de Franco, créeme cuando te digo que no va a volver a acercarse a mi.

-Es un hijo de perra, si vuelve a estar a un solo metro cerca de ti, deseara no haber nacido. -Dijo furioso. Puse mi mano en su mejilla para que me mirara y cuando lo hizo me acerque y le di un beso en los labios para que se tranquilizara un poco.

-Vamos llevame a mi departamento hay un asunto que nos espera ahi. -Dije siendo un poco atrevida, un brillo de entendimiento cubrió sus ojos y sonrió.

-Tus deseos son ordenes para mi -Contestó. -pero antes necesito un adelanto del asunto que nos espera en tu departamento. -Sin más tomó mi rostro con ambas manos y me beso profundamente, si no fuera porque recorde que aún estábamos ahi frente a la casa de su madre nada me hubiera impedido subirme a su regazo y arrancarle la ropa, pero desgraciadamente seguíamos aquí, por lo que me retire un poco para tomar aire, nuestras respiraciones eran rápidas y sus ojos brillaban con lujuria, le señale el camino y entendió lo que trataba de decirle, puso el auto en marcha y nos dirigímos a mi departamento.

El recorrido fue mas rapido de regreso, una vez llegamos a mi edificio Pablo estacionó el auto y salió de el irguiéndose hacia mi para abrirme la puerta, en cuanto salí del coche, me encerró entre él y su auto, tomó mi nuca con su mano y acercó mi rostro al suyo y su boca estaba en la mía un segundo después, mientras estábamos mas desesperados cada vez por estar el uno mas cerca del otro.

-Sí no se separan un poco algún vecino llamara a la policía y los arrestaran por daños a la moral, además no me gustaría ver a mi hermana teniendo sexo, me gustaría seguir pensando en ella como inocente... -Pablo y yo nos separamos al instante.

¡Oh por dios! de verdad algo estaba en nuestra contra, cada vez que estábamos a punto de avanzar algo o alguien nos acababa interrumpiendo, estábamos tan centrados en nosotros que no nos dimos cuenta de la persona que estaba sentada en la entrada del edificio, en ninguno de mis cinco años en la ciudad alguno de mis hermanos había venido a visitarme y ahora tengo ni más ni menos que a Felipe esperándome.

-¿Felipe? ¿Qué haces aquí? -Pregunté sorprendida.

-Hola hermanita, a mi también me da gusto verte. -Respondió sarcásticamente.-Hola a ti también Pablo.

-Hola Felipe, no sabía que venías. -Dijo Pablo.

-Se trataba de una sorpresa... -respondió encogiéndose de hombros y vaya que me sorprendió.

-¿Hace cuanto llegastes? -Pregunté.

-Hace unas horas, toque pero nadie me abrió así que supuse que no estarías en casa y me quede esperando a que llegaras ¿Ahora por que no mejor abres la puerta y me invitas a entrar? Hace un poco de frío aquí fuera.

• Mi Secretaria || Pablizza •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora