- ¿Por qué haces esto Heriberto? Héctor...
Heriberto observaba a Kyle con detenimiento, tenía el gran impulso de reír, él no veía a un alfa, solo veía a un jovenzuelo que no sabía nada de la vida, y aunque él no era propiamente un hombre lobo, sabía que sería mucho mejor líder que él y es que Kyle no veía realmente lo que tenía frente suyo, todos los beneficios económicos y sociales que conllevaban ser el líder. No iba a negar que le tenía aprecio, lo vio crecer y convertirse en lo que es hoy en día, pero a quien realmente le debía fidelidad era al padre de Kyle, porque a pesar de ser la persona más cruel que conoció en sus más de cincuenta años de vida, lo ayudó a estar donde estaba hoy, al otro lado.
Recordó brevemente el día en el que conoció al padre de Kyle, llevaba semanas intentando pasar la frontera de Estados Unidos y no pensaba rendirse, porque ya lo había perdido todo, en México ya no le quedaba nada y si iba a sumirse en la miseria y en el alcohol, pensó que sería mejor hacerlo del otro lado. Observó al grupo de personas que lo acompañaban, todos hablando en español, bueno, susurrando para que nadie sospechara que el camión de carga en el que iban llevaba ilegales.
- ¿Qué harás cuando estés del otro lado? - le pregunto un chico joven de mirada curiosa, Heriberto lo observó, estaba cubierto de tatuajes y llevaba demasiada joyería para la situación en la que se encontraban.
- Que te valga madres, escuincle.
- Te lo pierdes, mi primo Raúl tiene un negocio del otro lado, saca demasiado varo y necesitamos un viejo como tú.
- ¿Un viejo como yo? - eso le hizo demasiada gracia a Heriberto, pero también le demostró que el negocio era fácil y que había chicos jóvenes involucrados.
El chico comenzó a hablar entusiasmado, aunque en realidad Heriberto no lo escuchaba, eso hasta que el chico dijo:
- Al llegar, nos iremos de volada con Raúl, porque como te decía...
- ¿Cuál es "el negocio"?
- Venta de sustancias ilegales, de drog...
- ¡Mierda! - exclamó Heriberto llamando la atención de todos para luego ser silenciado.
Heriberto se frotó la cabeza casi calva y se preguntó porque de alguna manera, siempre se veía involucrado en ese tipo de negocios, le traían tantos problemas...
- ¿Te vas a echar para atrás? - le preguntó el chico con tono burlón.
- Solo cállate hasta que lleguemos, no quiero saber más...
Ambos se quedaron quietos a esperar, de repente, todas las personas se quedaron en silencio y el tormento comenzó, disparos traspasaron las débiles paredes de plástico que los protegían, gritos, sangre y llanto inundaron el lugar, el vehículo paro y la puerta estaba a poco de ser derribada.
- Mierda - se limitó a decir el chico tatuado - Pinche Raúl.
La puerta se abrió, eran un grupo de hombres claramente gringos, según Heriberto, y peligrosamente armados.
- ¿¡Dónde está José!? - la voz furiosa del hombre retumbó por todo el lugar, parecía gruñir y habló en inglés, por lo que pocos comprendieron.
En ese momento Heriberto comprendió donde estaba, y dejando de lado la situación, se dió la bienvenida al otro lado.
- ¡Yo no hice nada! ¡Lo juro! ¡Fue Raúl!
Heriberto no comprendía mucho el inglés, solo sabía lo que le habían enseñado en la primaria, lo básico, pero si comprendió lo que el gringo líder decía.
- Él está muerto, ahora te toca a tí.
- No, no por favor, tengo familia, y... Viejo, por favor no dejes que lo hagan...
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Juntos | BL [EN PROCESO]
Novela Juvenil"A veces, encontrar al indicado es más difícil de lo que crees."