2-Sonrisa

623 47 12
                                    

Michael estaba esperando a su chófer en el auto, cuando este entró.
-Bien, que descubriste?

-Por lo que me dijeron las otras chicas, ella y su familia eran de un pueblo cerca, tenían una fábrica de textil y quedó en la ruina. Se trajeron algunas cosas y las demás se las dieron a los empleados.

Michael asintió y encendió un cigarro.
-Y porqué terminaron aquí?

-La madame, conoció a la señorita Crista pidiendo dinero en la calle, se apiadó de ella y acogió a su familia dándole trabajo.
La madre recluta jóvenes, el padre es guardia y ella, es sirvienta y también se encarga de hacer los trajes de las bailarinas.

Michael pensó por un momento mientras terminaba su cigarro.

-Gracias.

Se bajó del auto y caminó hasta el cabaret, entró y una chica lo recibió.

-Hola querido, necesitas algo?

Michael asintió.
-Busco al señor Brinn.

La chica sonrió.
-Lo traeré.

Mientras esperaba en la puerta, vio a Crista limpiando las escaleras, esta situación lo desesperó.

Caminó hacia ella, la tomo de la mano y la joven se asustó.
-Detente, esto no es para ti.

En eso el padre lo vio, se acercó a él y lo agarró del cuello.
-No toques a mi hija.

Michael mantuvo la calma.
-No quiero hacerle nada señor, al contrario, vengo para ayudarlos.

Crista le tocó el brazo a su padre.
-Papá el es bueno...

El señor la miró y confió en ella, soltó a Michael.
-Dime.

El joven se arregló el cuello de la camisa.

-Quiero proponerles un trato. Se lo que pasaron y lo que eran antes de esto... les ayudaré a poner una fábrica en la ciudad, podrán ganar incluso más dinero del que producían.

Crista miró sorprendida a su padre y este la miró preocupado.
-A cambio de que?

Michael respiró hondo para tomar valentía.
-Me quiero casar con su hija.

El padre de la joven apretó los puños.
-No. Mi hija no es un objeto, no la vendere.

La joven, como buena hija que era, tomó la mano de su padre.
-Papá... aquí tarde o temprano me comprarán o algo peor y lo sabes... no tengo más futuro, nuestro apellido no vale nada y sin dinero no podré salir adelante...

La joven cerró los ojos, suspiró tratando de contener sus lágrimas. Miró a Michael y le dio una sonrisa melancólica.
-Acepto. Me casare con usted.

Michael sonrió.
-Perfecto. Empaquen, en 2 horas los pasaré a buscar.
.
.
.
.
Era de noche y la familia Brinn ya estaba lista.

La madre de la joven no estaba convencida del trato pero si su hija quería hacerlo, la apoyaría.

-Hija, si ese hombre te hace algo por más pequeño que sea, nos dices y esto se termina.

Crista asintió.
-Si.

Michael entró al cuarto con 3 sirvientes, los cuales tomaron las maletas y se las llevaron.

Isel se despidió de los tres, recordándoles que en ese lugar siempre tendrían un hogar.

Se subieron a un vehículo y se dirigieron a un campo lejos del centro.

La mansión era mucho más grande que la que ellos tenían.

Se bajaron y Muchael ayudó a Crista a bajar.
-Este es tu nuevo hogar.

Crista no sonrió, sabía que de una forma se estaba prostituyendo, pero haría lo que fuera por su familia.

-Nos cansaremos en 10 meses, primero haré que tu familia vuelva a ser exitosa.

La joven lo miró y este la abrazó.
-Te prometo que no te tocaré hasta que nos casemos.

La joven sintió un pequeño alivio al escucharlo, aún así ese día llegaría.

Michael sabía que se estaba comportando como un hombre horrible, se encapricho con ella e inmediatamente la hizo de su propiedad.

No estaba orgulloso de él pero Crista lo había flechado.
.
.
.
.
.
Pasaron 3 meses, los padres de ella estaban surgiendo poco a poco en la industria, además ya vivían en una parcela, esto hacía muy feliz a Crista.

Michael la llevaba a todas partes, reuniones, fiestas, etc. Era como un trofeo que le mostraba a todos o así se sentía, la chica no hablaba nunca, solo obedecía pero aún así estaba tranquila.

-Amor, hace unas semanas, mi hermano vino a la ciudad, para inaugurar un hotel que estaba construyendo, me gustaría que lo conocieras.

Crista estaba leyendo, lo miró y asintió.
-Esta bien.

Michael le dio un pequeño beso en la frente.

-Bien, nos invitó para esta noche. Debes ponerte el mejor vestido, quiero que todos vean a mi hermosa prometida.

La joven asintió con la cabeza y continuó leyendo mientras él miraba el periódico.
.
.
.
.
Llegó la noche y la pareja estaba de camino al hotel.
El sector era muy concurrido, la joven miraba por la ventana la cantidad de fiestas y personas alegres que habían en la calle.

El coche se detuvo y Michael se bajó.
Crista esperó a que este le abriera la puerta y con su ayuda salió del vehículo.

Miró el hotel por fuera, era un edificio enorme y tenía letras iluminadas.
-Es grande verdad? No esperaba menos de mi hermano.

Le tomó la mano a la chica y caminaron juntos hasta el interior del lugar, donde un joven los recibió.

-Bienvenidos al hotel Cortez, la fiesta será aquí, cualquier cosa que necesiten, se la pueden pedir a los sirvientes. Que se diviertan.

Michael sacó de su bolsillo un billete de 100 dólares y se lo dio al chico.

Crista estaba maravillada con lo hermoso que era el lugar, había mucha gente, fácilmente unas 50 personas y aún así sobraba espacio.

Mientras pasaba el tiempo, Michael hablaba con muchas personas y les presentaba a Crista la cual se limitaba a sonreír y escuchar lo que hablaban, cuando de pronto la música se detuvo.

Vio en lo alto de las escaleras a un hombre con un bigote chistoso y un vaso de Whisky.
-Bienvenidos a mi hotel, este será el mejor de todos los que poseo y también es mi nuevo hogar, todos están invitados a pasar esta noche en este increíble lugar, espero que estén disfrutando de esto y si no, puede que los asesine.

Todos rieron pero Crista solo observaba a aquel hombre.

-Si tienen alguna sugerencia me la pueden decir sin problema, soy el gran James Patrick March y puedo hacer lo que quiera.

James se detuvo por unos segundos. Miró a su hermano y levanto la copa, hasta que vio al joven tomado de la mano de una chica.

La miró y era sin duda la mujer más hermosa que había visto en su vida.

Le sonrió y para su sorpresa, ella le devolvió la sonrisa.
Bebió de su copa y dijo.
-Que siga la música.

-Que siga la música

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Our Past  (James Patrick March)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora