Crista era hija de una familia muy adinerada de un pueblo cercano a la ciudad, pero la crisis economica la arruinó.
Un hombre les ofreció ser su socio, a cambio de que ella se casara con él.
La joven aceptó el trato y se compromete con el desconocid...
Al día siguiente James se despertó un poco mas tarde de lo habitual, se habia quedado despierto pensando en la propuesta que haría en la noche.
Se ducho y salio solo con una toalla, se sentó en la cama de espaldas a la puerta cuando alguien tocó. -Adelante.
James se estaba peiando. -Le dijiste a todos que hoy debias estar perfecto el hotel?
El joven esperaba una respuesta pero solo habia silencio, se dio vuelta para ver a su sirviente. -Olga...
Ambos se quedaron quietos, Crista estaba pegada en la puerta mirando a James, o mas bien su cuerpo. Él por su parte buscaba con la mirada algo con que taparse y sólo tomó la sabana con la que se cubrió el torso. -Crista, pensé que eras Olga.
-Si, me di cuenta. No te preocupes he visto a muchos hombres así.
James frunció el seño, estaba avergonzado pero le causaba rabia ese dato. -Como? Porqué? Donde? Quien?
Crista rio y se tapó los ojos. -En el burdel, ahí se paseaban incluso sin pantalón. No es la gran cosa.
-Oh... que... a que venías?
Crista se acordó porqué estaba ahí. -Queria preguntar... no, avisar que iré al centro a comprar unas cosas que necesito.
James asintió. -Quieres que te acompañe?
La joven negó con la cabeza. -No gracias, prefiero ir sola. Tu preocupate por lo de hoy.
Crista se disponía a irse pero James la detuvo. -Crista, lo de hoy es complicado, me gustaría que te quedaras en tu habitación por hoy.
Crista comprendió y aceptó.
Salió de la habitación sin decir más, suspiró y se fue camino al centro. . . .
Crista disfrutaba de salir sola, le gustaba observar a los demás, se sentó en la plaza mientras veía a una pareja jugar con su pequeño hijo.
Se veían normales, sin problemas de dinero pero no ricos.
Después más allá vio a un abuelo dándole de comer a las palomas, todo era muy pacifico.
Cerró los ojos y disfrutó del clima mientras pensaba en lo que quería comprar.
Luego de unos minutos, se levantó y fue a comprar seda roja. Despues se dirigió al burdel.
-Crista que bueno verte, cómo has estado?
Ilse la recibió con un tierno abrazo. -Bien, y tu cómo estas?
Ilse se separó de ella. -Bien, el negocio igual que siempre... que te trae por aqui?
Crista sacó de su bolso un pequeño troso de seda roja y unas piedras de color negro. -Necesito la maquina.
Ilse se impresionó. -Oh, quieres confeccionarte algo?
La joven negó con la cabeza. -Es un regalo...
La mujer sonrió. -Esta bien, pasa, ya sabes donde está.
Crista asintió y caminó hasta la habitación donde arreglaban los vestidos.
Estuvo ahi durante una hora, tratando de dibujar lo que quería hacer.
Cuando por fin terminó, no demoró mas de 20 minutos, e Ilse la acompañó. -Es una corbata?
-Si.
La joven estaba muy concentrada poniendo las piedras en la corbata. -Le va a gustar a James.
Crista la miró sorprendida. -Que? No... osea si...es para el pero es un regalo por dejar que me quede en su hotel.
Ilse rio, se acercó a la chica y se sentó a su lado. -Mi niña, él vino ayer para saber de ti, supongo que queria saber tu historia, se le veia muy preocupado.
Crista bajó la cabeza. -Y no dijo nada?
Ilse la abrazó. -No... pero supongo que entendió tu situación. Es un buen hombre. . . .
Ya era de tarde y James estaba un poco preocupado por Crista. Estaba parado en el borde de la escalera esperando a que ella llegara hasta que la vio entrar al hotel. Fingió bajar la escalera y no haberla notado solo hasta que ella le habló. -James, espera.
Él sonrió y se dio vuelta para mirarla. -Crista, no te había visto. Volviste temprano.
La joven se acercó a él muy rapido, con las manos en la espalda. -Si, no quería que se hiciera más tarde. Ten, es para ti.
Crista, le entregó una pequeña caja negra con una cinta café. James se sorprendió de buena manera, nunca antes había recibido un regalo, mucho menos de una mujer.
Lo abrió y en su interior había un corbatin rojo de seda con cristales negros. Miró a la chica quien estaba emocionada igual que él. -Como me dijiste de la reunión que tienes hoy, pensé que sería una buena idea, espero que te guste, lo hice yo.
James la abrazó. -Gracias Crista, lo usaré hoy.
Estuvieron abrazados por largo rato hasta que Hazel los interrumpió. -Disculpen, ya es tarde señor, debe alistarse.
Crista se separó de él y asintió. -Ire a mi cuarto, buena suerte.
La joven se fue y James la miraba hasta que le perdió de vista. Hazel por su parte estaba de brazos cruzados celosa de la pareja. -Que considerada es, debe ser por eso que su hermano se va a casar con ella.
El joven bajó la mirada triste al recordar que ella estaba comprometida. -Voy a vestirme para la ocasión, ya sabes cómo tratar al invitado. . . . .
Era de noche, Crista estaba en el balcón de su cuarto mirando las estrellas, deseando ayudar a James.
Entró y cerró las cortinas cuando escuchó un ruido extraño en el pasillo. Observó por la mirilla y habían 3 hombres reteniendo a Hazel y Olga con pistolas. El cuarto, esperaba a que James le abriera, Crista lo reconoció de inmediato, era el hombre que intentó aprovecharse de ella cuando solo tenía 15 años.
Antes de que saliera a advertirle a James, este abrió y el hombre lo apuntó con una pistola. -James, disculpa estas maneras pero sé que no aceptarias mi trato, asique será a la fuerza... chicos lleven a las mujeres lejos de aquí, esto es entre él y yo.
James levantó los brazos. -Adelante, pasa.
Ambos entraron en la habitación dejando la puerta abierta por seguridad.
Crista por su parte, se quedó encerrada sin saber que hacer. Debía ayudar a James aunque le costara su vida.
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