12- Desaparición

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Crista salió rapidamente del hotel, necesitaba pensar, respirar y concentrarse.

Llego hasta la pequeña plaza y se sentó. No entendía lo que estaba pasando. Su corazón latía con fuerza cada vez que recordaba el beso de James.
-Tranquila, no fue nada, solo un beso... el más tierno y dulce beso que me han dado.

Se sonrojo y puso sus manos en las mejillas.
-Por dios, porqué pasó esto...

Suspiró y miró sus manos.
-Amor, que haces aquí?

La chica subió la mirada y Michael estaba sonriendo.
-Deberias estar en casa.

Se sentó a su lado y le tomó la mano.
Crista sonrió apenada y nerviosa.
-Queria hacer mi vestido de novia.

Michael frunció el seño.
-Segura? No estatas intentando ir a la policia verdad?

Crista lo miró asustada y negó con la cabeza.
-No... no tengo porqué ir.

El joven rio y la abrazó con su brazo izquierdo.
-Espero no tener que hacerle daño a tus padres, les he tomado cariño.

Crista cerró los ojos, si Michael supiera lo que pasó con James, lo mataría y de seguro la torturaria hasta matarla, no podía permitir que eso pasara, ni romper una relación de hermanos.

Mientras pensaba eso escuchó la voz de James tras de si.
-Crista, dejaste tus cosas en el hotel.

Michael se separó de ella y la miró.
-Hotel? Que hacías ahí con James?

La pobre no sabía que responder, estaba asustada. James lo notó.
-Fue al taller de costura que hay ahí para hacer su traje de novia.

El joven sonrió y se levantó.
-Gracias hermano por traer su bolso.

Crista se levantó y ambos se iban a ir pero James los detuvo.
-Michael, quisiera que me acompañes al hotel, tengo algo que proponerte.

El chico se volteó confundido.
-A si?

James asintió.
-Es sobre negocios, podemos hablarlo mejor en mi despacho mientras Crista avanza con su vestido, te parece?

Michael miró a la joven quien estaba igual de confundida que él.
-Esta bien, vamos.
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Mientras Crista estaba en el taller, James y su hermano estaban en la oficina bebiendo y fumando.
-Y bien, que me querías decir?

James se sentó y se cruzo de piernas.
-Dijiste que te irías a Alemania, hace poco obtuve todas las propiedades de Howard y 5 de ellas están en ese pais. Quiero que tu te hagas cargo de ellas con el 70% de todas las ganancias.

El joven asintio.
-Bien, me gusta el negocio. Lo haré.

Ambos chocaron las copas y bebieron.
-Tambien quiero pedirte una cosa más.

-Soy todo oidos.

James apagó su cigarrillo y se cargó en la mesa.
-Podrias dejar que Crista se quede este mes, así avanzara más rápido con su vestido y tu te concentraras en tus cosas.

Michael rio.
-No creo que pueda hacer eso. James, se que te gusta.

James sonrió, era obvio que su hermano sabía de sus senrimientos, ambos eran iguales, incluso en los gustos.
-Si, me gusta. Sin embargo no es mi intención quitartela, prueba de eso es que no he ido a denunciante por los golpes.

A Michael se le borró la sonrisa de la cara.
-No lo harás.

-En eso tienes razón, prefiero a mi hermano que a una mujer, te he ayudado en los negocios gracias a las influencias que tengo en el gobierno de este pais y de tantos otros, solo con una palabra hacer lo que les pido, por lo mismo, se que la dejaras aquí este mes.

Michael tragó en seco, su hermano lo estaba amenazando y sabía que saldría perdiendo.
Bebió lo que le quedaba a su copa y sonrió.
-Bien, tu ganas. Despues de todo la tendré a mi lado por el resto de mi vida.

Tomó la botella de licor y se la llevo, se detuvo en la puerta y dijo.
-Esta noche me quedaré.

Salió dando un portazo y James suspiró aliviado.
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Al día siguiente, se levantó triunfante, tendrá a Crista un mes completo para hacerla cambiar de opinión, pero lo haría despacio, no quería agobiarla.

-James, James!
Michael tocó la puerta desesperado. James se asustó y abrió la puerta.
-Que pasa?

Michael entró.
-No se, creo que anoche bebí de más y me puse violento, me desperté y Crista no estaba, tengo miedo.

James se apoyó en el mango de la puerta.
-No creo que haya ido a la policía.

Michael negó con la cabeza.
-Creo que...

-Disculpen, está todo bien?

Crista estaba en la puerta, James se volteó y sonrió.
Michael se alegró tanto de verla que se acercó a ella y la besó.
-Pensé que no estabas.

Crista le dio una falsa sonrisa.
-Estaba afuera.

Michael la abrazó.
-No me vuelvas a dejar. Ahora ve al taller, necesito hablar con James.

La joven asintió y se marchó.

Michael se tomó la cabeza y se fue a sentar mientras James cerraba la puerta.
-Que ocurre?

El joven suspiró.
-Desde que me comprometí con ella, he tenido pesadillas donde la mato. No me controlo y se me pasa la mano.
Porqué somos así? Desde niños nos gustaba torturar y matar incluso a quienes amamos.

James se sentó a su lado.
-Puede que el maltrato de nuestro padre influyera, recuerda lo que nos hacía y nuestra madre lo protegía.

Michael sonrió.
-Si me acuerdo, también recuerdo la satisfacción que tuvimos cuando los matamos... James, quiero que mi boda sea aquí en tu hotel.

James se sorprendió.
-Que?

-No he pisado una iglesia desde niño, creo que me enferma tener que entrar a una.

El joven miró a su hermano y James sonrió.
-Claro, se hará aquí.

Michael lo abrazó, se levantó y se fue.
-Gracias.

James sonrió, si la boda se hacía ahí, aprovecharía para llevarse a Crista con sus padres, lejos del alcance de Michael. Era perfecto.

 Era perfecto

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Our Past  (James Patrick March)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora