[Naruto] Un ojo, lleno de sabiduría

Capítulo 28: ¡Honor y sangre! ¡Sasuke contra Lee!

Sasuke optó por bajar las escaleras hasta el piso de la arena. Era más que capaz de saltar la distancia, como lo hizo Lee momentos después de que se canceló el partido, pero sería útil unos momentos para planificar y prepararse. Sakura le había contado un poco sobre Lee después de que ella se reincorporó a su grupo en la torre, y Sasuke tuvo que admitir que estaba bastante nervioso al enfrentarse a una potencia de taijutsu, incluso si Lee no podía usar ninjutsu o genjutsu. Las historias que Naruto contó sobre su tiempo entrenando con Guy y Lee tampoco ayudaron.

Pero él no carecía de sus propias habilidades, aprendidas y entrenadas duramente. Tenía sus herramientas. Tuvo su entrenamiento. Él tenía su mente. Solo necesitaba usarlos de la manera correcta, y podría ganar. Así que bajó las escaleras lentamente, pensando detenidamente, y cuando llegó al último escalón, ya estaba metiendo la mano en su bolsa y sacando un par de gafas livianas, ligeramente teñidas de rojo. Al dar su primer paso en el piso de la arena, estaba tocando suavemente los diversos orbes, frascos y etiquetas en su persona, revisando los puntos y rasguños que colocó en ellos para identificarlos. Un paso más, y su sonrisa estaba de vuelta en su lugar. tengo esto

Lee ya estaba esperando en el piso, listo, con una mano hacia adelante y una alegre sonrisa en su rostro. "¡Yosh! ¡Estoy listo para nuestra batalla juvenil, Sasuke-san! ¡Te derrotaré con mi arduo trabajo, para que otros puedan saber lo duro que deben trabajar para ganarse el derecho de tratar de cortejar a Sakura-chan!"

Arriba en la plataforma de observación, Sakura palmeó su rostro, tratando de cubrir el leve rubor que lentamente se abría paso por sus mejillas. Según las miradas y las risas que recibió, solo tuvo un éxito parcial. Voy a necesitar hablar con Lee sobre esto, pensó para sí misma.

Sasuke logró una sonrisa alegre mientras revisaba el ajuste de sus gafas y se las ponía. "Como quieras, Lee". Dio un paso adelante y le ofreció un puño. "¿Sin resentimientos?"

Lee sonrió y dio un paso adelante para chocar los puños. "Nunca hay resentimientos, cuando dos oponentes dan todo en el campo de batalla". Retrocedió y volvió a su posición de preparación. Sasuke también dio un paso atrás, y debajo de sus gafas, sus ojos se pusieron rojos.

Hayate retrocedió y levantó la mano. "Empieza", dijo, saltando mientras lo hacía.

Lee no perdió el tiempo. En el momento en que Hayate se alejó, estaba cargando por el suelo, su aplomo y forma eran perfectos, su velocidad increíble. Pero aún le tomó tiempo correr esa distancia, y en ese tiempo, Sasuke ya había metido la mano en su bolsa y soltó la pequeña esfera que había sentido antes. Explotó en una nube de humo, espesa y gris. Sasuke se agachó y cayó ligeramente hacia un lado mientras Lee continuaba a través del humo de un solo salto, atravesando el lugar donde Sasuke había estado parado con una patada de torbellino que partió la nube por un momento antes de que volviera a asentarse.

El genin vestido de verde aterrizó al otro lado de la nube y se volvió hacia ella. Su sonrisa no se había desvanecido en lo más mínimo, y tomó su misma posición inicial de siempre. "¿Crees que puedes esconderte en ese humo, Sasuke-kun? ¡Descubrirás que no soy tan fácil de engañar!" Metió la mano en su bolsa y sacó un trozo de seda negra, que rápidamente ató sobre sus ojos antes de volver a su postura.

Sasuke, observando el chakra de Lee a través de la cortina de humo, sonrió y silenciosamente sacó otra esfera de su bolsa, esta significativamente más grande y hecha de metal con un solo botón en la parte superior. Se agachó, colocando cuidadosamente sus pies lo más silenciosamente que pudo, antes de raspar deliberadamente uno de sus pies en el suelo, tan suavemente que era casi, pero no del todo, inaudible.

Lee giró levemente la cabeza ante el más ligero de los sonidos y se precipitó hacia el humo, girando en otra patada y golpeando nada más que aire. Volteó la cabeza de un lado a otro, respirando en silencio, y cuando escuchó otro raspado detrás de él, no dudó, lanzando una patada en salto que hizo silbar el aire al pasar. Con cada sonido vino un nuevo ataque, entregado con una forma y precisión cuidadosas e impecables.