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Cerró los ojos con fuerza y, tomando una enorme bocanada de aire, dejó ir su peso hacia adelante para obligarse a cruzar.

Entonces, recuperó el equilibrio, aún apretando los párpados.

Respiró otra vez y, al cabo de un instante, dejó la luz entrar por sus retinas de nuevo, muy de a poco.

Estaba afuera. Ya no podía volver.

Pero tampoco quería hacerlo: estar afuera era maravilloso.

El aire era fresco.

El sol bañaba su cuerpo con calidez.

El cielo y las nubes lucían casi como aquellas tan bonitas que había visto en el limbo con Taehyung.

El mundo tenía mucho más color de lo que recordaba.

... Pero también mucho ruido.

Un par de bocinas le hicieron cubrirse los oídos de súbito mientras su corazón casi escapaba por su boca. No estaba acostumbrado a todos los sonidos de la calle, y eso quizás... haría las cosas un poco difíciles.

"No importa. Tengo que hacer esto. Soy el único que puede hacerlo", se animaba mientras ponía un pie frente al otro.

Así, emprendió la marcha. Sus piernas estaban atrofiadas, era cierto, pero, a pesar de que le costaba mantener un ritmo constante y firme, le hacía feliz poder moverse de nuevo entre la gente.

Llegó a la esquina y miró alrededor. La calle ya no era como la que recordaba años atrás: las casas eran de distinto color, y había otras nuevas que antes no estaban allí. La gente era diferente también. Y fue precisamente esta mezcla de todas esas cosas desconocidas la que le hizo sentirse un poco perdido.

Estar afuera después de cuatro años confinado era una sobrecarga de emociones, sensaciones y recuerdos difícil de manejar.

Pero regresó la vista al camino y continuó: tenía que mantenerse enfocado en su meta y no en las cosas abrumadoras.

"La calle principal está siguiendo derecho por aquí. Si tengo suerte, puedo encontrar un taxi rápido."

Y entonces se detuvo en seco.

"... Pero voy a necesitar efectivo... ¿Dónde hay un cajero?"

Miró alrededor y se encontró con que la suya era una calle meramente residencial. Tendría que desviarse un poco, no le quedaba más opción.

"Tranquilo, Jimin. No entres en pánico. Solo hay que revisar el mapa y encontrar un cajero cerca, es todo. Es muy fácil."

Respiró hondo entrando a la aplicación de maps en su teléfono, buscó los cajeros en la zona mediante las siglas "ATM" y, al instante, varios íconos de color rojo aparecieron ante sus ojos, rodeando su ubicación actual. Pulsó el botón para iniciar el recorrido hasta el más cercano y acomodó su mochila en su espalda antes de comenzar a caminar.

Solo tenía que seguir la línea azul que lo llevaba a través de unas cuantas cuadras.

Y, lejos de parecerle un recorrido eterno, notó que hasta cierto punto podía disfrutarlo: las plantas, los pájaros, las casas bonitas y los aromas, todo ello le resultaba agradable de admirar y sentir. Eran cosas a las que no estaba acostumbrado.

Seguro lucía como un niño en un parque de atracciones.

Llegó al cajero minutos después. Allí hizo retiro de unos cuantos billetes, y luego comprobó el mapa otra vez.

—Bien... parece que pasan taxis por esta calle... entonces solo tengo que ir allí y esperar en el paradero. —corroboró las direcciones y se encaminó a pasitos inseguros, con esas piernas tan débiles y frágiles que tenía.

Serendipia || 뷔민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora