Capítulo 2: Expediente.

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Había dos lugares por los cuales comenzar su investigación: el Veleta y el centro de salud donde Tyler acudía a su habitual sesión con la Dra. Kinbott.

- Lo siento, señorita. La Dra. Kinbott no recibe visitas sin una cita previa - le dijeron.

- Siempre es la misma odisea - murmuró. Poco después le mostró a la mujer su placa - es urgente - le dijo.

La mujer simplemente señaló una puerta al final de aquel corredor. Merlina le dedicó una última mirada antes de aproximarse al consultorio; no fue de su sorpresa encontrar a un paciente en medio de su sesión.

- Disculpe, no es cortés interrumpir una sesión - le dijo una mujer de rubios cabellos.

- Se acabó la sesión - le dijo. - Tú - señaló a un joven con gorro - fuera - le ordenó.

El chico no dijo nada, simplemente se levantó de su asiento y salió de la habitación.

- ¿Quién se cree qué es para mandar a mis pacientes? - le preguntó.

Ignorando su pregunta, se acercó a la mujer y sacó su libreta.

- Tengo entendido qué usted trataba a Tyler Galpin, por lo qué sí me permite, quisiera saber de él - le dijo.

La mujer se levantó de su asiento y apretó los puños.

- No ha contestado mi pregunta - le dijo, firme.

- ¿Hablará o no? - le preguntó.

La mujer suspiró, se cruzó de brazos y miró de pies a cabeza a la detective.

- Cualquier información sobre mis pacientes es totalmente confidencial - le contestó.

- No necesito saber toda la información, simplemente necesito saber sí había notado algo extraño en él - le dijo.

La mujer negó con la cabeza y chasqueó la lengua.

- Se lo he dicho, toda información es confidencial - le respondió.

Merlina suspiró y mostró su placa, una vez más.

- Soy la detective Merlina Addams, estoy a cargo del desaparecimiento de la señorita Enid Sinclair. Tyler Galpin es el mayor sospechoso en este caso por lo qué, no hablar significa que usted es cómplice - le dijo.

Aquella mujer tragó saliva y rindió.

- Él... Había estado distraído, dijo que había conocido a una mujer hermosa pero nunca mencionó el nombre, dijo que ella lo estaba complementando, además de qué lo estaba ayudando a sanar. - Miró fijamente a la detective. - Nunca mencionó a la señorita Sinclair... Pero ella sí lo mencionó - confesó.

- Prosiga - le dijo.

- Muchas veces hablo de lo insegura qué se sentía a su lado. La última vez qué la vi, confesó qué él quería asesinarla - dijo.

Merlina abrió los ojos un par de segundos antes de mantener su estoica expresión. Apretó su libreta y la guardó entre sus cosas.

- ¿Hay algo más de lo qué deba saber? - le preguntó.

- A parte de qué últimamente llegaba tarde a sus sesiones... No hay más - le contestó.

- Agradezco su tiempo y lamento haber interrumpido - dijo.

- No debe preocuparse. Era importante - le contestó.

Merlina asintió con la cabeza y salió de aquel consultorio.

Sin darse cuenta, la noche había caído en Jericó. Investigar los registros de la clínica le había llevado su tiempo; hubiera tardado menos de no haber sido por esa molesta jefa de enfermeras qué defendía a capa y espada a sus pacientes. Aún así, no encontró nada qué hubiera ayudado en mucho, parecía haber una gran falta de información en el registro del acusado, aún más con los 4 años qué Tyler llevaba asistiendo a sus consultas.

[WEDNESDAY] A lost caseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora