Capítulo 3: Sinclair.

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Para su no grata sorpresa, al salir de aquel calabozo vio que el sol estaba en lo alto, a poco de ocultarse. Suspiró y retomó camino hacía la entrada principal de la institución: analizando quejas, documentos incompletos y falta de los mismos, había pensado en ciertos sospechosos pero, a menos que la Dir. Weems fuera una cómplice, no encontraba más sospechosos... Por el momento.

Aún había mucho por explorar, mucho por rastrear. Sabía que la desaparición de una persona no era un trabajo sencillo, pero se volvía más sofocante cuando el deber se mezclaba con el deseo: no iba a admitir que estaba enamorada porque la idea no le pasaba por la cabeza, pero había algo que le atraía de esa chica, le interesaba. No juraría amor eterno pero, quisiera averiguar siquiera sí había algo.

- ¡Gracias! - escuchó a lo lejos.

Aquellas palabras la sacaron de sus pensamientos, volviendo a la realidad en la que dos desconocidos la llamaban con euforia en la entrada principal de Nevermore.

En aquellos momentos no podría confiar en cualquiera que se le apareciera de la nada, pero por alguna razón, esas personas no le transmitían ninguna alerta. Quizás eran simples civiles que la conocieron como aquella profesora normie, pero dudaba de ello.

A paso lento se acercó a la pareja de mediana edad que la llamaba, dudosa, contestó cortés:

- Buenas tardes - les respondió - ¿Puedo saber quiénes son? - les preguntó.

- Nosotros somos los padres de Enid Sinclair - le respondieron.

Eso sorprendió a la detective que se quedó paralizada. Eran aquellos momentos en los que agradecía que su palidez fuera algo natural en ella, de otra forma... Se hubiera visto descubierta ante los recientes nervios que esas afirmaciones le habían causado.

- Mr. y Mrs. Sinclair - repitió - no esperaba verlos hasta que tuviera más noticias sobre su hija - mencionó.

- Nosotros pensamos que no la veríamos por estos lares, detective - le respondió Mrs. Sinclair - cuando acudimos con usted, no pensamos que fuera a aceptar el caso. Es demasiado famosa e imaginé que cada día le llegan miles de casos, más importantes que esté podría jurar - mencionó.

- No hay casos más ricos o más pobres, Mrs. Sinclair - le contestó.

- Cómo fuera, le agradecemos mucho que nos ayudé. Cuándo nos enteramos de que estaba en Jericó, quisimos agradecerle de una forma más formal que el dinero - dijo.

- ¿Más formal? - preguntó incrédula.

- Así es - respondió Mr. Sinclair quien, no había hablado hasta ese momento.

- Por lo qué... - completó su esposa - nos encantaría invitarla a cenar - confesó.

Una cena en casa de los progenitores de su objetivo... No tenía tiempo para ciertas formalidades, mucho menos cuando estaba en juego la vida de una persona.

- Agradezco la oferta, pero debo rechazarla - les respondió.

- Por favor, detective - pidió Mrs. Sinclair - es un gran honor tenerla de visita en la ciudad, mucho más que trabajé tan duro para ayudarnos a encontrar a nuestra hija. Lo menos que podemos hacer es darle una digna cena - dijo.

- Comprendo su agradecimiento y los motivos por los cuales son amables pero, necesito continuar con la búsqueda de su hija - les explicó.

- Mr. Addams - la llamó Mr. Sinclair quién, captó la atención inmediata de la llamada - acepté nuestras pobres ofertas, al menos podríamos honrarla de la manera correspondiente sí todo esto no sale cómo esperamos - explicó.

[WEDNESDAY] A lost caseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora