Espero que lleguen hasta el final de este capítulo, a principios va a estar muy normal pero... Cero Spoiler.
Léanlo y me entenderán.
Skay
Ya se ve el atardecer y aún no hemos llegado «que poca paciencia tengo» me imagino que llegaremos a Evanock en la madrugada, pero yo ya estoy cansada.
Lo que me pasó me tiene pensativa, hasta donde yo se, las adas no existen, es imposible que yo haya visto una -aunque desde ayer ya nada me sorprende-.
Me pregunto si Cedric me creería, talvez si, no creo que se le haya olvidado de ese suceso.
Éstos últimos días en los que he estado conciente de mi pasado, han sido mucho más diferentes, no todos, pero si uno en específico.
Para ser más exactos, ayer.
«Estaba organizando los libros de la oficina de Cedric, por orden alfabético y tomo. Un poco obsesivo compulsivo, pero esto ayuda a saber más o menos dónde está lo que estás buscando.
Cedric había salido esa mañana al pueblo y como no tenía nada que hacer fui a su oficina para poner orden a su desorden, aunque el no es desordenado, solo que ví la biblioteca algo revuelta y no me resistí al ver algunos tomos en lugares completamente distintos.
Alguien entró, y si necesidad de mirar ya sabía quién era, por ello no voltee, solo seguí ordenando los libros.
Cuando sentí su presencia detrás de mi un escalofrío me recorrió el cuerpo entero, me tomó de la cintura y me dió la vuelta para que lo encarara.
—¿Qué haces? —me había preguntado.
—Estoy ordenando tus libros.
Estaba recién bañado, tenía el cabello húmedo, y estaba lo suficientemente cerca como para que yo pudiera sentir el olor de su perfume. Y el verde de sus ojos brillando con intensidad
«Porqué Cedric tenía que ser tan tentativo» me pregunté mientras lo detallaba
Recorrió mi cara con sus ojos luego miró mis labios.
Estaba algo agitada.
Su mirada decía más que mil palabras. Nuestras narices se rozaron.
Con lo impulsiva que soy me incliné hacia adelante y uní nuestros labios. Me quedé sin respiración, por el beso, el cual él no dudó en devolverme.
Nos separamos y nos miramos uno segundos.
Se inclinó hacia adelante y volvió a besarme, con más ganas. Dejándome entrever lo mucho que lo había estado deseando durante esos días. Cerré los ojos y dejé que los segundos pasaran.
Tragué saliva cuando se separó.
—Yo se de algo más entretenido que ordenar libros -dijo él, con la respiración agitada y una sonrisa coqueta.
Miré los libros y luego a él.
—Lo dudo mucho —dije en modo de burla.
Él se echó a reír, yo le sonreí.
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La Esclava del Príncipe
VampirPor azares de la vida, ella está destinada a ser una esclava. Un secreto oscuro la persigue, uno que ni siquiera ella conoce. Un secreto que tal vez, sólo trae destrucción consigo mismo. Un secreto que ella hará todo lo posible por descubrir