Capítulo 9

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Al despertar la mañana siguiente, un golpe de confusión y culpa arrasó con mis pensamientos.

Por un lado, estaba desconcertado por las palabras y la actitud de Lian la noche anterior. Es decir, me sentí genuinamente deseado por él, como si cada palabra suya fuera la absoluta verdad y no parecía ser una vil artimaña para retenerme.

Por otro lado, me sentía como una completa basura por haber accedido a su petición. Sí, Lian es guapo y tiene un físico impactante, pero no debí ceder. No importa cuán maravillosa haya sido esa noche con él, esa no era una excusa válida para olvidar el daño que me hizo...

¿O sí?

Incluso siguió tocándome y besándome hasta quedarme dormido.

Sabiendo que Lian ya no estaba en la habitación, me levanté de la cama sin importarme la desnudez de mi cuerpo y me encaminé hacia el baño para verme en el espejo. Me di con la sorpresa de que mi cuello y hombros estaban llenos de mordidas y marcas rojas, resultados de sus atenciones y toqueteos post sexo.

No mentiré, a pesar de que no se trataba de un afecto romántico, era muy satisfactorio para mí ver lo mucho que Lian ansiaba tenerme. Saber que necesitaba tocarme, besarme y morderme más después de haber tenido intimidad me generaba cierta ilusión de ser afortunado. ¡Incluso me había limpiado mientras dormía! Pero, al mismo tiempo, todo ello me asustaba. Temía salir de mi habitación y encontrarme con el mismo Lian insípido de siempre, el cual trataba a todos como un estorbo. No deseaba que se arruine esa imagen de ese Lian desesperado por rozar su piel contra la mía, la cual me provocaba escalofríos de solo recordar...

En fin, por más hermoso que fuera el sueño que viví esa noche, debía regresar al mundo real.

De mala gana, tomé una toalla e ingresé a la ducha. Tras asearme, tomé mi teléfono para revisar cuánto tiempo me quedaba para ir a la universidad. Casi me dio un infarto al percatarme de que era de tarde y me había perdido mis clases. Agradecí internamente no tener pruebas pendientes para ese día.

No obstante, los señores Wang seguro estaban en casa y, como prometido de su hijo, debía atenderlos. Busqué la polera que mejor cubriera las marcas de mi cuello y unos pantalones cómodos, me los puse y luego salí de la habitación.

Otra sorpresa me esperaba afuera: Lian no había ido a trabajar de nuevo y estaba sirviéndole el almuerzo a sus padres.

— Ah... Este... —intenté excusarme, pero no tenía ni idea de qué decirles.

— No te preocupes, Kuea —dijo la madre de Lian con una sonrisa—. Sabemos que estabas agotado por tus clases de ayer. Espero que hayas recuperado fuerzas.

El señor Wang asintió con la cabeza, dándole la razón a su esposa.

— Bueno... Gracias. —les expresé con vergüenza.

Después de llevar los vasos y platos de sus padres a la mesa, Lian se acercó a mí y me plantó un beso en los labios. Abrí mis ojos por sorpresa ante la naturalidad de su actuar, pero no sobre reaccioné. Sus padres nos observaban con atención.

— ¿Quieres comer ahora? —me preguntó. Su rostro estaba demasiado cerca al mío.

— Yo... Supongo que sí. —dije casi temblando.

Su mirada extrañamente apacible descendió desde mis ojos hasta el cuello de mi polera. Una sonrisa burlona se mostró en su rostro, a lo que reaccioné colocando mis manos sobre mi cuello.

— Siéntate. Traeré tu comida. —explicó antes de dar media vuelta y adentrarse a la cocina.

Obedecí su orden y me senté a lado de su madre, quien comenzó a hacerme preguntas sobre mis padres. Intenté aclarar sus dudas, pero mis respuestas estaban llenas de titubeos porque Lian iba y venía de la cocina, trayendo nuestra comida y cubiertos.

Thin White Lies - Lian y Kuea (Cutie Pie fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora