Capítulo 1

345 21 7
                                    

– ¿Me amas? –pregunté entre lágrimas.

No podía soportarlo más. Lian siempre había sido distante conmigo, pero ese día él estuvo ignorándome más de lo usual. Yo no le insistía para que me diera atención, pues pensaba que él me la daría cuando lo sintiera adecuado; sin embargo, en aquellos días, apenas me hablaba o me veía a la cara.

Entonces, todas las emociones reprimidas en mí explotaron, lo cual provocó que me desesperara a tal punto de estar llorando frente a él, en su oficina, preguntándole si de verdad me amaba.

– Si me preguntas si voy a casarme contigo, la respuesta es sí -explicó con un gesto frío, tan usual en él–. Pero si me preguntas si es que te amo, solo puedo decirte que no es así.

– Pero vamos a casarnos... –replico con voz temblorosa, tratando de buscarle sentido a sus palabras–. ¿Cómo...? ¿Cómo es posible...?

– Un matrimonio no implica amor, Kuea.

En ese instante, sentí un enorme vacío en el pecho y unas horribles ganas de gritar por la humillación. No quería estar en ese lugar mientras le permitía verme vulnerable tras rechazar mis sentimientos. Deseaba estar en casa, llorando bajo mis sábanas y sin tener que volver a ver a Lian en mi vida.

Creo que es lo que llaman un "corazón roto", pero, en este caso, era uno que debió de haberse roto hacía mucho. No era correcto que él me hubiera hecho esperar tanto para decirme que no me amaba, tuvo toda nuestra infancia y adolescencia para confesarlo.

Esa noche, hui de aquel lugar en medio del llanto más escandaloso que tuve en mi vida. Eso, sumado a mi historia de chico adinerado, seguramente lo convenció de que estaba haciendo un berrinche, por lo que solo me mandó unas flores al día siguiente, como si nuestra discusión no hubiera sido sobre uno de los principales motivos por los que se separan muchas relaciones y matrimonios.

Y sí, puede que haya hecho un berrinche, pero tenía un buen motivo para hacerlo. Yo pensaba que él me amaba secretamente, o que al menos estaba dispuesto a hacerlo luego. Por eso nunca tuve miedo, ni me incomodaba, al comprarle detalles, al acompañarlo a sus aburridas juntas de trabajo o al ir a visitar a sus familiares. Mi amor no fue secreto, ni tímido, era el amor más obvio y desatado que alguien pudiera demostrar. Incluso oculté mi lado no decente y "corriente" para encajar en sus estándares.

No obstante, Lian ni siquiera me preguntaba cómo estaba cuando me veía. Nunca me dio un solo halago. Jamás tenía acercamientos físicos a mí, incluso hubo citas en las que no llegábamos a tomarnos la mano en toda la noche. Y sus regalos solo eran para pedir disculpas por algo, como esas horrorosas flores tras nuestra única fuerte discusión.

Así de mal es como te pagan cuando quieres demasiado.

Lamentablemente, no pude hacerme el digno por mucho tiempo. Mis padres no pararon de llamarme durante los días en los que evité verlo. Al parecer, él les había comentado que no tenía noticias recientes de mí, como un profesor acusando a su alumno.

Cuando al fin contesté una llamada de mi madre, ella me explicó que yo estaba "preocupando a Lian con mi actitud engreída" al desaparecer así, sin avisar. No le di los pormenores de nuestra discusión porque no iba a creerme, pero me defendí decentemente.

– Ya soy un adulto. No necesito avisar a nadie lo que haga o deje de hacer, mamá.

– Un verdadero adulto no diría eso. –se burló ella.

– ¿Acaso Lian es mi padre? Preferiría reportarme con ustedes en vez de él.

– ¿Qué sucede? ¿Tienen problemas?

Thin White Lies - Lian y Kuea (Cutie Pie fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora